El auge de turistas argentinos en Brasil, impulsado por la aparente ventaja del dólar barato en Argentina, presenta una cara oculta que no puede ser ignorada. Si bien la situación momentáneamente beneficia a los viajeros, se trata de un espejismo económico con consecuencias negativas de largo plazo para la economía argentina, en particular para el sector turístico.
El Atraso Cambiario: Raíz del Problema
El corazón del problema reside en el atraso cambiario argentino. El gobierno, en su intento por controlar la inflación mediante un tipo de cambio oficial artificialmente bajo, ha creado una distorsión significativa en la economía. El dólar oficial no refleja la realidad del mercado, ni la inflación interna ni la cotización internacional.
En el último año, el dólar oficial ha experimentado una suba del 183%, mientras que la inflación anualizada se ubica en el 193%. Esta diferencia, aunque aparentemente mínima, evidencia una subvaluación del dólar oficial y, por lo tanto, una sobrevaluación del peso argentino. Mientras tanto, el valor de los dólares financieros presenta un panorama diferente con aumentos del 29%.
Turismo Emisor vs. Receptivo: Un Doble Impacto
Este atraso cambiario genera un doble impacto en el sector turístico. Por un lado, incentiva la salida de turistas argentinos al exterior, ya que los viajes internacionales se vuelven relativamente más baratos. Por otro lado, desalienta el turismo receptivo. Para los extranjeros, los precios de bienes y servicios en Argentina son elevados en dólares, comparados con destinos turísticos de la región.
El déficit en el rubro “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”, publicado en el balance cambiario del Banco Central de la República Argentina (BCRA), ya refleja esta situación. El déficit podría superar los u$s1.000 millones en enero de 2025. Los números se disparan debido a la tendencia actual.
Brasil: Un Destino Atractivo en el Contexto Actual
En este contexto, Brasil se posiciona como un destino extremadamente atractivo. La devaluación del real brasileño frente al dólar, junto a una inflación controlada y una oferta turística diversa, lo convierte en una opción mucho más competitiva. Agencias de viajes reportan un incremento del 40% en las consultas para destinos internacionales con Brasil a la cabeza.
Este incremento en viajes hacia Brasil se debe principalmente a la situación cambiaria. Brasil se ha convertido en una opción barata y atractiva para el turista argentino. Este fenómeno, sin embargo, esconde una realidad mucho más preocupante para la economía del país.
El Alto Costo de la Competitividad Perdida
Si bien las políticas de equilibrio fiscal y estabilidad monetaria son pasos positivos, no compensan los efectos negativos del dólar artificialmente bajo. El atraso cambiario es una herramienta que históricamente se ha utilizado en Argentina para contener la inflación en el corto plazo, pero sus consecuencias negativas en el mediano y largo plazo resultan significativas.
La falta de competitividad impacta fuertemente en diversos sectores. El turismo es tan solo un ejemplo. La sobrevaluación del peso argentino hace que las exportaciones argentinas sean más caras en el mercado internacional y que las inversiones extranjeras se desalienten.
Impactos Sistémicos y un Futuro Incierto
El impacto del atraso cambiario va más allá del turismo. Afecta transversalmente a la economía argentina. Las exportaciones se ven perjudicadas debido a los precios elevados en dólares de los productos nacionales. Esto hace difícil competir en los mercados internacionales. La inversión extranjera se reduce por la incertidumbre generada por la política cambiaria impredecible, y la falta de transparencia en el valor del peso argentino.
Para contrarrestar esta tendencia, una corrección cambiaria es ineludible. La solución no puede ser arbitraria ni controlada por un funcionario, sino debe ser guiada por el mercado para que refleje los fundamentos económicos del país. Una solución de este tipo traerá beneficios a largo plazo para la economía nacional.
La Necesidad de una Corrección Cambiaria
El boom turístico argentino en Brasil, alimentado por la ilusión del dólar barato, es insostenible. Es crucial que Argentina tome medidas para corregir el atraso cambiario y restablecer la competitividad de su economía. De no hacerlo, las consecuencias negativas para la economía se profundizarán.
Mientras persista la sobrevaluación del peso, el turismo y otros sectores seguirán sufriendo. Brasil y otros destinos competitivamente posicionados, seguirán beneficiándose de esta situación a expensas de la economía argentina. Se necesita una acción política decisiva para cambiar este escenario.