La Corte Penal Internacional (CPI) emitió el jueves 21 de noviembre de 2024 órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en Gaza. Esta decisión marca un momento sin precedentes, dado que es la primera vez que la CPI emite órdenes de arresto contra un líder respaldado por Occidente.
Los cargos y acusaciones
La CPI acusa a Netanyahu y Gallant de ser responsables de “crímenes de guerra de inanición como método de guerra; y crímenes de lesa humanidad por asesinato, persecución y otros actos inhumanos”. Específicamente, se les acusa de haber privado intencional y a sabiendas a la población civil de Gaza de alimentos, agua, medicamentos, suministros médicos, combustible y electricidad. La Corte también los responsabiliza por “el crimen de guerra de dirigir intencionalmente un ataque contra la población civil”.
La investigación de la CPI se centra en los eventos posteriores al ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023. La respuesta de Israel a este ataque, que incluyó un bloqueo sobre Gaza, es el foco principal de las acusaciones. La decisión de la CPI representa una dramática escalada de los procedimientos judiciales iniciados en mayo, cuando el fiscal, Karim Khan, solicitó por primera vez estas órdenes de arresto.
Reacciones internacionales
La decisión de la CPI ha generado una ola de reacciones a nivel internacional. Israel ha rechazado categóricamente las acusaciones, calificándolas de “antisemitas” y acusando a la CPI de ser un “organismo político parcial y discriminatorio”. El gobierno israelí ha afirmado que no cederá ante las presiones internacionales y que continuará con sus acciones militares hasta alcanzar sus objetivos.
Por otro lado, los funcionarios palestinos han recibido la decisión con satisfacción, considerándola un paso hacia la rendición de cuentas y la justicia en Palestina. Hamás ha solicitado que las órdenes de arresto se extiendan a otros funcionarios israelíes. La posición de Estados Unidos ha sido de fuerte rechazo a la decisión de la CPI, calificándola de “prematura” y preocupándose por los “errores del proceso”. Algunos miembros del partido Republicano, como el senador Lindsey Graham, han pedido nuevas sanciones contra la CPI.
La Unión Europea, a través de su jefe de diplomacia, Josep Borrell, ha declarado que las órdenes de la CPI no son políticas y que la decisión de la Corte debe respetarse y aplicarse. Aunque algunos estados miembros, como los Países Bajos, han manifestado su disposición a actuar de acuerdo a las órdenes, otros han expresado una postura más ambigua. El Reino Unido ha señalado su respeto por la independencia de la CPI, pero al mismo tiempo ha destacado la falta de equivalencia moral entre Israel y las organizaciones terroristas.
El contexto del conflicto
Es importante entender el contexto del conflicto para comprender el peso de la decisión de la CPI. La guerra entre Israel y Hamás en Gaza ha resultado en un enorme número de víctimas civiles, desplazamientos masivos y una gran destrucción. Las Naciones Unidas y organizaciones de ayuda humanitaria han criticado a Israel por restringir la entrega de ayuda y han alertado sobre el riesgo de hambruna y enfermedades en Gaza.
Las acciones militares de Israel, con el anunciado “asedio total” de Gaza por parte del entonces ministro de defensa Yoav Gallant, se han convertido en el centro de la controversia, mientras que la comunidad internacional sigue debatiendo las acciones de Hamás que desencadenaron este conflicto, incluyendo la toma de rehenes y el ataque sorpresivo del 7 de octubre.
Implicaciones y perspectivas futuras
La decisión de la CPI tiene implicaciones políticas y legales de gran alcance. Aunque la Corte no tiene los recursos para ejecutar las órdenes de arresto si los Estados miembros no cooperan, la decisión representa un desafío significativo a la autoridad de Israel en la escena internacional. La decisión de la CPI también podría afectar las relaciones internacionales y las dinámicas de poder en la región, generando tensiones entre los Estados miembros de la CPI y aquellos que no lo son.
La posibilidad de que Estados Unidos imponga nuevas sanciones a la CPI bajo un gobierno republicano con mayoría en los tres poderes del estado incrementa las tensiones. El futuro de las investigaciones de la CPI en relación a este conflicto y otras situaciones similares continúa incierto. La capacidad de la CPI para actuar eficazmente depende de la cooperación de sus Estados miembros y la disposición de aquellos involucrados a rendir cuentas.
El conflicto israelo-palestino sigue siendo uno de los más complejos y sensibles del mundo, con una larga historia de violencia, desplazamiento y disputas territoriales. La decisión de la CPI agrega una nueva capa a este conflicto complejo y su resultado final está por verse. Solo el tiempo determinará el impacto real y a largo plazo de las órdenes de arresto emitidas.