Dos descubrimientos arqueológicos recientes han conmocionado al mundo académico y reescrito capítulos cruciales de la historia. En Serbia, los restos de una casa de 8000 años de antigüedad desafían las teorías sobre los primeros asentamientos agrícolas en Europa. Mientras tanto, en Reino Unido, el tesoro normando más grande jamás encontrado revela los entresijos de la Conquista Normanda.
Una ventana al Neolítico balcánico: la casa de 8000 años
En Svinjarička Čuka, Serbia, un equipo de arqueólogos de la Academia Austriaca de Ciencias (ÖAW) ha desenterrado una vivienda que data de hace 8000 años. Este descubrimiento es excepcional no solo por su antigüedad, sino también por su notable estado de conservación. A pesar de haber sido destruida por un incendio, la estructura rectangular, construida con postes de madera de acacia y barro, ha conservado valiosos detalles arquitectónicos.
Barbara Horejs, directora científica del Instituto Arqueológico Austriaco de la ÖAW, describe el hallazgo como “fundamentalmente nuevo” para comprender los asentamientos neolíticos en los Balcanes. La presencia de instalaciones de almacenamiento para granos y semillas dentro de la vivienda contradice la idea de que los primeros pobladores de la región eran nómadas. Este descubrimiento sugiere que el sedentarismo y la agricultura organizada se establecieron mucho antes de lo que se pensaba.
El equipo de la ÖAW está utilizando técnicas microarqueológicas avanzadas para analizar sedimentos, restos botánicos y zoológicos, y la composición química del suelo. Esto les permitirá obtener una visión más precisa de la vida cotidiana en la vivienda, la coexistencia entre humanos y animales, y la relación de estos primeros agricultores con su entorno. El análisis de los artefactos encontrados en el sitio también ayudará a comprender las interacciones entre las comunidades agrícolas y las poblaciones cazadoras-recolectoras de la época.
El mayor tesoro normando de Reino Unido: un relato de conquista y poder
Al sur de Bristol, Inglaterra, se ha desenterrado el tesoro más grande de la historia de Reino Unido. Más de 2000 monedas de plata de la época de la Conquista Normanda (1066-1068) han salido a la luz, ofreciendo una visión fascinante de un período crucial en la historia inglesa. El tesoro, valorado en 5 millones de euros, no solo es una maravilla numismática, sino también una cápsula del tiempo que encapsula la tensión y el cambio de una era.
Las monedas, que llevan las efigies de Harold Godwinson, el último rey anglosajón, Guillermo I, el primer monarca normando, y Eduardo el Confesor, el predecesor de Harold, narran la lucha por el poder entre anglosajones y normandos. Su análisis detallado permitirá a los historiadores comprender mejor las diferentes etapas de la conquista, los cambios en la iconografía real y la propaganda política de la época.
Gracias a la adquisición del tesoro por el South West Heritage Trust, con el apoyo de National Lottery y Art Fund, el público tendrá la oportunidad de contemplar estas piezas históricas. El tesoro se exhibirá en el Museo Británico de Londres a partir del 26 de noviembre de 2024, antes de iniciar una gira por varios museos y finalmente establecerse en el Museo de Somerset en 2026.
Reescribiendo la historia con cada descubrimiento
Estos dos descubrimientos, separados por miles de kilómetros y miles de años, comparten una importancia fundamental: demuestran que la historia está en constante evolución. La arqueología, con sus herramientas y metodologías cada vez más sofisticadas, nos permite reinterpretar el pasado, desafiar las teorías establecidas y construir una comprensión más completa y matizada de la historia de la humanidad.
El estudio de la casa neolítica en Serbia no solo cambia nuestra percepción de los asentamientos tempranos en los Balcanes, sino que también plantea nuevas preguntas sobre el origen y la difusión de la agricultura en Europa. Por su parte, el tesoro normando ofrece una visión privilegiada de la Conquista, un evento que transformó la sociedad, la cultura y el idioma de Inglaterra.
Estos descubrimientos nos recuerdan que el pasado no es un libro cerrado, sino un palimpsesto en el que cada nueva capa de conocimiento revela secretos ocultos. A medida que los arqueólogos continúan explorando los vestigios de civilizaciones pasadas, podemos esperar más sorpresas que redefinirán nuestra comprensión de la historia y nos conectarán con nuestros ancestros de maneras inesperadas.