El crédito al sector privado en Argentina ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos meses, luego de años de estancamiento. Este fenómeno, que contrasta con la caída del turismo interno y la preocupación por los viajes al exterior, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de este crecimiento y su impacto en la economía real.
Un crecimiento impulsado por factores coyunturales
Diversos factores han contribuido a este auge crediticio. La baja de la inflación, la estabilidad cambiaria y la liberación de recursos del sistema bancario, tras la eliminación del déficit del Tesoro, han generado un escenario propicio para la expansión del crédito. Además, la reducción de las tasas de interés y la reintroducción de los créditos hipotecarios UVA han incentivado la demanda de préstamos.
Según datos del Banco Central, el crédito al sector privado pasó de representar el 5,2% del PBI en diciembre de 2023 al 6% en la actualidad. Si bien estos niveles aún se encuentran por debajo del promedio regional, el crecimiento interanual del 216,6% en noviembre de 2024 es un indicador del dinamismo que ha adquirido el sector.
Sin embargo, este crecimiento no ha estado exento de controversias. La recuperación económica, impulsada en gran medida por la expansión del crédito, no se ha traducido en un aumento significativo de los salarios ni de los ingresos de los hogares. Este desacople genera dudas sobre la capacidad de las familias para afrontar sus deudas en el mediano plazo.
El turismo en baja: ¿una señal de alarma?
En paralelo al crecimiento del crédito, el sector turístico local atraviesa una situación preocupante. La caída del turismo interno y el aumento de los viajes al exterior, impulsados por la apreciación del peso frente a otras monedas, han generado una disminución de la actividad económica en destinos turísticos tradicionales.
Este fenómeno se debe, en parte, a la mayor competitividad de precios de destinos internacionales como Búzios, Santiago de Chile y Cancún, que se han vuelto más baratos que en la época de la convertibilidad. El encarecimiento de los destinos nacionales y los precios desorbitantes, como el acceso al Glaciar Perito Moreno, no hacen más que profundizar la crisis del turismo local.
¿Espejismo o despegue sostenido?
La pregunta clave es si el crecimiento del crédito se sostendrá en el tiempo o si se trata de un fenómeno coyuntural. La respuesta dependerá de varios factores, entre ellos, la evolución de la inflación, la estabilidad macroeconómica y la capacidad del Gobierno para generar confianza en los inversores.
Javier Bolzico, presidente de Adeba, considera que Argentina tiene el potencial para alcanzar una relación crédito/PBI del 20% en los próximos años. Sin embargo, para ello es necesario mantener la disciplina fiscal, mejorar el marco normativo y promover la competencia en el sector financiero.
Por otro lado, la consultora CP destaca el bajo nivel de deuda sobre PBI de Argentina como una oportunidad para el crecimiento sostenido del crédito. No obstante, advierte sobre los límites microeconómicos de este modelo, que depende en gran medida de la desinflación y la actitud proactiva de los bancos.
Desafíos y perspectivas
El futuro del crédito en Argentina dependerá de la capacidad del Gobierno para consolidar la estabilidad macroeconómica y generar un clima de confianza que incentive la inversión productiva. La expansión del crédito al consumo, sin un crecimiento paralelo de la producción y los salarios, podría generar un endeudamiento insostenible para las familias y una burbuja económica.
Además, es fundamental que el crecimiento del crédito se oriente hacia el sector productivo, para impulsar la creación de empleo y el desarrollo económico. La ampliación del acceso al crédito en dólares para las empresas, actualmente restringido a los exportadores, podría ser una herramienta clave para mejorar la competitividad y la productividad.
Finalmente, la situación del turismo en baja es una señal de alerta que no debe ser ignorada. La reactivación de este sector, clave para la economía argentina, requiere de políticas públicas que promuevan la competitividad de los destinos nacionales y faciliten el acceso al crédito para las empresas del sector.