A principios de este año participé en un taller virtual dictado por el gran coach motivacional Tony Robbins sobre cómo desatar el poder que llevamos dentro y aprender a crear la propia vida en un camino de éxito y autorrealización. Un punto clave de las lecciones aprendidas fue cómo combatir el proceso de envejecimiento, específicamente en términos de agudeza mental. Robbins enfatizó la importancia del estilo de vida en la preservación de la salud cognitiva a lo largo de los años.
El impacto del estilo de vida en la salud cognitiva
Nuestro estilo de vida juega un papel fundamental en el deterioro cognitivo. La falta de sueño, la inactividad física, el estrés constante y una mala alimentación, entre otros factores, dañan las células cerebrales. Pero hay una buena noticia: el cerebro es un órgano dinámico, con la capacidad de adaptarse y cambiar positivamente a lo largo de la vida. Esto significa que podemos tomar medidas para proteger nuestra salud cognitiva y prevenir el deterioro mental relacionado con la edad.
Cinco claves para una mente más ágil, según Tony Robbins
Entre las cinco estrategias principales que Tony Robbins recomendó para mejorar la función cerebral y combatir el envejecimiento cognitivo, se destacaron: 1. Consumir más grasas saludables (salmón, aguacate, nueces); 2. Beber té verde (rico en antioxidantes, nutrientes y minerales); 3. Escuchar música relajante; 4. Incluir alimentos que mejoran la función cerebral (brócoli, arándanos, chocolate amargo); y 5. Ejercitarse regularmente.
El ejercicio: la clave para un cerebro sano
El punto que más me interesó de las recomendaciones de Robbins fue el énfasis en el ejercicio físico. La ciencia ha demostrado repetidamente la existencia de una fuerte correlación positiva entre la actividad física y el rendimiento cognitivo. Estudios han revelado cómo el ejercicio ayuda al cerebro a resistir la contracción física, mejorando la flexibilidad cognitiva y la capacidad de respuesta.
Robbins citó investigaciones que concluyeron que las personas que hacen ejercicio regularmente tienen cerebros más sanos y obtienen mejores resultados en las pruebas cognitivas que las personas sedentarias. Esto se debe a que la actividad física promueve la neurogénesis (la formación de nuevas neuronas) y la sinaptogénesis (la formación de nuevas conexiones sinápticas entre neuronas).
La actividad física estimula la liberación de factores neurotróficos, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), una proteína esencial para el crecimiento, supervivencia y función neuronal. El BDNF ayuda a proteger las células cerebrales del daño y a mejorar su plasticidad, lo que facilita el aprendizaje y la memoria.
El ejercicio también mejora el flujo sanguíneo al cerebro, proporcionando más oxígeno y nutrientes a las células cerebrales. Esto es crucial para mantener la función cerebral óptima y prevenir el deterioro cognitivo.
Tipos de ejercicio para la salud cognitiva
No es necesario matarse en el gimnasio cinco veces por semana para obtener los beneficios del ejercicio en la salud cognitiva. Cualquier tipo de actividad física regular, como andar en bicicleta, bailar, nadar, remar, patinar o caminar de forma recreativa, puede ser muy beneficioso.
Una caminata de 20 a 40 minutos tres veces por semana ya puede mejorar la conectividad de los circuitos cerebrales. De hecho, la investigación sugiere que incluso los estiramientos regulares pueden tener un impacto positivo en las habilidades cognitivas.
En un estudio, se observó que la mitad de los participantes que añadieron estiramientos a su rutina semanal, frente a la mitad que añadió actividad aeróbica moderada, lograron mejores resultados en las pruebas de rendimiento cognitivo un año después. Esto resalta la importancia de la flexibilidad y el estiramiento, junto con la actividad cardiovascular, para mantener una mente aguda.
Invierte en tu salud cerebral
En resumen, la evidencia científica respalda contundentemente la relación entre la actividad física y la salud cognitiva. Incorporar el ejercicio regular en nuestra vida diaria es una inversión en nuestra salud cerebral y bienestar general. No importa la edad, comenzar un programa de actividad física regular, que incluya tanto actividad cardiovascular como estiramientos, es una estrategia efectiva para mantener la agudeza mental y prevenir el deterioro cognitivo. Recuerda consultar con tu médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, especialmente si tienes algún problema de salud preexistente.
Además, es importante encontrar actividades que disfrutes, para que la adherencia al programa sea más fácil y sostenible en el tiempo. Ya sea caminar en la naturaleza, bailar con amigos o inscribirte en una clase de fitness, lo importante es mantenerse activo y en movimiento para una mente más aguda y saludable.