¿Te imaginas ser brutalmente atacada en un ascensor, con la sangre tiñendo el espejo mientras tu agresor te confiesa que siempre te vio como un objeto? Esa fue la realidad de Mila Piercecchi, una empresaria rosarina cuya vida dio un vuelco tras conocer a Soane Pesci. De Rosario a Nueva York, esta es la historia de una lucha incansable por escapar de la violencia, encontrar justicia y reconstruir una identidad arrebatada.
El ataque en el ascensor: Un punto de inflexión
El 4 de enero de 2025 marcó un antes y un después en la vida de Mila. En el ascensor del edificio donde vivían en Buenos Aires, Soane la atacó sin piedad. Le fracturó el tabique nasal, le provocó múltiples traumatismos y casi le encapsuló un seno. Romina, la empleada doméstica de Mila, presenció la brutal escena.
Él mientras me pegaba me decía que me fue infiel toda la vida, que siempre me usó, que yo era un objeto para él, y yo no podía creer lo que estaba escuchando. Me encerré en mi cuarto, entró y me agarró de los pelos. Me arrastró por todo el balcón, y los vecinos de enfrente estaban viendo todo.
Las palabras de Romina, recogidas en la denuncia policial, son un testimonio escalofriante de la violencia sufrida por Mila. Ver su rostro desfigurado en el espejo, cubierto de sangre, fue el catalizador que la impulsó a buscar justicia.
El inicio de la pesadilla: Manipulación económica y abuso psicológico
La relación entre Mila y Soane se gestó en un momento crucial: el inicio de su transición de género. En mayo de 2023, Mila viajó a Nueva York para comenzar este proceso. Soane, desde Buenos Aires, pronto comenzó a ejercer control a través de la manipulación económica. Exigía transferencias constantes, amenazando con romper la relación si no accedía.
“Sino no me transferís plata, te dejo”, eran las palabras que resonaban en cada negativa de Mila. Desembolso tras desembolso, llegó a entregarle alrededor de 70 mil dólares. Con el tiempo, descubrió que Soane sufría de ludopatía, una adicción al juego online que exacerbaba su violencia y manipulación. Lo que parecía un gesto de amor se convirtió en una herramienta de control.
Europa: Un viaje teñido de violencia
En apenas seis meses, Mila completó su transición, un período inusualmente corto gracias al apoyo recibido. Sin embargo, en medio de este proceso, la violencia se intensificó. Un viaje a Europa en julio de 2024, que debía ser un momento de celebración, se transformó en una serie de episodios de violencia física y verbal. Ibiza, Madrid, Mallorca, Capri… cada destino se convirtió en un escenario de agresiones.
Mordidas, trompadas, empujones, golpes brutales y gritos ensordecedores. Soane violó a Mila dos veces, una de ellas durante su post operatorio, un momento de extrema vulnerabilidad. Cada intento de alejamiento era respondido con llanto y promesas vacías. La calle se convirtió en un lugar de martirio, donde los celos de Soane convertían cada mirada en una agresión.
Las amenazas escalaron hasta lo inimaginable. Soane amenazó con prender fuego el departamento con Mila adentro, sumiéndola en un terror constante.
“Te voy a matar, tengo armas. Vas a terminar como el novio de Nahir Galarza.”
En agosto de 2024, Mila recibió una foto de armas de fuego acompañada de esta escalofriante amenaza. La referencia al caso de Nahir Galarza, condenada por el asesinato de su novio, reveló la peligrosidad a la que se enfrentaba.
Justicia en proceso: Un laberinto legal
Soane Pesci enfrenta actualmente ocho causas penales en Argentina. La Fiscalía 10 de CABA dictaminó una orden perimetral de 800 metros, la cual violó en al menos cuatro ocasiones. Los cargos incluyen abuso sexual con acceso carnal, privación ilegítima de la libertad doblemente agravada, lesiones leves agravadas por violencia de género, amenazas simples, desobediencia, daño e intento de extorsión. La condena podría alcanzar los 15 y 20 años de prisión por intento de homicidio.
A pesar de las pruebas, Mila teme que Soane no reciba la condena que merece. La lentitud de la justicia y la posibilidad de que quede libre la mantienen en constante alerta.
Un nuevo comienzo en Nueva York: Reconstruir la vida
Para escapar del peligro, Mila regresó a Nueva York. Desde Estados Unidos, continúa exigiendo la detención efectiva de Soane. “Recién ahora siento que vivo en libertad, que no tengo que dar explicaciones de por qué salgo a comer, que puedo elegir cómo vestirme y empezar a ser yo misma. Me estoy descubriendo como Mila, y estoy en un proceso de entendimiento. Vamos a ir hasta el final con esto, estamos presentado todo lo necesario para que se haga Justicia”, afirma.
En Nueva York, Mila ha encontrado un espacio seguro para sanar y reconstruir su vida. Rodeada de amigos y profesionales, se enfoca en su recuperación y en su desarrollo personal y profesional. Ha retomado sus proyectos empresariales y se ha convertido en una activista en la lucha contra la violencia de género.
De Rosario al mundo: Una historia de resiliencia
Mila Piercecchi nació en Rosario hace 28 años. A los 18, una oportunidad de estudiar Economía en París la catapultó al exterior. En Europa conoció a Carlo Aversa, un ingeniero aeroespacial exitoso con quien se casó. “Me enamoré y casé. Viajábamos todo el tiempo, era ingeniero aeroespacial, muy exitoso. Me introdujo en todo lo que refiere a la elite europea. Me enseñó un montón de cosas, a ser ambiciosa. Él tenía 60 años y yo 22. La diferencia de edad nunca fue un impedimento, al contrario”, recuerda Mila.
Su experiencia como empresaria y su paso por la alta sociedad europea le permitieron desarrollar una visión global y una gran capacidad de adaptación. Sin embargo, nada la preparó para enfrentar la violencia y el abuso que sufrió a manos de Soane Pesci.
La historia de Mila es un ejemplo de resiliencia y valentía. A pesar del horror que vivió, ha encontrado la fuerza para seguir adelante, para buscar justicia y para convertirse en una voz para otras víctimas de violencia de género. Su lucha es un llamado a la acción, una invitación a no permanecer en silencio y a construir una sociedad más justa e igualitaria.
Mila Piercecchi es mucho más que una empresaria exitosa. Es una sobreviviente, una guerrera, una inspiración. Su historia nos recuerda que la violencia de género es una realidad que debemos combatir con todas nuestras fuerzas, y que el apoyo a las víctimas es fundamental para construir un futuro sin miedo.
Si usted o alguien que conoce está experimentando violencia de género, no está sola. Hay recursos disponibles para ayudar. Puede comunicarse con la línea de ayuda nacional contra la violencia doméstica al 011-4952-4300 o visitar [enlace a recursos] para obtener más información.
Comparta la historia de Mila y ayude a crear conciencia sobre la violencia de género. Juntos, podemos construir un futuro sin miedo.