¿Hasta dónde están dispuestos a llegar? El gobierno nacional, en una escalada autoritaria sin precedentes, ha pisoteado los derechos de nuestros abuelos al habilitar la intervención de fuerzas federales en su marcha pacífica. ¿Es este el país que queremos, donde la voz de los más vulnerables es silenciada por la bota militar?
La movilización de jubilados de este miércoles se desarrollará bajo la opresión de las fuerzas federales, luego de que la Justicia porteña, cediendo a presiones inconfesables, revirtiera una medida cautelar que buscaba protegerlos. Esta decisión judicial, que entrega la Ciudad de Buenos Aires al gobierno nacional, ha generado una indignación generalizada y plantea interrogantes sobre el futuro de la protesta social en nuestro país.
“Es un día triste para la democracia. El gobierno nacional ha demostrado su desprecio por los jubilados y su vocación por reprimir cualquier forma de disenso”, declaró Mirta Suárez, referente de la asociación de jubilados “La Primavera”.
El despojo de la autonomía: ¿Macri cede ante la avanzada nacional?
La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires, en un fallo vergonzoso, revocó la decisión del juez Roberto Andrés Gallardo, quien había intentado proteger la marcha de jubilados de la intervención federal. Los jueces Pablo Mántaras y Fabiana Schafrik, con argumentos falaces, argumentaron que la justicia local no tiene competencia para regular el accionar de fuerzas federales.
Desde el gobierno nacional, Patricia Bullrich, adalid de la mano dura, celebró el fallo y reafirmó su compromiso de “garantizar el orden y la seguridad” en la Ciudad. Jorge Macri, en un acto de sumisión, destacó la importancia de la coordinación entre las fuerzas locales y federales.
Pero, ¿a qué costo se busca este “orden”? ¿Acaso la represión es el único camino para resolver los problemas sociales? Las organizaciones sociales y sindicales denuncian una “judicialización de la protesta social” y un “avance del gobierno nacional sobre la autonomía de la Ciudad”. Temen, con razón, una “represión desmedida” por parte de las fuerzas federales.
Jubilados al borde del abismo: relatos de desesperación
“No tenemos para comer, no tenemos para pagar los remedios, y ahora nos mandan la policía. ¿Qué más quieren quitarnos?”, se lamentó Elena Rodríguez, jubilada y participante de la marcha.
La situación de los jubilados es crítica. Años de ajuste y políticas económicas desastrosas los han empujado a la marginalidad. Sus ingresos, ya de por sí insuficientes, se ven pulverizados por la inflación y los tarifazos. La intervención de las fuerzas federales en su marcha es una burla, una provocación, una muestra de insensibilidad y crueldad.
“No nos van a callar”: la resistencia como única salida
A pesar de la represión y la criminalización, los jubilados y las organizaciones sociales no se amedrentan. Saben que la única forma de defender sus derechos es en la calle, con la frente en alto y la convicción de que un futuro mejor es posible.
La marcha de este miércoles será una prueba de fuego para la democracia argentina. ¿Prevalecerá la cordura y el respeto por los derechos humanos, o se impondrá la lógica de la represión y el autoritarismo? La respuesta está en manos de todos.
¡Únete a la lucha por los derechos de los jubilados! Difunde esta información y participa en las próximas movilizaciones. No permitamos que el gobierno nacional pisotee la dignidad de nuestros abuelos. ¡Basta de represión! ¡Basta de impunidad!