La Unión Industrial Argentina (UIA) y la Fundación Observatorio Pyme lanzaron una alerta sobre la situación crítica que atraviesan las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) argentinas. En el marco de la 30° Conferencia Industrial, se denunció que la política cambiaria, con un dólar barato, se traduce en un “subsidio a las importaciones”, perjudicando gravemente la competitividad del sector productivo nacional. Simultáneamente, se hizo hincapié en el creciente peso de la presión fiscal, especialmente a nivel municipal, que ahoga aún más a las PyMEs.
El atraso cambiario: un lastre para las PyMEs
Federico Poli, director ejecutivo de la Fundación Observatorio Pyme, fue contundente al señalar que el atraso cambiario implica un “impuesto a las exportaciones y un subsidio a las importaciones”. Esto genera una situación de profunda desigualdad, donde las empresas que producen para el mercado interno se encuentran en desventaja frente a la competencia extranjera, que accede a insumos y productos más baratos. Esta situación se agrava con el aumento de los costos de producción, especialmente en materia prima, que no se ven reflejados en los precios de venta. “Más del 90% de las empresas dicen que tienen aumentos en las materias primas, sin embargo, el indicador de sus precios corre por detrás del resto de los indicadores. Los márgenes se están acotando porque este proceso no puede seguir por mucho más tiempo”, afirmó Poli.
El anclaje cambiario, utilizado como herramienta de estabilización económica, está exacerbando esta problemática. Si bien se reconoce la necesidad de una macroeconomía ordenada, Poli remarcó la necesidad de “suavizar los impactos no deseados” de estas políticas. En este sentido, se rescató el ejemplo de la convertibilidad durante la gestión de Domingo Cavallo, donde si bien impactó negativamente en la competitividad de bienes transables, se implementaron medidas compensatorias, como bajas en impuestos diferenciales para esos sectores.
La situación se vuelve aún más preocupante al analizar las cifras de caída en la producción y el empleo. Estas alarman a los especialistas y exigen una urgente revisión de las políticas económicas para evitar consecuencias aún más negativas para la actividad económica del país.
El peso de la voracidad fiscal
La presión fiscal también fue uno de los puntos centrales de la conferencia. La Fundación Observatorio Pyme realizó un estudio que refleja una “voracidad fiscal y un desorden muy grande”. Según el análisis, los Ingresos Brutos Provinciales (IIBB) y las tasas de seguridad e higiene representan, en promedio, el 9% de los costos de las PyMEs. Este peso impositivo se suma al impacto del atraso cambiario, reduciendo aún más los márgenes de rentabilidad y generando una situación límite para muchas empresas.
En particular, Mariela Compagnucci, secretaria del Departamento de Política Tributaria de la UIA, advirtió sobre el preocupante incremento de la proliferación de nuevas tasas municipales, así como de las alícuotas de las tasas existentes, argumentando que, en muchos casos, no hay una efectiva contraprestación de servicios por parte de las municipalidades. Las tasas no responden a la realidad del costo de los servicios que deberían prestar.
Compagnucci también alertó sobre el problema de los saldos a favor acumulados, con un promedio de $526 millones por empresa. El 40% de esos saldos corresponden a empresas que no tienen establecimientos en las jurisdicciones donde se originaron, mientras que el 12% de las firmas requiere más de un año para recuperarlos. Peor aún, el 15% los considera irrecuperables. Se trata de sumas significativas de dinero que representan un obstáculo adicional para la estabilidad financiera de las PyMEs.
El futuro de las PyMEs en Argentina: un llamado a la acción
La situación expuesta por la UIA y la Fundación Observatorio Pyme requiere una respuesta urgente por parte del gobierno. La presión fiscal y el atraso cambiario representan una amenaza concreta para la supervivencia de las PyMEs, que son un pilar fundamental de la economía argentina, generando empleo y dinamizando el desarrollo productivo. Se requiere un cambio en las políticas económicas para alcanzar un mayor equilibrio, que contemple la necesidad de ordenar la macroeconomía sin perjudicar la competitividad del sector productivo nacional, especialmente el de las PyMEs.
Se necesita un análisis profundo de la estructura impositiva, simplificando procesos, reduciendo la carga impositiva excesiva e incentivando a las PyMEs. Esto permitirá una mayor eficiencia en el sistema tributario. Además, el diseño de políticas cambiarias que promuevan una mayor estabilidad, con un tipo de cambio más competitivo, es esencial para fortalecer la industria nacional y asegurar la supervivencia de miles de PyMEs que, de continuar esta situación, enfrentarán la quiebra en el corto plazo.
En definitiva, se exige del gobierno un plan integral que contemple una revisión seria de las políticas cambiarias y tributarias, apuntando a la creación de un entorno más justo y equilibrado para el desarrollo de las PyMEs. Solo de este modo se podrá fortalecer la producción nacional, estimular el empleo y construir una economía más justa y equitativa.