La detención del senador Edgardo Kueider en Paraguay, con más de 200.000 dólares sin declarar, desató un vendaval político en Argentina, avivando la ya tensa relación entre Cristina Kirchner y Javier Milei. El cruce de acusaciones entre ambos líderes no solo expuso la fragilidad de las alianzas políticas, sino que también puso de manifiesto las sospechas de corrupción y contrabando que subyacen en la trama de este escándalo.
Un cruce de acusaciones que revela la tensión política
La reacción inmediata de Cristina Kirchner fue desmarcarse de Kueider, a pesar de que este había sido electo senador en 2019 por la lista del Frente de Todos. “Si hubiera sido mío no votaba la Ley de Bases, querido Javier”, ironizó la vicepresidenta en respuesta a Milei, quien había publicado una foto de la boleta electoral de 2019 vinculando a Kueider con el kirchnerismo. El mensaje, cargado de sarcasmo, evidenció la profunda grieta que divide a la política argentina y la rapidez con la que las alianzas se deshacen ante la adversidad.
Milei, por su parte, atribuyó la responsabilidad del caso al kirchnerismo, calificándolo como “un tema de ellos”. Sin embargo, la defensa del libertario se debilitó ante la evidencia de que Kueider se había declarado oficialista ante las autoridades paraguayas y había votado a favor de leyes clave impulsadas por La Libertad Avanza. Incluso, se lo había considerado para presidir la estratégica Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado.
Más allá del intercambio de acusaciones, la detención de Kueider puso en relieve la volatilidad del escenario político argentino, donde las lealtades cambian con rapidez y la lucha por el poder se intensifica ante la proximidad de las elecciones.
El dinero sin declarar: ¿Corrupción o contrabando?
Los 211.000 dólares que Kueider llevaba en su mochila sin declarar abrieron un abanico de interrogantes sobre el origen y destino del dinero. La versión de su secretaria, Iara Guinsel Costa, quien se atribuyó la propiedad del dinero y lo vinculó con la compra de electrodomésticos para una empresa paraguaya llamada “Golden Sur”, resultó poco convincente para los investigadores.
La justicia paraguaya imputó a Kueider y a su secretaria por tentativa de contrabando, y la justicia argentina inició una investigación preliminar a través de la PROCELAC. La hipótesis del contrabando cobra fuerza ante la falta de registros de la empresa “Golden Sur” y los antecedentes de Kueider, quien viajó a Paraguay en reiteradas ocasiones utilizando la vía terrestre y evitando los controles aeroportuarios.
En este punto, las especulaciones se multiplican. ¿Se trata de dinero proveniente de la corrupción, destinado a financiar campañas políticas o a operaciones de contrabando? La ruta del dinero se convierte en una pieza clave para comprender la trama completa del escándalo.
La ruta del contrabando: Paraguay, Brasil y la Triple Frontera
La detención de Kueider en Ciudad del Este, en la Triple Frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina, puso el foco en una zona conocida por su permeabilidad al contrabando y al lavado de dinero. La reconstrucción del itinerario de Kueider, quien salió de Argentina por Puerto Iguazú e ingresó a Brasil horas antes de su detención en Paraguay, plantea interrogantes sobre las actividades que realizó en ese lapso.
La hipótesis de una operación de contrabando se ve reforzada por la elección de la ruta terrestre y el cruce por el Puente de la Amistad, conocido por sus controles más laxos en comparación con los aeropuertos.
Además, la presencia de Horacio Cartes, expresidente de Paraguay y acusado de contrabando de cigarrillos, añade un elemento de complejidad al caso. Cartes, quien mantiene vínculos con Mauricio Macri, podría estar involucrado en la trama, según especulan algunos analistas.
Las investigaciones en Argentina y Paraguay deberán determinar si la detención de Kueider fue un hecho aislado o si se trata de la punta del iceberg de una red de contrabando que opera en la Triple Frontera.
El futuro político de Kueider y las implicaciones del escándalo
Tras su detención, Kueider solicitó licencia a su cargo de senador, mientras la justicia paraguaya evalúa su situación. La amenaza de bomba que postergó la audiencia clave para definir su prisión preventiva añadió un nuevo elemento de dramatismo al caso.
El escándalo Kueider no solo afecta al senador implicado, sino que también tiene implicaciones para el gobierno de Milei y para el equilibrio de poder en el Senado. La pérdida de un voto clave en la Cámara Alta podría dificultar la aprobación de leyes impulsadas por el oficialismo.
Asimismo, el caso podría generar un efecto dominó, destapando otras posibles irregularidades en el ámbito político y empresarial. Las investigaciones en curso deberán determinar el alcance real del escándalo y sus consecuencias a largo plazo.