El número de facultades de Medicina en España se ha duplicado en los últimos 20 años, pasando de 27 en 2004 a 53 en la actualidad. Este incremento, impulsado en gran medida por la proliferación de universidades privadas, ha generado un intenso debate sobre la sostenibilidad del sistema y las posibles consecuencias a medio y largo plazo. Mientras algunas voces alertan sobre un futuro exceso de médicos y el riesgo de paro, otras defienden la necesidad de más profesionales para cubrir las demandas del sistema sanitario.
Un crecimiento descontrolado: la voz de alarma de los decanos
La Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina ha expresado su preocupación por el crecimiento exponencial de los grados de Medicina, especialmente en el ámbito privado. Entre 2001 y 2024, el número de facultades públicas aumentó un 62%, mientras que las privadas se multiplicaron por diez, con un incremento del 912%. Antonio Compañ, vicepresidente de la Conferencia y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández de Elche, advierte: “No tiene sentido incrementar el número de facultades. Lo que hay es que incrementar la calidad de las que ya hay y planificar el número de estudiantes que se necesitan”. Esta planificación, según los decanos, debe hacerse con una visión a largo plazo, considerando que la formación de un médico especialista requiere al menos 12 años (grado, MIR y especialidad).
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Javier Arias, plantea un escenario preocupante: “¿Qué podemos decir a un estudiante que ingresa ahora? En 10 o 13 años deberá buscar trabajo. Aparentemente ahora faltan médicos, pero cuando acaben los estudios van a sobrar”. Arias recuerda la saturación del MIR en los años 80, cuando miles de médicos compitieron por un número limitado de plazas, dejando a muchos profesionales sin empleo.
La perspectiva de la universidad privada: ¿negocio o necesidad?
Desde el sector privado, la visión es diferente. Javier Tello, director general de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, argumenta que el déficit de profesionales biosanitarios es creciente y que la demanda de médicos seguirá existiendo. “Ahora mismo hay hospitales cerrados por falta de enfermeros”, afirma, justificando la necesidad de formar más profesionales. Sin embargo, desde las universidades públicas se cuestiona si detrás de la apertura de nuevas facultades de Medicina privadas no hay un interés económico más que una respuesta a una necesidad real. “Las privadas han encontrado un gran negocio en estas carreras, ya que dan prestigio a la universidad”, señala un representante de la universidad pública.
Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo, defiende la calidad y experiencia de su grado en Medicina, destacando que fue uno de los pioneros en Madrid. Visiedo asegura que sus estudiantes tienen las mismas oportunidades y acceso a prácticas hospitalarias que los de la universidad pública, compartiendo incluso el mismo hospital (Infanta Cristina) con los alumnos de la Complutense.
El futuro del sistema sanitario: ¿sobran o faltan médicos?
En los próximos diez años se jubilarán 53.500 médicos, mientras que se estima que se graduarán 77.764 estudiantes. Este excedente de más de 24.000 profesionales preocupa a los decanos de las facultades públicas, que advierten del riesgo de paro y la posible fuga de talentos al extranjero. Sin embargo, la realidad actual muestra un déficit de médicos en especialidades como Medicina de Familia, Pediatría, Cirugía General y Anestesiología, principalmente en zonas rurales con menor atractivo profesional y económico.
El debate se centra en si el problema radica en la cantidad o en la distribución de los médicos. Mientras que para algunos la solución pasa por limitar la apertura de nuevas facultades, otros proponen incentivar la elección de las especialidades deficitarias y mejorar las condiciones laborales en la Atención Primaria para atraer a los profesionales a las zonas rurales. Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico Andaluz, critica la rigidez del modelo de gestión sanitaria, que considera “de hace 40 años” y poco adaptable a las necesidades actuales.
Otro punto de conflicto es la calidad de la formación. Antonio Compañ, de la Universidad de Elche, cuestiona la acreditación de algunos docentes en la privada y la saturación de las prácticas hospitalarias por el exceso de alumnos. Santiago Palacios, vicerrector de la Universidad Autónoma de Madrid, critica la entrada de la privada en los hospitales públicos, denunciando un interés económico por encima de la calidad formativa.
Conclusiones: un debate abierto con futuro incierto
El ‘boom’ de las facultades de Medicina en España plantea un complejo panorama con múltiples aristas. La preocupación por un posible exceso de médicos en el futuro choca con la realidad actual de un déficit en ciertas especialidades y zonas geográficas. La calidad de la formación, la distribución de los profesionales y el modelo de gestión sanitaria son factores clave en este debate que requiere un análisis profundo y soluciones a largo plazo. El futuro de la sanidad española y la calidad de la atención médica dependen de las decisiones que se tomen en los próximos años.