La Unión Cívica Radical (UCR), partido centenario de la Argentina, atraviesa una de las crisis internas más profundas de su historia. La reciente reunión entre un grupo de diputados radicales y el presidente Javier Milei, en la Casa Rosada, ha exacerbado las divisiones existentes y ha generado un fuerte debate sobre el futuro del partido. Este encuentro, que contó con la presencia de figuras clave del oficialismo como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ha sido interpretado por algunos como un acercamiento estratégico de cara a las elecciones de 2025, mientras que otros lo consideran una traición a los principios históricos del radicalismo.
La reunión que desató la tormenta
El encuentro entre los diputados radicales y Javier Milei se produjo en un contexto de fuertes tensiones internas dentro de la UCR. Previamente, el Tribunal de Ética del partido había expulsado a tres diputados –Mariano Campero, Martín Arjol y Luis Picat– por haber votado a favor de los vetos presidenciales a las leyes de movilidad jubilatoria y de financiamiento universitario. Estos diputados, que ahora integran el bloque “Democracia para Siempre”, fueron parte de la comitiva que visitó a Milei en la Casa Rosada, lo que generó un profundo malestar entre los sectores más críticos del radicalismo.
Según Rodrigo de Loredo, presidente del bloque de la UCR en Diputados, la reunión tuvo como objetivo “unificar una agenda de trabajo” y encontrar puntos de acuerdo en temas como la desregulación económica y el régimen de inversiones para pymes. Sin embargo, esta explicación no convenció a los sectores opositores dentro del partido, que ven en este acercamiento una estrategia electoral de cara a 2025.
Voces críticas y acusaciones cruzadas
Las reacciones dentro de la UCR no se hicieron esperar. Fernando Carbajal, diputado por Formosa, expresó su repudio en redes sociales con fuertes críticas a las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Milei y acusó a sus excompañeros de bancada de “hacerse oficialistas gratis”. Manuel Aguirre, diputado por Corrientes, también se sumó a las críticas y pidió a los diputados radicales que “no actúen como una colectora del Gobierno”.
La foto de la vergüenza. Las medias de Javier y Karina empapadas de tanta succión. Nadie se hace oficialista gratis.
Desde el sector liderado por De Loredo, se defiende la reunión con Milei argumentando la necesidad de un “espíritu reformista” para la Argentina. Sin embargo, las críticas internas apuntan a que este acercamiento responde más a intereses electorales que a una genuina coincidencia ideológica. La falta de una agenda institucional clara y la presencia de diputados expulsados del partido en la reunión con Milei han alimentado las sospechas de un posible acuerdo político entre sectores de la UCR y el oficialismo.
El futuro de la UCR en juego
La crisis interna que atraviesa la UCR plantea interrogantes sobre su futuro político. La posibilidad de un quiebre definitivo del partido se vislumbra en el horizonte, con sectores que buscan acercarse al oficialismo y otros que defienden la identidad histórica del radicalismo. Esta división interna podría tener consecuencias significativas en el Congreso, donde la UCR podría perder su capacidad de influir en las decisiones políticas.
Algunos analistas políticos consideran que la UCR se encuentra en una encrucijada histórica. Debe decidir si prioriza su identidad partidaria y sus principios históricos, o si opta por alianzas pragmáticas que podrían asegurarle mayor poder político en el corto plazo, pero a costa de diluir su perfil ideológico. La decisión que tome el radicalismo en los próximos meses será crucial para su futuro y para el mapa político de la Argentina.
El debate interno en la UCR se intensifica a medida que se acercan las elecciones de 2025. La posibilidad de conformar un interbloque con La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados, planteada por algunos diputados radicales, ha generado aún más controversia. Esta propuesta, que no cuenta con el apoyo del PRO, principal socio de los libertarios en la coalición opositora Juntos por el Cambio, evidencia la profunda división que existe dentro del radicalismo.
Mientras tanto, las expulsiones de diputados y las acusaciones cruzadas continúan marcando la vida interna del partido. La falta de una conducción clara y la dispersión de liderazgos contribuyen a la incertidumbre sobre el futuro de la UCR. En este contexto, el llamado a la unidad y a la reflexión se hace cada vez más urgente para evitar un quiebre definitivo que podría tener consecuencias irreparables para el histórico partido.
En este contexto de crisis, la sociedad argentina observa con atención el devenir de la UCR. La capacidad del partido para superar sus divisiones internas y presentar una propuesta política clara y coherente será determinante para recuperar la confianza de la ciudadanía y para jugar un rol protagónico en la construcción de un futuro mejor para el país.