¿Se desmorona el sistema de salud cubano? La reciente decisión del régimen de eliminar los exámenes de ingreso a la carrera de Medicina no es una solución, sino un síntoma de la profunda crisis que carcome la isla. ¿Es este el fin de la excelencia médica cubana o una oportunidad para reinventar un sistema en decadencia? Adentrémonos en esta polémica medida que enciende el debate y pone en jaque la salud de todo un pueblo.
¿Una medida desesperada o un acto irresponsable?
La justificación oficial del régimen es simple: facilitar el acceso a la educación superior en Ciencias Médicas. Sin embargo, esta ‘facilidad’ esconde una realidad alarmante. Según la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, bastará con un promedio de 90 puntos desde el décimo grado para acceder al último año de bachillerato y, posteriormente, ingresar a la carrera de Medicina. ¡Adiós a los rigurosos exámenes! ¡Bienvenidos los ‘médicos emergentes’, como los bautizó sarcásticamente el periodista Yosmany Mayeta!
Pero, ¿realmente estamos facilitando el acceso a la educación o abriendo las puertas a la mediocridad? ¿Qué clase de médicos formaremos si sacrificamos la excelencia académica en aras de engrosar las filas de batas blancas? ¿A quién le confiaremos nuestras vidas si los conocimientos se adquieren a medias y el rigor se diluye en la permisividad?
“Cuántos soltamos las pestañas para enfrentarnos a una prueba de ingreso que muchos no aprobamos por el rigor que tenían y ahora la regalan, qué locura, pero el problema no es eso, es a quién le confiamos ahora nuestras vidas, qué conocimientos tendrán, se verán mas horrores”, escribió una cubana, reflejando el sentir de muchos.
El éxodo silencioso: ¿quién cuidará de los cubanos?
Mientras el régimen ‘flexibiliza’ los requisitos, la cruda realidad golpea: los médicos huyen. Datos oficiales revelan una alarmante disminución de profesionales de la salud en la isla: de 94.066 en 2022 a 80.763 en 2023. ¿Las razones? La migración masiva en busca de mejores oportunidades y las deplorables condiciones laborales en un sistema que prioriza la cantidad sobre la calidad.
Y no olvidemos el vergonzoso negocio de las ‘misiones médicas’, denunciadas internacionalmente por su explotación laboral. Más de 37.000 galenos cubanos son enviados al exterior, obligados a trabajar en condiciones precarias y a entregar la mayor parte de sus salarios al régimen. ¿Es este el futuro que merecen nuestros médicos? ¿Convertirlos en esclavos modernos en lugar de profesionales comprometidos con la salud de su pueblo?
¿Educación ‘gratuita’ o mediocridad generalizada?
El régimen insiste en que esta medida garantiza el acceso ‘gratuito’ a una educación superior de calidad y que las universidades están preparadas para suplir las ‘lagunas de formación’ de los estudiantes. ¡Qué ironía! Esta permisividad desvirtúa el valor de la excelencia académica y promueve la mediocridad en un momento en que la crisis de salud exige, más que nunca, personal altamente capacitado.
¿Acaso se trata de negar el acceso a la educación? ¡Por supuesto que no! Se trata de garantizar que quienes se dediquen a la noble tarea de salvar vidas estén preparados para hacerlo. Rebajar los estándares es una traición a los pacientes, a los profesionales de la salud y al futuro de Cuba.
El maquillaje no cura el cáncer: la verdad tras la ‘flexibilización’
Mientras los hospitales se caen a pedazos, la falta de medicamentos es crónica y los médicos huyen, el régimen se dedica a maquillar la realidad con medidas populistas que solo agravan la situación. Eliminar los exámenes de ingreso a Medicina no es una solución, ¡es una irresponsabilidad que pone en riesgo la salud de todos los cubanos!
¿Cómo podemos confiar en un sistema que sacrifica la calidad en aras de la cantidad? ¿Qué futuro les espera a los ‘médicos emergentes’ en un sistema de salud en ruinas? ¿Hasta cuándo el régimen seguirá priorizando la propaganda sobre el bienestar de su pueblo?
Un llamado a la acción: ¡Cuba merece algo mejor!
Las respuestas, lamentablemente, no son alentadoras. Pero no podemos quedarnos callados. ¡Debemos alzar la voz, denunciar la injusticia y exigir un cambio real! Es hora de exigir transparencia, responsabilidad y un compromiso real con la salud pública. Es hora de priorizar la calidad sobre la cantidad, la excelencia sobre la mediocridad. Es hora de defender el derecho a una atención médica digna y a profesionales capacitados para brindarla.
La salud de Cuba, y la de sus ciudadanos, está en juego. ¡No permitamos que el régimen siga jugando con nuestras vidas!
¿Qué puedes hacer tú? Informarte, compartir esta información, contactar a tus representantes políticos, apoyar a organizaciones que defienden los derechos de los profesionales de la salud cubanos. ¡Cada acción cuenta!