¿Víctima o victimario? La lomitería Di Metro, en el ojo de la tormenta. Una denuncia por trabajo esclavo sacudió Córdoba, pero tras el archivo de la causa, las preguntas persisten: ¿se hizo justicia o se destruyó una reputación? Sumérgete en este caso polémico que divide a la opinión pública y revela las devastadoras consecuencias de una acusación.
La Denuncia y el Operativo: Un Escenario Dantesco
En diciembre de 2023, Uthgra (Unión de Trabajadores de Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina) denunció que 27 trabajadores de Di Metro estaban encerrados en condiciones deplorables. La acusación, de una gravedad inusitada, desató una tormenta mediática que arrastró consigo la imagen de la empresa y su propietario, Juan Pablo Gerchunoff.
El operativo, realizado con el Ministerio de Trabajo, describió un escenario impactante: empleados hacinados, puertas bloqueadas y condiciones de vida insalubres. Las imágenes, filtradas a la prensa, indignaron a la opinión pública y pusieron a Gerchunoff en el centro de la polémica. La pregunta era inevitable: ¿explotación laboral en pleno siglo XXI?
La Defensa del Dueño: ¿Tergiversación o Realidad?
Juan Pablo Gerchunoff negó rotundamente las acusaciones, calificándolas de “tergiversación de los hechos” y “escrache terrible y totalmente falso”. Admitió “irregularidades administrativas”, pero negó maltrato laboral y condiciones de encierro. Su versión contrastaba con las imágenes difundidas.
En declaraciones a El Doce, el empresario explicó que las imágenes de la presunta habitación donde se encontraban los trabajadores correspondían al comedor. “La habitación que se ve es donde se almuerza. Los chicos fueron para que los registraran y en algún momento se apagó la luz 10 segundos. Ahí sacaron la foto donde parecía gente hacinada”, argumentó. ¿Fue una manipulación mediática o una denuncia legítima?
La clausura preventiva del frigorífico por la Municipalidad de Córdoba, debido a “falencias en las medidas de seguridad e higiene”, sembró aún más dudas sobre las condiciones laborales en Di Metro. Si bien la justicia desestimó la acusación de trabajo esclavo, las interrogantes persistían.
El Punto de Vista del Sindicato: “Se Resistían a que Ingresemos”
Uthgra mantuvo su postura inicial, defendiendo la legitimidad de la denuncia y cuestionando la decisión de la fiscalía. Según Juan Rousselot, secretario general del sindicato, los inspectores y representantes gremiales enfrentaron “resistencia” al intentar ingresar al depósito. “El día que llegamos se resistían a que ingresemos”, afirmó.
Rousselot detalló que encontraron a seis trabajadores en un espacio muy chico y que el inspector vio la heladera tapando una puerta con marcas en el piso y escuchó ruidos, sugiriendo que se intentaba ocultar algo. Estas declaraciones avivaron la polémica y polarizaron aún más las opiniones.
Las Consecuencias: Angustia, Pérdidas y un Futuro Incierto
“Yo la pasé muy mal y en este tiempo se perdieron muchos puestos de trabajo”, lamentó Juan Pablo Gerchunoff tras conocerse el archivo de la causa. Su voz, cargada de angustia, reflejaba el calvario que ha vivido en los últimos meses, un período marcado por la incertidumbre, el desprestigio y la ruina económica. ¿Quién responde por el daño causado?
El futuro de Di Metro es incierto. El daño a su reputación es innegable. ¿Podrá recuperar la confianza de sus clientes y reconstruir su negocio? ¿O el estigma de la denuncia lo perseguirá para siempre? La respuesta dependerá de su capacidad para demostrar un compromiso real con el cumplimiento de las normas laborales y de la sociedad cordobesa.
Lecciones Aprendidas: El Peligro de las Falsas Acusaciones
El caso Di Metro pone de manifiesto el riesgo de las falsas denuncias. En un contexto de polarización y linchamiento mediático, una acusación infundada puede tener consecuencias devastadoras. Es fundamental proteger los derechos de los trabajadores, pero también garantizar que las acusaciones se basen en pruebas sólidas.
Este caso debería servir como una lección para todos: para los sindicatos, que deben actuar con responsabilidad; para los medios, que deben informar con objetividad; y para la sociedad, que debe ser más crítica y reflexiva. La justicia debe ser implacable con la explotación laboral, pero también debe proteger a los inocentes de acusaciones maliciosas.
El caso Di Metro es un recordatorio de que la verdad no siempre es lo que parece, y de que las consecuencias de una acusación infundada pueden ser tan devastadoras como las de un delito real. Es hora de reflexionar sobre el poder de nuestras palabras y acciones, y sobre la importancia de la justicia y la responsabilidad en nuestra sociedad.