El peronismo santafesino se encuentra en una encrucijada. La renuncia de Eduardo Toniolli a la vicepresidencia del PJ, tras un congreso partidario virtual que terminó en escándalo, ha dejado al descubierto las profundas divisiones que atraviesan al movimiento en la provincia. La falta de acuerdo en la estrategia electoral para la elección de convencionales constituyentes, en un contexto marcado por la ausencia de PASO, ha profundizado la crisis y amenaza con fragmentar aún más al peronismo de cara a los comicios del año próximo.
Un congreso virtual y una renuncia estrepitosa
El congreso partidario, realizado de forma virtual, se convirtió en un campo de batalla donde las diferentes facciones del peronismo santafesino chocaron sin encontrar puntos de acuerdo. La principal disputa giró en torno a la conformación de la lista de convencionales constituyentes para la reforma de la Constitución provincial, impulsada por el gobernador Maximiliano Pullaro. La decisión de Pullaro de eliminar las PASO para esta elección, considerada una “trampa” por Toniolli, generó un clima de desconfianza y acentuó las diferencias internas.
El punto de quiebre llegó con la denuncia de la participación de personas no habilitadas como congresales en la sesión virtual. Sectores que responden al exgobernador Omar Perotti, al senador nacional Marcelo Lewandowski y al Movimiento Evita, liderado por Toniolli, abandonaron la sesión en protesta. Toniolli, en su carta de renuncia, calificó el congreso como un “espectáculo bochornoso” y denunció la falta de transparencia en el proceso. Su decisión de mantenerse como afiliado, pero no en la conducción, refleja la complejidad del escenario político.
Las fracturas del peronismo santafesino: un rompecabezas complejo
La crisis actual del PJ santafesino no se reduce a un solo conflicto. Es la expresión de múltiples tensiones acumuladas que se manifiestan en la disputa por la estrategia electoral. La ausencia de PASO para la elección de convencionales constituyentes ha eliminado una instancia clave para dirimir liderazgos y definir candidaturas, lo que ha agudizado la competencia interna. El peronismo se encuentra dividido en al menos cuatro sectores: el liderado por Agustín Rossi, el de Omar Perotti, el de Marcelo Lewandowski y el Movimiento Evita. Cada uno de ellos tiene sus propios intereses y aspiraciones, lo que dificulta la construcción de una estrategia común.
La Cámpora, con Florencia Carignano como principal referente en la provincia, también ha mostrado sus diferencias con la conducción del PJ santafesino. Carignano se abstuvo en la votación de autoridades del congreso y cuestionó la conformación de la mesa de Acción Política, encargada de definir las listas de candidatos. La falta de una línea clara dentro de La Cámpora a nivel provincial añade otra capa de complejidad al panorama.
Implicancias electorales: ¿Unidad o fragmentación?
La fractura del PJ santafesino plantea serios interrogantes sobre su futuro electoral. La posibilidad de que los diferentes sectores presenten listas propias de convencionales constituyentes debilitaría al peronismo y favorecería al oficialismo. La ausencia de PASO impide dirimir las candidaturas en una instancia previa, lo que aumenta el riesgo de una dispersión del voto peronista.
La falta de un liderazgo claro y ordenador en el peronismo santafesino dificulta la construcción de una estrategia electoral unificada. Las diferencias entre los distintos sectores no se limitan a la cuestión de las candidaturas, sino que reflejan visiones divergentes sobre el futuro del movimiento y su relación con el gobierno nacional. La posibilidad de una alianza entre algunos de los sectores disidentes, por fuera de la estructura del PJ, es un escenario que no se puede descartar y que podría reconfigurar el mapa político de la provincia.
El debate de fondo: ¿renovación o continuidad?
Más allá de la coyuntura electoral, la crisis del PJ santafesino plantea un debate de fondo sobre la necesidad de una renovación generacional en la conducción del partido. Sectores como el Movimiento Evita y La Cámpora reclaman una mayor participación de los jóvenes y una apertura a nuevas formas de hacer política. La resistencia de algunos dirigentes históricos a ceder espacios de poder alimenta la tensión interna y dificulta la modernización del peronismo.
La discusión en Santa Fe se enmarca en un contexto nacional de reconfiguración del peronismo, tras la derrota electoral del año pasado. La falta de un liderazgo indiscutido a nivel nacional se replica en las provincias, donde las disputas internas se agudizan ante la ausencia de un referente que pueda ordenar las diferentes facciones. El resultado de las elecciones en Santa Fe podría tener un impacto significativo en el proceso de reconstrucción del peronismo a nivel nacional.
En definitiva, la crisis del PJ santafesino es un síntoma de la crisis más profunda que atraviesa al peronismo en todo el país. La falta de unidad, la ausencia de un proyecto claro y la resistencia a la renovación generacional son algunos de los desafíos que el movimiento deberá afrontar para recuperar su capacidad de representar los intereses de las mayorías.