Argentina, un país acostumbrado a la volatilidad económica, ha experimentado en el último año una transformación significativa en su panorama financiero. El dólar libre, protagonista indiscutible de la escena económica local, ha transitado un camino sinuoso desde las elecciones de 2023, marcado por una inflación galopante, políticas económicas audaces y la incertidumbre propia de un escenario post-electoral. Para comprender este complejo entramado, nos adentraremos en el análisis realizado por la consultora EcoGo, que desentraña las claves de este fenómeno y proyecta posibles escenarios futuros.
De la baratura a la carestía: un viaje en montaña rusa para el dólar
En noviembre de 2023, previo a las elecciones, el dólar libre cotizaba a un valor nominal que, con la inflación acumulada del 210% hasta la fecha, equivaldría a unos $3.500 actuales. Este dato, aportado por EcoGo, revela la drástica pérdida de poder adquisitivo del peso argentino en el último año. La consultora destaca que esta depreciación real del dólar ha llevado a Argentina a pasar de ser uno de los países más baratos de la región a uno de los más caros en términos de dólar CCL (Contado con Liquidación).
Este fenómeno se explica, en parte, por la estrategia de “ancla cambiaria” implementada por el gobierno, que ha mantenido el tipo de cambio oficial por debajo de la inflación. Si bien esta política ha contribuido a desacelerar la inflación mensual, también ha generado un atraso cambiario que se refleja en la brecha entre el dólar oficial y el dólar libre.
El impacto de la inflación: una batalla con final incierto
La inflación, el viejo enemigo de la economía argentina, ha mostrado una leve desaceleración en los últimos meses. Según EcoGo, la inflación interanual caería al 119% en diciembre y se ubicaría en torno al 54% en marzo de 2025. Sin embargo, la consultora advierte que el desarme del “cepo” cambiario, una medida que podría tener un impacto significativo en el valor del dólar, no se concretaría antes de las elecciones.
Este escenario plantea un interrogante clave: ¿Será sostenible la baja de la inflación en un contexto de atraso cambiario y con la posibilidad de una devaluación post-electoral? La respuesta a esta pregunta dependerá, en gran medida, de las decisiones que tome el próximo gobierno en materia económica.
Crecimiento económico: ¿un futuro prometedor o una nueva decepción?
El informe de EcoGo proyecta una caída del PBI del 2,8% para 2024, un punto menos que lo previsto en el Presupuesto 2025. Sin embargo, la consultora destaca que la actividad económica tocó piso en abril y que, para alcanzar el 5% de crecimiento en 2025, se necesitaría un crecimiento trimestral promedio del 1,5%. Dada la dinámica reciente, este objetivo podría ser superado.
Sin embargo, el crecimiento económico también está condicionado por factores externos, como la evolución de la economía global y el precio de las materias primas, y por factores internos, como la inversión, el consumo y la confianza empresarial. La incertidumbre política y la falta de definiciones en materia económica podrían afectar negativamente las expectativas de crecimiento.
El mercado expectante: cuatro variables clave en la mira
EcoGo señala que el mercado está atento a cuatro variables fundamentales: la consolidación fiscal, el ritmo y la composición de la desinflación, las compras de dólares del Banco Central y el impacto de las encuestas en un contexto político polarizado. Estas variables, interrelacionadas entre sí, determinarán el rumbo de la economía argentina en los próximos meses.
La consolidación fiscal es crucial para reducir el déficit público y generar confianza en los inversores. El ritmo y la composición de la desinflación son importantes para determinar si la baja de la inflación es sostenible en el tiempo. Las compras de dólares del Banco Central influyen en el nivel de reservas y en la estabilidad cambiaria. Finalmente, el impacto de las encuestas en un contexto político polarizado puede generar incertidumbre y volatilidad en los mercados.
Un futuro incierto: entre la esperanza y el temor
El futuro económico de Argentina se presenta incierto. La combinación de una inflación aún elevada, un atraso cambiario, una economía en recesión y un escenario político polarizado genera un cóctel explosivo que podría derivar en diferentes escenarios. La capacidad del próximo gobierno para generar confianza, implementar políticas económicas consistentes y lograr un acuerdo con los principales actores económicos será clave para determinar si Argentina podrá salir de la crisis o si, por el contrario, se profundizará la incertidumbre.
El blanqueo de capitales impulsado por el gobierno, que logró la repatriación de USD 21.000 millones, ha brindado un respiro a las reservas del Banco Central. Sin embargo, la ampliación del déficit de la cuenta corriente cambiaria, impulsada por el incremento del crédito y el atraso cambiario, podría generar presiones sobre el dólar en el futuro.
En este contexto, la pregunta que todos se hacen es: ¿Hacia dónde se dirige la economía argentina? La respuesta, como suele ocurrir en este país, es compleja y está sujeta a múltiples variables. Lo que sí es seguro es que el camino hacia la estabilidad y el crecimiento será largo y estará plagado de desafíos.