La implementación de nuevas políticas económicas en Argentina ha generado un impacto significativo en el flujo de caja de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), particularmente en aquellas dedicadas a la exportación. Las demoras en la devolución de impuestos, como el crédito fiscal del IVA y los reintegros por exportaciones, están generando una crisis de liquidez que amenaza la estabilidad financiera de numerosas empresas.
Demoras en la devolución de impuestos: Un impacto en el flujo de caja
Una de las principales preocupaciones de las PyMEs exportadoras es la demora en la devolución del IVA. Tradicionalmente, estos reintegros se demoraban hasta 180 días, un plazo ya extenso en un contexto de alta inflación. Sin embargo, con la llegada del nuevo gobierno, estas demoras se han acortado y este tiempo se reduce, pero aún resultan críticas para la supervivencia de las empresas.
Para muchas PyMEs, el dinero que el Estado les adeuda representa una parte crucial de su flujo de caja. La falta de liquidez genera problemas para pagar sueldos, adquirir insumos, mantener la producción y cumplir con otras obligaciones financieras, generando una situación insostenible.
El caso de las empresas exportadoras
Las empresas exportadoras enfrentan un doble desafío. No solo deben lidiar con las demoras en la devolución del IVA, sino que también experimentan retrasos en los reintegros a la exportación. Estos reintegros se configuran como la restitución total o parcial de los tributos internos pagados por la mercadería o los servicios prestados para dicha exportación.
La demora en estos pagos perjudica significativamente la capacidad de las PyMEs exportadoras para competir en el mercado internacional. La falta de liquidez dificulta la inversión en tecnología, innovación y expansión, poniendo en riesgo su competitividad y su capacidad para generar empleos.
El rol del nuevo organismo recaudador: Arca
La creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) en reemplazo de la AFIP ha generado incertidumbre entre las empresas. Aunque el objetivo del cambio es modernizar y optimizar la gestión de los impuestos, los cambios estructurales y de personal han traído consigo problemas en la administración de los procesos y demoras en los trámites de devolución.
Si bien las autoridades aseguran que las demoras se deben principalmente a la necesidad de revisión exhaustiva de los expedientes, muchas PyMEs ven esta situación con preocupación, argumentando que estos procesos necesitan ser más ágiles, sobre todo para aquellos que son habituales y eficientes.
El IVA como un costo adicional
Durante los últimos meses, las empresas han tenido que enfrentar el desafío de incluir el IVA como un costo adicional en el momento de formar sus precios de exportación. La inflación combinada con las demoras significativas en las devoluciones generaron este escenario complejo para las empresas que esperaban la devolución de este tributo.
Esto significa que, en algunos casos, las empresas están incorporando parte de este IVA en sus precios de exportación, incluso cuando los productos están exentos del tributo, esto hace que sean menos competitivos y dificulte su participación en el mercado.
Cambios en Bienes Personales
La situación se complica con los cambios recientes en el impuesto a los Bienes Personales. El mínimo no imponible se ha actualizado significativamente, incrementando de $100 millones a $292,9 millones. Este cambio, aunque positivo para muchas empresas, podría generar nuevas dificultades para aquellas que deben recalcular sus anticipos impositivos, aumentando aún más la presión financiera.
Según Martín Caranta, socio de Lisicki, Litvin & Asociados, “El contribuyente deberá evaluar si el impuesto proyectado, basado en la nueva actualización y su situación patrimonial, hace que los anticipos calculados sobre el impuesto 2023 resulten excesivos. En ese caso, sería conveniente solicitar la reducción de los importes.” La gestión de estos cambios incrementa la carga administrativa sobre empresas que ya sufren la falta de liquidez.
La necesidad de una solución urgente
La crisis de liquidez que enfrentan las PyMEs argentinas por las demoras en la devolución de impuestos requiere una solución urgente por parte del gobierno. Es fundamental agilizar los procesos administrativos, transparentar los plazos de pago y mejorar la comunicación con las empresas. De no tomarse medidas efectivas, esta situación podría poner en riesgo la viabilidad de muchas PyMEs, impactando negativamente en el crecimiento económico del país.
La falta de liquidez perjudica no solo a las empresas afectadas, sino a toda la cadena de valor, afectando el empleo y la competitividad de la economía nacional. La situación exige una respuesta rápida e integral que asegure la sostenibilidad de las PyMEs y su rol fundamental en la economía argentina.