¿Cuántas vidas más se perderán antes de que la justicia despierte? En Córdoba, la sombra de la negligencia se cierne sobre dos hospitales, donde la muerte de bebés revela una trama de desidia y encubrimiento. No son simples errores, son vidas arrebatadas. ¿Hasta cuándo permitiremos que la impunidad sea la norma en nuestro sistema de salud?
Neonatal: El juicio que estremece a Córdoba
Desde enero de 2025, la Cámara 7ª del Crimen de Córdoba está llevando adelante un juicio que ha removido las entrañas de la sociedad: las muertes de cinco recién nacidos y la tentativa de homicidio de otros ocho en el Hospital Materno Neonatal. Brenda Cecilia Agüero, la enfermera acusada, se enfrenta a cargos de homicidio calificado por procedimiento insidioso reiterado, mientras que diez exfuncionarios y profesionales del Ministerio de Salud son juzgados por omisión de deberes y encubrimiento. Un juicio que se desarrolla bajo estrictas medidas de seguridad, pero con la herida abierta de las familias.
Imaginemos por un momento el dolor de esos padres, la impotencia de ver cómo la vida de sus hijos se apagaba en el lugar donde debían ser protegidos. Las audiencias han sido un torrente de detalles escalofriantes, revelando las condiciones inhumanas en las que ocurrieron las muertes. La fiscalía, con Sergio Ruiz Moreno y Mercedes Ballestrini a la cabeza, busca demostrar que Agüero actuó con frialdad y premeditación, utilizando métodos tan sutiles como letales. ¿Cómo puede alguien ser capaz de semejante atrocidad?
Brenda Agüero, en su declaración, se proclamó inocente, víctima de una campaña mediática que la ha convertido en un monstruo. “Las muertes de los bebés existieron, pero no pueden bombardearme a mí cuando no tienen pruebas”, clamó ante el tribunal. ¿Pero es suficiente su palabra para disipar la sombra de la sospecha? ¿Oculta algo detrás de su aparente fragilidad?
Ringelheim y Moralez: ¿Confesiones sinceras o maniobras dilatorias?
En un giro que añade más incertidumbre al caso, las médicas Claudia Elizabeth Ringelheim y Adriana Luisa Moralez, también imputadas, han ofrecido su testimonio. Ringelheim, ex vicedirectora del hospital, intenta desmarcarse de la responsabilidad, alegando que su cargo era meramente formal. Moralez, coordinadora del Comité de Vigilancia y Mortalidad Materna Infantil, reconoce indicios de asesinato, pero evita señalar directamente a Agüero. ¿Buscan la verdad o intentan salvarse a sí mismas?
¿Qué secretos guardan las paredes del Hospital Materno Neonatal? Las declaraciones de las médicas podrían ser la llave para destapar una red de complicidades y negligencias que permitió la muerte de los bebés. Pero también existe el riesgo de que sus testimonios sean un laberinto de mentiras y medias verdades, diseñado para desviar la atención de sus propias responsabilidades. La sociedad cordobesa exige respuestas claras y contundentes.
Sanagec: El caso silenciado que clama justicia
Mientras el Neonatal acapara la atención mediática, otro caso emerge de las sombras, como un grito ahogado en el silencio. Entre 2011 y 2013, seis bebés murieron en la clínica Sanagec, presuntamente por negligencia médica. Los médicos Ricardo Antonio Chercoles, Ricardo Fidel Mansur y José María Paisani enfrentan cargos por homicidio culposo y lesiones culposas. ¿Por qué este caso permaneció oculto durante tanto tiempo?
La jueza Anahí Hampartzounian fue tajante al confirmar la acusación: los médicos actuaron con negligencia, imprudencia e inobservancia de los reglamentos y deberes profesionales. Falta de protocolos de bioseguridad, supervisión deficiente, higiene precaria. Un cóctel letal que se cobró la vida de seis inocentes. ¿Cómo es posible que estas irregularidades no fueran detectadas a tiempo?
Lo más indignante es que este caso estuvo a punto de prescribir, de ser enterrado por el paso del tiempo. Solo la intervención periodística logró rescatarlo del olvido, evidenciando la lentitud y la falta de compromiso de la justicia con las víctimas. ¿Cuántos otros casos similares permanecen ocultos, esperando ser descubiertos?
El juicio en la Cámara 5ª del Crimen es una oportunidad para reparar esta injusticia, para castigar a los culpables y enviar un mensaje claro: la vida de un bebé no es un precio que se pueda pagar con impunidad. Pero la desconfianza es palpable. ¿Será este el final de la impunidad o una nueva decepción?
¿Quiénes son los verdaderos responsables?
Neonatal y Sanagec. Dos casos, dos tragedias, un denominador común: la fragilidad de la vida en manos de un sistema de salud que parece fallar a los más vulnerables. No son hechos aislados, son síntomas de un problema estructural que requiere una revisión profunda. ¿Dónde está la responsabilidad?
¿Son solo los médicos y enfermeras que cometieron los actos materiales? ¿O también aquellos que permitieron que las condiciones para que estos ocurrieran existieran? Autoridades sanitarias, directivos de hospitales, obras sociales. Todos tienen un rol que jugar en la prevención de estas tragedias. ¿Están a la altura de las circunstancias?
La justicia debe actuar con celeridad y contundencia, pero también es necesario un cambio cultural que ponga la vida y la dignidad de las personas en el centro de la escena. Ética, responsabilidad, transparencia. Valores que deben primar sobre los intereses económicos y políticos. Solo así podremos construir un sistema de salud que sea verdaderamente confiable.
“Cuando un bebé muere por negligencia o por un acto criminal, no solo se pierde una vida, sino que se destruye una familia y se hiere a toda la sociedad.”
Estas palabras, pronunciadas por una madre destrozada por la muerte de su bebé en el Neonatal, resumen el sentimiento de dolor e indignación que embarga a Córdoba. Transformemos ese dolor en acción. Exijamos justicia. Construyamos un futuro donde estos horrores no tengan cabida.
Sociedad civil: El último bastión de la esperanza
Ante la ineficacia del sistema y la falta de respuestas, la sociedad civil debe levantarse como un faro de esperanza. Organizaciones de derechos humanos, familiares de víctimas, profesionales de la salud comprometidos, ciudadanos indignados. Todos unidos para exigir una investigación exhaustiva, el castigo de los culpables y medidas que prevengan futuras tragedias.
La transparencia es un arma poderosa. Expedientes judiciales, informes de auditorías internas, protocolos de seguridad. Todo debe ser público para que podamos evaluar si se están cumpliendo las normas y si se están tomando las medidas necesarias para proteger a los pacientes. No permitamos que la oscuridad oculte la verdad.
Movilización social, marchas, actos públicos, campañas en redes sociales, peticiones online. Cada acción cuenta para presionar a las autoridades y visibilizar los casos. Levantemos la voz. Exijamos justicia. No nos quedemos callados.
Como Lucía Paredes, como cada uno de ustedes, me niego a aceptar la impunidad como destino. No podemos permitir que la negligencia siga cobrando vidas inocentes. Despertemos la conciencia. Luchemos por un sistema de salud humano, justo y confiable. Juntos, podemos hacer la diferencia. ¿Te unes?
- Firma la petición online exigiendo justicia para las víctimas.
- Participa en las marchas y actos públicos en apoyo a las familias afectadas.
- Contacta a tus representantes políticos para expresar tu preocupación por la situación del sistema de salud.
- Dona a organizaciones que trabajan en la defensa de los derechos de los pacientes.
- Comparte este artículo con tus amigos y familiares para crear conciencia sobre el problema.