El proyecto Libra, renombrado como Diem y finalmente vendido, prometía revolucionar las finanzas globales. Respaldado inicialmente por gigantes como Facebook, su ambición se estrelló contra la realidad regulatoria y la desconfianza del público. Este artículo analiza en detalle el auge y caída de Libra, desde su concepción hasta la demanda colectiva por estafa que enfrentan algunos de sus promotores.
El Nacimiento de un Sueño Disruptivo
En junio de 2019, Facebook anunció Libra, una criptomoneda diseñada para facilitar pagos transfronterizos y bancarizar a la población no bancarizada. La propuesta era audaz: crear una moneda digital estable, respaldada por una cesta de divisas y activos de bajo riesgo, gestionada por una asociación independiente. El proyecto atrajo a socios de renombre como Visa, Mastercard, PayPal y Uber.
La Resistencia Regulatoria y el Desmoronamiento del Proyecto
La reacción de los reguladores fue inmediata y contundente. Preocupaciones sobre lavado de dinero, estabilidad financiera y protección del consumidor llevaron a investigaciones y advertencias por parte de bancos centrales y autoridades financieras de todo el mundo. Muchos de los socios iniciales abandonaron el proyecto ante la presión regulatoria y la incertidumbre.
Diem: Un Intento Fallido de Resurrección
En un intento por apaciguar a los reguladores, Libra fue rebautizada como Diem y se modificó su enfoque. Se simplificó la estructura de la moneda, centrándose en el dólar estadounidense, y se reforzaron las medidas de cumplimiento. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. La desconfianza persistió y el proyecto nunca logró obtener la aprobación regulatoria necesaria.
La Venta de Diem y el Legado de Libra
En enero de 2022, Diem Association vendió sus activos tecnológicos a Silvergate Capital Corporation, poniendo fin a la aventura de Facebook en el mundo de las criptomonedas. Aunque Libra/Diem no logró su objetivo de revolucionar las finanzas, su impacto se sintió en la aceleración de la investigación y el desarrollo de monedas digitales por parte de bancos centrales y empresas privadas.
Demanda Colectiva por Estafa: El Último Capítulo
Pese a su fracaso y venta, Libra sigue dando coletazos. Inversores minoristas que compraron activos promocionados como parte del ecosistema de Libra han presentado una demanda colectiva por estafa contra algunos de los promotores del proyecto. Alegan que se les indujo a invertir basándose en promesas falsas y publicidad engañosa. Este proceso judicial podría tener importantes consecuencias para el futuro de la regulación de las criptomonedas y la responsabilidad de quienes las promueven.
- Promesas de inclusión financiera global.
- Respaldo inicial de grandes empresas.
- Fuerte resistencia regulatoria.
- Cambio de nombre y enfoque (Diem).
- Venta de activos y fin del proyecto.
- Demanda colectiva por estafa.
El caso de Libra/Diem sirve como una advertencia sobre los desafíos de innovar en el ámbito de las finanzas y la importancia de obtener la aprobación regulatoria y la confianza del público. Su historia es un recordatorio de que incluso los proyectos más ambiciosos y respaldados pueden fracasar si no se abordan adecuadamente las preocupaciones legales y éticas.
¿Qué lecciones podemos extraer del fracaso de Libra? ¿Cómo afectará este caso a la futura regulación de las criptomonedas? Comparte tu opinión en los comentarios.