El pasado domingo, en el marco del Día de la Militancia Peronista, Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en Santiago del Estero. Este evento, realizado en el estadio de la Asociación Atlética Quimsa, cobra especial relevancia por ser el primer acto del Partido Justicialista (PJ) tras su designación como presidenta del partido y a pocos días de la confirmación de su condena en la causa Vialidad. La elección de Santiago del Estero, un bastión peronista, no es casual, y el acto adquiere un significado político multifacético.
El contexto: Condena y desafíos internos
La condena en la causa Vialidad, confirmada por la Cámara de Casación Penal, planea sobre la figura de Cristina Kirchner. La sentencia, que la declara culpable de administración fraudulenta y la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, ha generado un fuerte debate político y judicial. En este contexto, el acto en Santiago del Estero se interpretó como una demostración de fuerza y una respuesta a las presiones políticas.
Además de la condena, Cristina Kirchner enfrenta desafíos internos dentro del peronismo. La creciente autonomía de figuras como Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, genera fricciones con sectores como La Cámpora. Esta interna se evidenció en la ausencia de Kicillof y Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, ambos excluidos de una elección interna del PJ santiagueño que fue posteriormente suspendida. Estas tensiones ponen a prueba la capacidad de Cristina Kirchner para mantener la unidad dentro del partido.
El discurso: Crítica a Milei y defensa del peronismo
En su discurso, Cristina Kirchner arremetió contra el gobierno de Javier Milei, el presidente electo. Criticó duramente su enfoque económico, acusándolo de querer reinstalar un modelo agroexportador y de priorizar a los multimillonarios en detrimento de los sectores populares. Señaló, con ejemplos, la necesidad de la intervención del Estado en la economía, recordando intervenciones en el pasado para ayudar a empresas como General Motors o para asegurar el sistema previsional para los jubilados.
Con su discurso, la expresidenta trazó una línea entre el modelo económico que propone el nuevo gobierno y el ideario peronista. Apuntó a posicionarse como una férrea defensora de los intereses de los trabajadores y de las políticas sociales, resaltando los logros del kirchnerismo en materia de inclusión social e inversión pública. La mención reiterada a Perón y Néstor Kirchner enfatizó el encuadre ideológico y la tradición histórica de la militancia peronista
La respuesta a la condena: “No me arrepiento”
Cristina Kirchner abordó directamente la sentencia en su contra. Aseguró que no se arrepiente de las decisiones tomadas durante su gestión y que considera la condena como una represalia por acciones políticas previas. La utilización de su experiencia judicial como un argumento para fortalecer la base ideológica del peronismo se traduce en un desafío directo al gobierno de Milei.
La frase “No me van a hacer arrepentir de nada de lo que hice” se convirtió en uno de los puntos centrales de su discurso, y se replicó en numerosos medios de comunicación. Esta expresión no sólo es una respuesta a la condena, sino que también se utiliza como una forma de galvanizar la lealtad y el apoyo dentro de su base militante.
Más allá de Santiago del Estero: Una gira para fortalecer la base
El acto en Santiago del Estero no fue un evento aislado, sino el comienzo de una gira que busca fortalecer la posición de Cristina Kirchner dentro del PJ y reactivar el apoyo militante en el interior del país. Tras meses de actividad concentrada en el conurbano bonaerense, esta gira apunta a recorrer otras regiones, y consolidar la unidad interna del movimiento
El acto en Santiago del Estero es fundamental para entender el complejo escenario político argentino. La condena, la interna del peronismo y la necesidad de construir una oposición al gobierno de Milei se entrecruzan, mostrando un escenario que, en los próximos meses, se intensificará. La decisión de Cristina Kirchner de iniciar su recorrido por el interior del país refleja una estrategia para afianzar su liderazgo en momentos desafiantes, generando debate en torno a su posición política, la reacción del gobierno de Milei y la reacción interna en el partido.
El acto de Cristina Kirchner en Santiago del Estero no fue una simple conmemoración del Día de la Militancia, sino una demostración estratégica cargada de simbolismo. La elección del lugar, el discurso combativo, y la mención directa a su condena se interpretan como una muestra de resistencia y un desafío al nuevo gobierno. El evento también pone de manifiesto los desafíos internos dentro del peronismo que deberá enfrentar Cristina en los próximos años.