Argentina, tierra de contrastes, donde la economía a menudo baila al ritmo de un tango impredecible. Hoy, nos encontramos ante una situación peculiar: el dólar, nuestra moneda de referencia internacional, baja, mientras que los precios de los autos, en especial los nacionales, suben. Este escenario plantea una pregunta intrigante: ¿es el momento oportuno para importar un vehículo?
El dólar baja, pero… ¿a qué costo?
La reciente baja del dólar libre ha generado un revuelo en el mercado automotor. A simple vista, parecería una buena noticia para aquellos que buscan comprar un auto, especialmente si es importado. Sin embargo, la realidad es más compleja. Si bien el dólar ha disminuido, los precios de los autos en pesos han aumentado considerablemente. Esto se debe, en parte, a la inflación y a la estrategia de las automotrices de ajustar sus precios al tipo de cambio oficial.
Para comprender mejor la situación, imaginemos un auto de gama media que en julio costaba $30.000.000, equivalentes a USD 21.500 al tipo de cambio de ese momento. Hoy, ese mismo auto podría costar $35.000.000, que al cambio actual serían aproximadamente USD 33.000. En otras palabras, aunque el dólar bajó, el auto aumentó su valor en dólares.
Importados vs. Nacionales: ¿Un nuevo round?
Aquí es donde entra en juego la variable de los autos importados. Muchos de estos vehículos se venden en dólar billete, lo que significa que su precio se mantiene estable en dólares, independientemente de las fluctuaciones del tipo de cambio local. Ante la suba de los autos nacionales en pesos, los importados que mantienen su precio en dólares se vuelven más atractivos.
Tomemos como ejemplo el Honda CR-V EX, un SUV importado de Estados Unidos que se vende a USD 60.000. Su competidor nacional, el Ford Kuga híbrido, costaba USD 47.000 en julio, pero hoy, debido al aumento en pesos y la baja del dólar, su precio en dólares se ha disparado a USD 69.000. De repente, el importado se vuelve una opción más competitiva.
Otro caso interesante es el del BAIC X55II, un SUV chino que se vende a USD 40.000. Comparemos con el Volkswagen Taos, fabricado en Argentina. Su versión Highline pasó de USD 30.800 en julio a USD 47.000 en diciembre. Nuevamente, el importado se posiciona como una alternativa más económica.
El caso excepcional: Renault Mégane E-Tech
No todos los importadores se mantienen inmóviles ante la fluctuación del dólar. Renault, por ejemplo, ha ajustado el precio de su Mégane E-Tech, un auto 100% eléctrico, para mantener su valor en dólares alrededor de los USD 50.000. Esta estrategia busca mantener la competitividad frente a modelos como el Volvo EX30, un SUV eléctrico que acaba de lanzarse en Argentina a USD 49.900.
La oportunidad para los que tienen dólares
Para quienes tienen ahorros en dólares, la situación actual presenta una oportunidad única. Con la baja del dólar libre, pueden acceder a un auto importado a un precio muy competitivo en relación con los autos nacionales. Además, al comprar en dólares billete se evitan las fluctuaciones del tipo de cambio y la incertidumbre del mercado local.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta ventaja no se aplica a quienes tienen ahorros en pesos. Para ellos, la suba de precios de los autos en pesos contrarresta la baja del dólar, haciendo que la compra de un vehículo sea más costosa.
¿Importar o no importar?
La decisión de comprar un auto importado en Argentina en este contexto depende de la moneda en la que se tengan los ahorros. Para quienes poseen dólares, la oportunidad es clara: la baja del dólar y la estabilidad de los precios en dólares billete de muchos importados hacen que sea un buen momento para adquirir un vehículo. Sin embargo, para quienes tienen pesos, la situación es menos favorable debido al aumento de precios en moneda local.
Más allá de la conveniencia económica, es fundamental considerar otros factores, como el costo del mantenimiento, la disponibilidad de repuestos y la garantía. En el caso de los autos eléctricos, también es importante evaluar la infraestructura de carga disponible en el país.
Finalmente, la decisión de compra debe ser tomada con cautela, analizando en detalle las necesidades y posibilidades de cada persona. El mercado automotor argentino es un terreno complejo, y la coyuntura actual lo hace aún más desafiante.