La noche del 8 de diciembre de 1980, un disparo resonó en la entrada del edificio Dakota en Nueva York, silenciando para siempre la voz de John Lennon. La noticia de su asesinato conmocionó al mundo, pero el impacto fue aún más devastador para quienes compartieron con él la cima de la fama: Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Las reacciones de los tres Beatles sobrevivientes fueron un crisol de dolor, negación y confusión, cada uno lidiando con la pérdida de un amigo y compañero de una manera profundamente personal.
Paul McCartney: Un “garrón” malinterpretado y un duelo en silencio
Para Paul McCartney, la noticia llegó como un golpe devastador. Encerrado en su estudio, intentó procesar la información a través del trabajo, buscando refugio en la música que por tantos años compartió con John. Acosado por la prensa a la salida del estudio, pronunció una frase que lo perseguiría por años: “Es un garrón”. La declaración, breve y aparentemente fría, fue sacada de contexto, convirtiéndose en blanco de críticas y tergiversaciones. Sin embargo, quienes lo conocían sabían que se trataba de un hombre incapaz de articular su dolor en público, un alma rota buscando refugio en la privacidad del duelo.
Al día siguiente, emitió un comunicado expresando su amor y respeto por John, destacando su calidez humana y su legado de paz. Pero la herida ya estaba abierta, la malinterpretación ya había sembrado la duda sobre sus verdaderos sentimientos. La imagen de Paul devastado, con la mirada perdida ante los flashes, contrastaba con el torbellino emocional que se agazapaba en su interior.
George Harrison: La negación inicial y un homenaje musical
La reacción de George Harrison fue la de la negación. Tras recibir la llamada de su hermana con la trágica noticia, colgó el teléfono y volvió a dormir, como si intentara borrar la realidad. Al despertar, la tristeza lo invadió. A diferencia de Paul, no buscó refugio en el trabajo, sino en la compañía de amigos y en la reflexión sobre la vida y la muerte. Su espiritualidad, tan presente en su música, lo ayudó a encontrar consuelo y a aceptar la pérdida.
Meses después, canalizó su dolor en la canción “All Those Years Ago”, un sentido homenaje a John que contó con la participación de Paul y Ringo. La música se convirtió en el vehículo para expresar lo que las palabras no podían, un tributo a la amistad y al legado musical que compartieron.
Ringo Starr: La acción inmediata y el consuelo de un niño
Ringo Starr, de vacaciones en Bahamas, fue quizás el primero en enterarse. La incredulidad inicial dio paso a un llanto desconsolado que reflejaba la profunda amistad que los unía. Sin dudarlo, voló a Nueva York para consolar a Yoko Ono y a Sean, el hijo de cinco años de John. En medio del caos y la tristeza, Ringo encontró una manera de canalizar su dolor: dedicándose a jugar y a hacer reír a Sean, brindando un rayo de luz en la oscuridad.
Su gesto, simple pero profundo, demostró que la amistad trasciende la fama y la tragedia, un acto de amor en medio del dolor. Ringo, siempre el conciliador, el que unía a los Beatles, se convirtió en el soporte emocional para Yoko y Sean en esos momentos difíciles.
El legado de una pérdida irreparable
El asesinato de John Lennon no solo silenció a un artista icónico, sino que dejó una herida profunda en el corazón de la música y en las vidas de quienes lo conocieron. Las reacciones de Paul, George y Ringo, tan diversas como sus personalidades, reflejan la complejidad del duelo y la dificultad de procesar una pérdida tan repentina e inesperada.
Más allá de la música, la historia de los Beatles tras la muerte de John Lennon es una historia de amistad, dolor y la búsqueda de consuelo en medio de la tragedia. Es un recordatorio de que incluso las figuras más grandes son, ante todo, seres humanos que enfrentan la pérdida con la misma vulnerabilidad que cualquier otro.
Las canciones que surgieron del dolor, “All Those Years Ago” y “Here Today”, se convirtieron en himnos de amor y recuerdo, un legado musical que continúa resonando en el corazón de millones de fans. El día que murió John Lennon, la música perdió a uno de sus grandes talentos, pero el mundo ganó un ejemplo de cómo el arte puede transformar el dolor en belleza y la pérdida en un recuerdo eterno.