El paraje serrano cordobés de El Durazno se encuentra en el centro de un debate que enfrenta el progreso con la sostenibilidad ambiental. Su belleza natural y su creciente popularidad turística han puesto en jaque la infraestructura del lugar, generando una discusión sobre la peatonalización de sus calles. Mientras algunos ven en esta medida una oportunidad para mejorar la calidad de vida y el impacto turístico, otros se preocupan por las posibles consecuencias negativas para el comercio y la accesibilidad.
El atractivo de El Durazno y sus desafíos
Ubicado en el Valle de Calamuchita, El Durazno es un lugar que seduce con su entorno natural, entre ríos y cerros. En los últimos quince años ha experimentado un notable crecimiento urbanístico, con un incremento significativo en el número de alojamientos turísticos y casas de fin de semana. Esta expansión, sin embargo, ha generado una serie de problemas. Las calles de tierra, estrechas y empinadas, se congestionan durante la temporada alta, complicando la circulación y el estacionamiento. El ruido del tránsito vehicular, la contaminación ambiental y la dificultad para mantener las vías en buen estado se suman a los desafíos que plantea este auge turístico.
La propuesta de convertir El Durazno en un pueblo peatonal busca mitigar estos problemas. La iniciativa, que se estudia desde hace años, retoma fuerza ante la necesidad de un desarrollo turístico más sostenible que preserve el entorno natural que caracteriza al lugar.
Los argumentos a favor de la peatonalización
Para los defensores de la peatonalización, la medida es crucial para proteger el medio ambiente. La reducción del tránsito vehicular disminuiría considerablemente la contaminación del aire y el ruido, mejorando la calidad de vida de los residentes y la experiencia turística. Se buscaría así crear un ambiente más tranquilo y agradable, potenciando el atractivo del paraje para un turismo más selectivo y respetuoso del entorno. Vilma Salinas, vecina y ambientalista, enfatiza que la peatonalización permitiría ‘una mejora de la movilidad del turista, organizar el desplazamiento, fomentar más seguridad, menos contaminación y reducir los ruidos molestos’.
Otro argumento central es el diferencial turístico que obtendría El Durazno al convertirse en pueblo peatonal. Imitando el éxito de La Cumbrecita, el único pueblo peatonal en Argentina, El Durazno podría diferenciarse de otros destinos turísticos de la zona, atrayendo visitantes en búsqueda de una experiencia tranquila y única. Esta estrategia permitiría un mejor ordenamiento del espacio, optimizando la circulación peatonal y la ubicación de comercios.
Las voces de la oposición y las preocupaciones
Sin embargo, la propuesta no está exenta de críticas. Algunos comerciantes y vecinos temen que la restricción vehicular afecte negativamente sus negocios, limitando la accesibilidad para los clientes y dificultando el suministro de bienes y servicios. La preocupación principal es que la peatonalización pueda disminuir la cantidad de turistas que visitan el lugar, afectando sus ingresos.
Para muchos, la solución no pasa por prohibir el ingreso de vehículos, sino por buscar una gestión más eficiente del flujo turístico. Se plantea la necesidad de mejorar la infraestructura vial, con la construcción de estacionamientos adecuados en la periferia del pueblo, la implementación de un sistema de transporte público eficiente y la regulación del tránsito vehicular en temporada alta. Este planteamiento busca aunar las ventajas de la peatonalización con las necesidades logísticas de comercios y residentes.
La postura municipal y los pasos a seguir
El intendente de Villa Yacanto, Fernando Moiso, ha expresado su apoyo al proyecto de peatonalización, pero ha aclarado que su implementación no será inmediata. Se reconoce que el proceso requiere de un amplio consenso entre los vecinos, comerciantes y autoridades, así como una campaña de concientización previa. Stella Ráccaro, secretaria de Turismo municipal, afirma: “Es un proceso, tenemos que terminar de hacer reuniones con todos. Que sea un paraje peatonal es una decisión política, pero lleva su tiempo.”
Las autoridades municipales han comenzado un diálogo abierto con la comunidad para recabar opiniones y analizar las diferentes perspectivas. La meta es encontrar una solución que equilibre la necesidad de proteger el medio ambiente y el desarrollo turístico con las preocupaciones de los residentes y comerciantes, asegurando un futuro sostenible para El Durazno.
El ejemplo de La Cumbrecita y la ecotasa
La experiencia de La Cumbrecita, el único pueblo peatonal de Argentina, sirve como referencia para El Durazno. La Cumbrecita, pionera en este modelo, demostró que la peatonalización puede ser exitosa, siempre y cuando se complementen con la gestión de estacionamientos y otras alternativas para el flujo vehicular. El éxito de La Cumbrecita se ha basado no solo en el marketing ambiental sino en una correcta planificación y control del acceso de vehículos.
El Durazno ha implementado una ‘ecotasa’ por estacionamiento para la temporada turística. Los ingresos obtenidos de esta tasa ayudan a financiar servicios esenciales, como la recolección de residuos, la limpieza pública, y el mantenimiento de baños y otros equipamientos esenciales. Este es un punto clave en la implementación de políticas de gestión sustentable, que podría formar parte de un plan integral si se lleva a cabo la peatonalización.
Un proyecto a largo plazo
La peatonalización de El Durazno es un proyecto ambicioso que requiere de un proceso cuidadoso y participativo. Si bien la implementación no se producirá durante el próximo verano, el debate iniciado abre una oportunidad para que la comunidad reflexione sobre su desarrollo futuro, considerando tanto el progreso turístico como la preservación de su patrimonio natural. Es esencial que el diálogo continue, priorizando un desarrollo que beneficie a todos y asegure un futuro sostenible para este hermoso paraje de Calamuchita.