El centro de Córdoba presenta un panorama preocupante: locales comerciales vacíos, galerías con alta desocupación y una caída significativa en las ventas. Esta situación, que refleja una crisis comercial más amplia, exige un análisis profundo de sus causas y consecuencias.
Desocupación en galerías: un síntoma preocupante
La Cámara de Corredores Inmobiliarios de Córdoba ha alertado sobre el alto porcentaje de locales desocupados en varias galerías del centro. Galerías como Vía Nueva, con un 35% de desocupación, superan ampliamente el promedio de vacancia del 5% al 8% que se observa en el resto de las 18 galerías de la ciudad. Esta situación, según los corredores, se debe a una conjunción de factores.
El incremento constante de las expensas (alrededor de un 20% cada dos o tres meses) y los alquileres, actualizados en consonancia con el Índice de Precios al Consumidor, representan una carga significativa para los comerciantes. Esta presión económica, unida a la competencia de los nuevos centros comerciales en diferentes barrios, está llevando a muchos comercios a cerrar sus puertas en el centro.
La pandemia también dejó una huella significativa. Si bien la recuperación económica ha generado un leve repunte en la ocupación, según algunos operadores inmobiliarios, la situación todavía es crítica, recordando que durante el pico de la pandemia, la desocupación de locales llegó al 50%.
Agustín Funes, de la Cámara de Corredores Inmobiliarios, destaca la disminución de la afluencia de público al centro de la ciudad: “Antes la gente paseaba por el centro, y ahora ya no lo hace.”
Caída de ventas y aumento de costos: el combo letal
La Cámara de Comercio de Córdoba ha confirmado la grave situación del sector. En febrero de 2024, las ventas se contrajeron un 15% en comparación con el mismo mes del año anterior, con un descenso aún mayor en la rentabilidad (10%). El 85% de los comercios experimentaron una reducción en sus ventas.
Los comerciantes destacan el impacto de los aumentos en luz, alquileres y salarios en la actividad económica, generando un fuerte aumento en el costo operativo. Carlota Greco, directora de la Cámara, califica la situación como “crítica”, advirtiendo sobre la posibilidad de cierres de negocios si la situación no mejora.
La recesión económica, planteada por el gobierno nacional como una herramienta para estabilizar las variables macroeconómicas, está impactando directamente en la demanda. La contracción de la actividad económica se refleja en la caída de las ventas de los comercios y en la falta de liquidez de los negocios.
No solo el comercio se ve afectado. Industrias como la textil (Topper) y la siderúrgica (Acindar) también han anunciado reducciones en su producción debido a la caída de la demanda. Esta recesión afecta transversalmente a diversos sectores productivos.
Perspectivas futuras: desafíos y oportunidades
El futuro del comercio en el centro de Córdoba dependerá de la recuperación económica y de la capacidad de adaptación del sector. Si bien la reciente mejora en la ocupación de algunos locales es una señal positiva, la situación todavía es delicada y requiere acciones inmediatas.
Se necesitan políticas públicas que promuevan la actividad comercial en el centro, como la mejora de la infraestructura, el fomento del turismo y la generación de espacios de encuentro que atraigan a los consumidores. La revitalización del centro histórico, ofreciendo propuestas atractivas y alternativas comerciales, es fundamental para recuperar su vitalidad.
Asimismo, los comerciantes deben adaptarse a las nuevas tendencias del mercado, buscando la diversificación de productos y servicios, la digitalización y la fidelización de clientes para aumentar su competitividad. La adaptación a las nuevas dinámicas del comercio minorista, como el comercio electrónico, permitirá una mayor supervivencia en los negocios.
La colaboración entre el sector público y privado es esencial para superar la crisis. La creación de mesas de trabajo y el desarrollo de políticas conjuntas pueden ayudar a encontrar soluciones que permitan dinamizar la actividad comercial del centro histórico de Córdoba y mitigar el impacto negativo de la recesión.
En conclusión, la crisis comercial en el centro de Córdoba es un problema complejo con múltiples causas, exigiendo una respuesta integral que combine políticas públicas y una adaptación estratégica por parte de los comerciantes. Solo con un esfuerzo conjunto se podrá revitalizar el corazón comercial de la ciudad y asegurar la sostenibilidad de los negocios.