La pandemia ha disparado el interés por la carrera de Medicina en España, atrayendo a estudiantes con expedientes brillantes. Sin embargo, surge un debate crucial: ¿es esta afluencia producto de una verdadera vocación o, más bien, del prestigio social y las expectativas económicas asociadas a la profesión?
El auge de las preinscripciones: cifras que hablan
El incremento de preinscripciones es asombroso. En 2023, se registraron 70.000 solicitudes para 6.653 plazas en universidades públicas, a lo que se suman otras 2.200 en instituciones privadas. Esto representa una proporción de 10,7 aspirantes por plaza, en comparación con las 43.000 solicitudes de 2014. Las notas de corte han subido considerablemente, reflejando la alta competencia y el nivel académico de los candidatos.
Este aumento significativo no solo refleja la alta competitividad para acceder a la carrera, sino que también plantea interrogantes sobre la motivación subyacente de estos estudiantes de alto rendimiento. ¿Se sienten verdaderamente atraídos por el servicio público, o prevalecen otros factores?
Más allá de la vocación: factores influyentes
Jesús Millán, exvicerrector de la facultad de Medicina de la Complutense, señala que, más allá de la vocación intrínseca, influyen factores externos como la presión familiar, la percepción social de la profesión, el atractivo de ciertas áreas de conocimiento, o simplemente las expectativas económicas.
Millán enfatiza que la profesión médica exige cualidades como “capacidad de entrega, sacrificio, generosidad, altruismo”, valores que pueden no coincidir con las motivaciones de todos los aspirantes. Este argumento reabre el debate sobre la selección de candidatos y la necesidad de evaluar no sólo sus habilidades académicas, sino también su idoneidad para la profesión.
El debate a nivel nacional e internacional
El Ministerio de Sanidad reconoce que este tema se discutió en una reunión interterritorial. Se enfatizó que el debate no es exclusivo de España, sino que se extiende a nivel mundial. La European Junior Doctors Association, en un informe de 2023, destaca que la vocación médica existe, pero no a cualquier precio. Los médicos residentes esperan una remuneración justa, buenas condiciones laborales y reconocimiento por su trabajo.
La falta de vocación podría afectar negativamente el desempeño futuro, según algunos expertos. El “deseo de ayudar a los demás” se identifica como una motivación clave para el éxito en la profesión, algo que cuestiona la idoneidad de un sistema que prioriza exclusivamente el rendimiento académico.
Voces disidentes: la importancia de la formación
No todos concuerdan con la idea de evaluar las motivaciones de los aspirantes a Medicina. Markel Gamarra, presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, considera que el sistema educativo y sanitario son los encargados de inculcar valores como la solidaridad y la empatía en los estudiantes, no evaluar previamente su presencia. Gamarra considera inviable evaluar las razones que llevan a cada estudiante a elegir la carrera, considerando la heterogeneidad de los aspirantes.
Juan José Giner, vicedecano de Químicas de la Universidad de Córdoba, comparte estas inquietudes. Le preocupa que la motivación principal para estudiar Medicina sea el éxito económico y el prestigio social antes que el altruismo y el servicio a la comunidad.
El reto de la orientación académica
Profesores y orientadores juegan un rol fundamental en informar a los futuros estudiantes. Algunos profesores optan por remarcar la dureza de la carrera para disuadir a aquellos que no estén plenamente comprometidos. Otros dedican esfuerzos para detallar la carga de trabajo y las complejidades que requiere el desempeño de la profesión médica, dejando claro que no es una carrera fácil.
El psicólogo Juan de Vicente Abad, orientador en un instituto público de Madrid, señala la importancia de comprender la magnitud del compromiso que supone la carrera de Medicina. Se requiere un esfuerzo significativo de 10 años (6 de carrera + 4 de MIR) y un compromiso real con el bienestar de los pacientes. El sistema debería priorizar la difusión de este conocimiento.
Salud mental y la presión académica
La presión para ingresar a la carrera de Medicina puede generar altos niveles de ansiedad. De Vicente Abad observa que la autoexigencia, unida al peso de la expectativa en la nota de corte, provoca estrés y ansiedad en muchos aspirantes, un estrés que persiste durante toda la carrera. Estudios demuestran que el 21,5% de los estudiantes sufre altos niveles de ansiedad y un 45% presenta burnout en el sexto curso.
Esta presión académica también se traduce en tasas de abandono relativamente bajas, destacando la persistencia y compromiso de la mayoría. No obstante, estos datos de salud mental alertan sobre la necesidad de contar con un sistema de apoyo y orientación que ayude a gestionar la presión y los desafíos de la formación.
un futuro con nuevos retos
El auge de Medicina en España es un fenómeno complejo que debe analizarse con matices. Si bien la vocación es un elemento fundamental, otras motivaciones juegan un papel importante en la elección de la carrera. El reto está en equilibrar las expectativas, informar adecuadamente a los futuros estudiantes sobre las exigencias de la profesión y fomentar el desarrollo de las cualidades humanas indispensables para una práctica médica exitosa, poniendo énfasis en el servicio público, la empatía y el bienestar del paciente.
Es esencial promover una formación integral que prepare a los médicos del futuro no solo en lo académico, sino también en las habilidades sociales y emocionales necesarias para afrontar los desafíos de la profesión, promoviendo el equilibrio entre el ámbito personal y profesional, con la finalidad de dotarlos de las herramientas necesarias para enfrentar la complejidad de la medicina contemporánea.