El año 2024 estuvo marcado por una volatilidad significativa en el mercado cambiario argentino, con el dólar oficial y el dólar blue como protagonistas de una danza de subidas y bajadas que mantuvo en vilo a la economía nacional. La brecha entre ambas cotizaciones, un termómetro de la desconfianza en la moneda local, persistió a lo largo del año, generando distorsiones en los precios y dificultades para las empresas y los consumidores.
El dólar oficial: un recorrido con subas moderadas
El dólar oficial, controlado por el Banco Central, experimentó un aumento del 24% a lo largo de 2024. Este incremento se dio en un contexto de crawling peg, una política que busca devaluar la moneda local de forma gradual y controlada, a un ritmo del 2% mensual. A pesar de esta estrategia, la inflación continuó siendo un problema persistente, erosionando el poder adquisitivo de los salarios y generando presiones sobre el tipo de cambio.
La cotización del dólar oficial cerró el año en $1052,50 para la venta, un valor significativamente superior a los $828,25 registrados al finalizar 2023. Este incremento, aunque moderado en comparación con la inflación anual, impactó en los precios de los productos importados y en la competitividad de las exportaciones.
El dólar blue: la montaña rusa del mercado paralelo
El dólar blue, la cotización informal del dólar en Argentina, experimentó un año de gran volatilidad. Tras superar la barrera de los $1500 en julio, impulsado por la incertidumbre política y económica, el blue cerró el año en $1230 para la venta, un 18% por encima del valor registrado en diciembre de 2023 ($1025).
Los picos y caídas del blue reflejaron la desconfianza en las políticas económicas del gobierno y la creciente demanda de dólares como refugio de valor. La brecha entre el dólar oficial y el blue llegó a alcanzar un 60% en julio, evidenciando la magnitud de la distorsión en el mercado cambiario. A pesar de una tendencia bajista en los meses posteriores, la demanda estacional de fin de año impulsó nuevamente al blue por encima de los $1200.
Impacto de la eliminación del Impuesto PAÍS
Un hito importante en el año fue la eliminación del Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAÍS), que gravaba con un 30% la compra de dólar ahorro y los gastos en el exterior. Esta medida, que buscaba incentivar el consumo interno, tuvo un impacto limitado en la brecha cambiaria y generó un aumento en el precio del dólar tarjeta, que cerró el año en $1367,60.
Si bien se esperaba que la eliminación del impuesto PAÍS pudiera reducir la presión sobre el dólar blue, la realidad demostró que la demanda de divisas en el mercado paralelo responde a factores más estructurales, como la inflación, la incertidumbre política y la falta de confianza en la moneda local.
Dólar MEP y Contado con Liquidación: alternativas para acceder a divisas
El dólar MEP (Mercado Electrónico de Pagos) y el Contado con Liquidación (CCL) ofrecieron alternativas para acceder a dólares a través del mercado financiero. El MEP cerró el año en $1170,41, mientras que el CCL alcanzó los $1186,83. Estas cotizaciones, aunque superiores al dólar oficial, se mantuvieron por debajo del blue, reflejando un menor nivel de riesgo para los inversores.
El CCL, que permite liquidar activos en el exterior, registró un incremento del 35% respecto a diciembre de 2023, mientras que el MEP subió un 20% en el mismo período. Estas variaciones demuestran que, a pesar de las restricciones, la demanda de dólares para inversión y ahorro se mantuvo firme a lo largo del año.
Perspectivas para el futuro
La volatilidad del dólar en 2024 dejó en evidencia la fragilidad del mercado cambiario argentino y la necesidad de implementar políticas económicas que promuevan la estabilidad y la confianza. La persistencia de la brecha cambiaria, la inflación y la incertidumbre política son desafíos que deberán ser abordados para lograr un crecimiento económico sostenible.
Para el próximo año, se espera que la dinámica del dólar continúe influenciada por factores tanto internos como externos. La evolución de la inflación, las políticas del Banco Central, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y el contexto político global serán determinantes para el comportamiento del tipo de cambio.