Corea del Sur se encuentra en una profunda crisis institucional tras la destitución de su presidente interino, Han Duck-soo, por parte del Parlamento. Esta decisión sin precedentes profundiza la inestabilidad política que atraviesa el país desde la declaración de la ley marcial a principios de mes y la posterior destitución del presidente Yoon Suk-yeol. La remoción de Han, quien asumió el cargo hace apenas dos semanas, marca un hito en la historia democrática surcoreana, ya que es la primera vez que un jefe de Estado interino es destituido por el legislativo.
La Destitución de Han Duck-soo: Un Acto sin Precedentes
La moción de destitución, presentada por la oposición liderada por el Partido Democrático (PD), fue aprobada con 192 votos a favor, la totalidad de los escaños que ocupa la oposición en el Parlamento. El gobernante Partido del Poder Popular (PPP) boicoteó la votación en protesta por lo que consideran una violación del procedimiento legal. El PPP argumenta que, al tratarse de un presidente interino, la destitución debería requerir una mayoría de dos tercios del Parlamento, la misma que se exige para destituir a un presidente en ejercicio. Sin embargo, el PD defendió que, en el caso de Han, bastaba con una mayoría simple, la misma que se utiliza para cesar a otros miembros del gabinete.
El detonante de la moción fue la negativa de Han a nombrar nuevos jueces para el Tribunal Constitucional, tal como le exigía la oposición. Han condicionó los nombramientos a un acuerdo entre el PD y el PPP sobre los tres magistrados que deben ocupar las vacantes en el tribunal. Esta postura fue interpretada por la oposición como un intento de dilatar el proceso de destitución de Yoon Suk-yeol, actualmente bajo juicio en el Tribunal Constitucional por la declaración de la ley marcial. Sin el nombramiento de los tres jueces, los seis magistrados restantes deben aprobar unánimemente la destitución de Yoon para que esta sea efectiva.
Consecuencias de la Destitución y el Futuro Político de Corea del Sur
La destitución de Han Duck-soo ha sumido a Corea del Sur en una incertidumbre aún mayor. El ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, ha asumido la presidencia interina de forma provisional. La oposición ha anunciado que continuará presionando al gobierno y al PPP para que se renueve el Tribunal Constitucional y se aprueben investigaciones especiales contra Yoon Suk-yeol y la primera dama. El PD busca acelerar la destitución definitiva de Yoon para forzar la convocatoria de elecciones presidenciales anticipadas, en las que se perfilan como favoritos.
El PPP, por su parte, busca dilatar el proceso con la esperanza de que el Tribunal Supremo ratifique una sentencia por violación de la ley electoral contra el líder del PD, Lee Jae-myung, lo que debilitaría significativamente a la oposición de cara a las elecciones. Este complejo escenario político ha generado una gran preocupación en la sociedad surcoreana, que observa con incertidumbre el futuro del país.
El pulso entre el oficialismo y la oposición amenaza con paralizar la toma de decisiones en un momento crucial para Corea del Sur, que enfrenta importantes desafíos económicos y geopolíticos. La crisis institucional podría afectar la capacidad del país para responder a las crecientes tensiones en la península coreana y a las fluctuaciones del mercado global.
Expertos en política surcoreana advierten sobre el riesgo de una mayor polarización social y un deterioro de la confianza en las instituciones democráticas. La falta de diálogo y la confrontación constante entre los partidos políticos podrían generar un clima de inestabilidad que dificulte la gobernabilidad del país.
Mientras tanto, la economía surcoreana, una de las más dinámicas de Asia, podría verse afectada por la incertidumbre política. Inversionistas extranjeros podrían mostrarse reticentes a invertir en un país con un escenario político tan volátil, lo que impactaría negativamente en el crecimiento económico.
El Rol del Tribunal Constitucional: Un Actor Clave en la Crisis
El Tribunal Constitucional se ha convertido en el árbitro de la crisis política en Corea del Sur. Su decisión sobre la destitución de Yoon Suk-yeol será determinante para el futuro del país. Si el tribunal ratifica la destitución, se convocarían elecciones presidenciales anticipadas. Si, por el contrario, decide restituir a Yoon en el cargo, la crisis podría agudizarse aún más.
La presión sobre el Tribunal Constitucional es enorme. Tanto el gobierno como la oposición buscan influir en su decisión. La independencia y la imparcialidad del tribunal son cruciales para garantizar la legitimidad del proceso y la estabilidad del país. El fallo del Tribunal Constitucional no solo definirá el futuro político de Yoon Suk-yeol, sino que también sentará un precedente importante para la democracia surcoreana.
La incertidumbre sobre la composición del tribunal, con tres vacantes por cubrir, añade un elemento adicional de complejidad a la situación. La negativa de Han Duck-soo a nombrar nuevos jueces ha sido criticada por la oposición, que la considera una maniobra dilatoria para proteger a Yoon Suk-yeol. Sin embargo, el PPP argumenta que los nombramientos deben ser consensuados entre los partidos políticos para garantizar la imparcialidad del tribunal.