Dormir bien es fundamental para la salud, pero en Argentina, un nuevo estudio revela que la falta de sueño tiene un alto costo económico oculto. Este análisis profundiza en los hallazgos de una investigación conjunta entre biólogos y economistas, quienes cuantifican el impacto de la falta de descanso en el Producto Bruto Interno (PBI) del país, explorando las implicaciones para la productividad laboral y la salud pública.
El Costo Económico del Sueño Insuficiente
Una investigación publicada en The European Journal of Health Economics, liderada por el biólogo Diego Golombek y los economistas Walter Sosa Escudero, María Victoria Anauati y Matías Gómez Seeber (todos profesores e investigadores de la UdeSA), junto con el autor de esta nota, ha cuantificado el costo económico de la falta de sueño en Argentina. Según el estudio, si toda la población argentina durmiera al menos siete horas diarias, el PBI sería 1.27% más alto.
Este incremento, aunque aparentemente pequeño, representa una cifra significativa. El estudio lo equipara a 3.7 veces el presupuesto nacional en ciencia y tecnología, o al total de la inversión anual en educación. Esto destaca la magnitud del impacto del sueño en la economía nacional.
Impacto en la Productividad y la Salud
El estudio utiliza un ‘modelo de generaciones superpuestas’ (OLG) para evaluar el efecto del sueño insuficiente en la productividad y la salud. Se considera la duración media del sueño, comparándola con el mínimo recomendado, y su impacto en ambos aspectos. El modelo se asemeja a uno utilizado anteriormente por el economista Marco Hafner para países de la OCDE, cuyos resultados mostraron costos porcentuales en términos de PBI entre el 1% y el 3%.
El impacto más significativo se refleja en la reducción de la productividad laboral. El ausentismo laboral aumenta, la tasa de accidentes en el trabajo se incrementa y el rendimiento general de los trabajadores disminuye. La falta de sueño también impacta directamente en el sistema de salud. Se estima un aumento en las enfermedades relacionadas con la falta de descanso adecuado.
Cifras Clave
- 18% de la población argentina duerme menos de 6 horas por día.
- 27% de la población duerme entre 6 y 7 horas por día.
- El 40% de la población presenta problemas relacionados con el descanso nocturno (Asociación Argentina de Medicina del Sueño).
- El 72% de la población no alcanza las horas de sueño recomendadas (Estudio Crono Argentina pre-pandemia).
- Argentina se encuentra por encima del promedio de países como Canadá (26%), Alemania (30%) o Reino Unido (35%) en cuanto a personas que duermen menos de lo recomendado.
La ‘Gran Recesión del Sueño’
El concepto de ‘gran recesión del sueño’, acuñado por algunos economistas, hace referencia al costo significativo de la falta de sueño en la productividad económica. En Estados Unidos, por ejemplo, se estima que esta situación representa pérdidas anuales de cientos de millones de dólares.
En Argentina, la situación es preocupante. La investigación pone en relieve la necesidad de políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad y cantidad del sueño de la población. Si bien existen esfuerzos individuales, como la compra de productos relacionados con el descanso, la dimensión del problema demanda una atención multisectorial.
El Rol de la Tecnología y el Estrés
La omnipresencia de pantallas y dispositivos electrónicos ha impactado negativamente en nuestros hábitos de sueño. La exposición a la luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño. La ansiedad y el estrés también son factores cruciales que contribuyen a la dificultad para dormir adecuadamente.
Incluso la obsesión por dormir bien, conocida como ‘ortosomnia’, puede llegar a ser contraproducente, incrementando la ansiedad y reduciendo la calidad del sueño. Es importante buscar un equilibrio y evitar la presión por alcanzar un ideal irrealizable.
Conclusiones y Recomendaciones
El estudio proporciona evidencia cuantitativa sobre el alto costo económico del déficit de sueño en Argentina. Si bien es un problema complejo, la magnitud del impacto en la productividad y la salud pública exige una respuesta integral. Se necesitan políticas públicas que promuevan la higiene del sueño, fomenten la concientización sobre la importancia del descanso y que ayuden a identificar y abordar los factores que contribuyen a la falta de sueño en la población.
Además, es importante promover más investigaciones en este campo para obtener un entendimiento más profundo de los factores causales, y para poder diseñar intervenciones específicas más efectivas.
Finalmente, la creación de campañas de concientización, la mejora en la calidad de la educación sobre sueño y el fomento de estilos de vida saludables pueden contribuir significativamente a mitigar esta situación. La economía del sueño, al menos en Argentina, es un tema que merece más atención.