Córdoba, bastión histórico del peronismo, se ha convertido en el epicentro del fenómeno Milei. Un año después de su aplastante victoria en las elecciones presidenciales, el líder libertario no solo mantiene, sino que incrementa su popularidad en la provincia mediterránea. Su figura omnipresente y las políticas de ajuste implementadas por su gobierno han reconfigurado el tablero político local, generando un clima de adhesión inquebrantable entre sus seguidores y una profunda incertidumbre en la oposición. Las elecciones legislativas de este año se presentan como un primer test crucial para Milei, pero también como un desafío para las fuerzas tradicionales que buscan sobrevivir al tsunami libertario.
Milei: el fenómeno político que Córdoba no esperaba
El 74% obtenido por Milei en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Córdoba no fue una anécdota, sino la confirmación de un fenómeno político que se venía gestando. La imagen positiva del presidente, que hoy supera el 60% en la provincia, se nutre no solo del descontento con las gestiones anteriores, sino también de una promesa de cambio radical que ha seducido a amplios sectores de la sociedad cordobesa. Incluso las medidas de ajuste implementadas, con su consecuente impacto en las finanzas provinciales y municipales, no han logrado erosionar la confianza en el líder libertario. Milei, con su discurso anti-establishment y sus promesas de liberalización económica, ha logrado interpelar a un electorado hastiado de la política tradicional, que hoy lo ve como el único capaz de sacar al país adelante. Las encuestas muestran que su figura trasciende las barreras partidarias, atrayendo tanto a votantes de derecha como de centro, e incluso a algunos desencantados del peronismo.
Este apoyo masivo a Milei ha puesto en jaque a las fuerzas políticas tradicionales. El gobernador peronista Martín Llaryora, a pesar de mantener una “correcta relación institucional” con el gobierno nacional, ha visto cómo los fondos provinciales se han reducido drásticamente debido a las políticas de ajuste. La caída real de la coparticipación en un 12,6% en 2024 ha obligado a la provincia a implementar medidas de austeridad, con el consiguiente costo político que esto implica. El intendente de Córdoba, Daniel Passerini, también ha sufrido las consecuencias del recorte de fondos, lo que ha dificultado el inicio de su gestión.
El impacto del ajuste y la “solvencia financiera” de Córdoba
Las políticas de ajuste implementadas por Milei han tenido un impacto significativo en las finanzas de la provincia de Córdoba. Fondos millonarios retenidos, transferencias casi nulas y la cancelación de programas de obras públicas han generado un escenario de austeridad para la gestión de Llaryora. A esto se suma la caída de la coparticipación, principal fuente de ingresos de la provincia. Sin embargo, el gobierno provincial ha logrado mantener una aparente “solvencia financiera”, gracias a medidas como el atraso salarial del sector público y de los haberes jubilatorios. Esta estrategia, aunque efectiva en el corto plazo, podría tener un alto costo político en el futuro.
El intendente Passerini también ha tenido que lidiar con la reducción de fondos, lo que ha dificultado el inicio de su gestión. Tanto Llaryora como Passerini son conscientes de la importancia de la ciudad de Córdoba como bastión electoral, y saben que la defensa del proyecto provincial en 2027 dependerá en gran medida del apoyo de los cordobeses.
El tablero político de 2027: ¿quiénes se atreven a desafiar a Milei?
Ante la inminente contienda electoral, los partidos tradicionales se encuentran en una encrucijada. El radicalismo, dividido entre la posibilidad de una alianza con Juntos por el Cambio o un acercamiento a Milei, aún no define su estrategia. Luis Juez, por su parte, apuesta a mantener su cercanía con el presidente, esperando que la coyuntura económica le sea favorable. El peronismo cordobés, liderado por Llaryora, observa con atención el escenario, buscando posicionarse como una alternativa viable al modelo libertario.
La posibilidad de que Milei impulse un candidato propio en Córdoba para 2027 genera incertidumbre. Algunos analistas creen que el presidente evitará empoderar a figuras que puedan competir con su liderazgo. Otros, sin embargo, señalan que la expansión territorial de La Libertad Avanza sugiere una estrategia de construcción de poder a largo plazo, que podría incluir la conquista de la gobernación cordobesa. La figura de Gabriel Bornoroni, diputado provincial y referente del espacio libertario, ha comenzado a sonar como posible candidato, aunque su postulación aún no está confirmada.
Mientras tanto, la oposición se debate entre la posibilidad de una alianza anti-Milei o la construcción de alternativas propias. El radicalismo, dividido internamente, no termina de encontrar un rumbo claro. Luis Juez, por su parte, se mantiene expectante, buscando capitalizar el descontento con la gestión de Llaryora sin confrontar directamente con Milei. El peronismo cordobés, golpeado por la derrota electoral y las consecuencias del ajuste, enfrenta el desafío de reconstruir su base de sustentación y presentar una propuesta atractiva para los votantes.