La Avenida Alvear, en el corazón de Recoleta, es un paseo obligado para quienes buscan admirar la arquitectura señorial y respirar la historia de la Buenos Aires opulenta. Entre sus palacetes y mansiones, dos residencias enfrentadas en el número 1600 cautivan la atención por su historia singular: la Residencia Casey y la enigmática Residencia Maguire, apodada “El Castillo de Drácula”. Ambas, diseñadas por el arquitecto Charles Ryder en el siglo XIX, nos transportan a una época de esplendor y misterio.
El Misterio Gótico del Castillo de Drácula
La Residencia Maguire, con su estilo gótico y aire de misterio, se erige como un faro de otra época en la moderna Avenida Alvear. Construida en 1898 para el ingeniero Alexander Hume, su fachada de ladrillos a la vista, mansardas de pizarra negra y detalles renacentistas evocan la Transilvania de las leyendas. Su historia, envuelta en un halo de misterio, se nutre de los relatos de vecinos que aseguran ver luces en el ático y percibir una actividad inusual en su interior. Actualmente semi habitada y custodiada por caseros y cámaras de seguridad, la residencia conserva su aura enigmática, invitando a la especulación y la fantasía.
Los materiales traídos de Escocia, las piedras labradas, las tejas oscuras y los detalles góticos, románticos y renacentistas se combinan para crear una atmósfera única. Un extenso jardín diseñado por Carlos Thays en 1913, una pileta rodeada de arcos en el subsuelo y una fachada que resiste el paso del tiempo completan la postal de esta joya arquitectónica. Declarada Monumento Histórico Nacional en 2002, “El Castillo de Drácula” se mantiene como la única mansión de la Avenida Alvear que aún funciona como vivienda privada, un testimonio vivo de la época dorada de la aristocracia porteña.
La Residencia Casey: Un Palacio con Historia Papal
Frente al “Castillo de Drácula”, la Residencia Casey despliega su propia historia de lujo y sofisticación. Construida en la década de 1880 para el empresario Eduardo Casey O’Neill, esta mansión de 30 habitaciones fue ampliada por su siguiente propietario, Vicente Casares, fundador de La Martona, la primera industria lechera del país. Sin embargo, su momento de mayor esplendor llegó con la marquesa pontificia Adelia Harilaos de Olmos, quien la adquirió y remodeló con la intención de alojar al futuro Papa Pío XII durante su visita a Argentina.
Aunque el Cardenal Pacelli finalmente optó por la Nunciatura Apostólica, la Residencia Casey conservó su majestuosidad. Sus cuatro plantas, diseñadas según la funcionalidad de la Belle Époque, revelan la vida cotidiana de una familia aristocrática: un sótano para el personal de servicio, una planta baja con salones de recepción, un primer piso con dormitorios y una buhardilla para el servicio doméstico. Adquirida por el Estado Nacional en 1948, la residencia funciona actualmente como sede de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, preservando su legado arquitectónico para las futuras generaciones.
El Resurgir de Recoleta y la Exclusividad de Alvear
Recoleta, con su arquitectura señorial, su rica historia y su vibrante vida cultural, se mantiene como uno de los barrios más exclusivos de Buenos Aires, compitiendo con zonas como Belgrano, Palermo y Núñez. La Avenida Alvear, en particular, ha experimentado un resurgimiento en los últimos años, con un aumento significativo en el valor del metro cuadrado. Según expertos inmobiliarios, esta tendencia alcista se mantendrá en 2025, convirtiendo a la zona en una atractiva opción para la inversión.
El mercado inmobiliario en Alvear refleja la exclusividad del barrio. Los precios promedio rondan los USD 2.620 por metro cuadrado para departamentos de estilo francés, pudiendo superar los USD 4.000 en propiedades de lujo. La proximidad al Palacio Duhau, al Jockey Club o al Hotel Alvear, así como las características de las propiedades, como balcones amplios, vistas a jardines o cocheras, influyen en su cotización. La escasez de espacio para nuevos desarrollos, debido a las regulaciones sobre patrimonio, ha generado una fusión entre lo clásico y lo moderno, donde las fachadas históricas se combinan con interiores renovados y adaptados a las comodidades actuales.
En la actualidad, más de 15 viviendas se encuentran a la venta en la Avenida Alvear, con precios que oscilan entre los USD 350.000 y los USD 2.000.000. Los alquileres, totalmente dolarizados, varían entre USD 2.500 y USD 10.000 mensuales. La Avenida Alvear, con sus historias y sus majestuosas residencias, se consolida como un símbolo de la Buenos Aires elegante y exclusiva, atrayendo a inversores y amantes de la arquitectura por igual.