La gestión de residuos en la ciudad de Córdoba presenta una historia compleja, marcada por un siglo de improvisación, decisiones políticas cuestionables y promesas incumplidas que han tenido un impacto ambiental significativo. Desde el vertido de basura en los cauces de ríos y arroyos hasta la implementación de soluciones tecnológicas fallidas, el camino recorrido refleja una falta de planificación estratégica a largo plazo.
De La Cañada al Parque Industrial de la Economía Circular: un siglo de desafíos
El siglo XX en Córdoba comenzó con una práctica común a muchas ciudades en desarrollo: el vertido de basura en los cauces naturales. La Cañada, un importante arroyo que atraviesa la ciudad, se convirtió en un receptor de desechos, con consecuencias sanitarias y ambientales evidentes. Esta situación persistió durante décadas, mostrando una ausencia de políticas ambientales y de planificación urbana.
A mediados de la década de 1910, se implementaron incineradores en los barrios Observatorio y Villa Belgrano. Aunque en su momento representaron un avance, estas soluciones tecnológicas resultaron contaminantes y poco eficientes. La generación de cenizas tóxicas y la emisión de gases nocivos a la atmósfera se convirtieron en un problema adicional.
La década de 1970 marca un cambio, con la habilitación de terrenos para el vertido de basura en la periferia de la ciudad. Esta práctica, aunque mejor que el vertido directo en los ríos, se caracterizó por la falta de control y la ausencia de tratamientos adecuados, lo cual contribuyó a la contaminación del suelo y del agua subterránea. La falta de planificación se manifestó en la elección de lugares sin las condiciones óptimas para un enterramiento sanitario, exacerbando los problemas ambientales.
El enterramiento sanitario de Bouwer, inaugurado en 1982, fue un avance en la gestión de residuos, pero también presentaba limitaciones. Su capacidad limitada y las deficiencias en las prácticas de tratamiento y monitoreo derivaron en problemas a largo plazo, agotando su vida útil en un tiempo menor del estimado.
A principios del siglo XXI se pretendía la implementación de tecnologías más innovadoras. Sin embargo, los proyectos relacionados con la gasificación de la basura no se concretaron, pese a las importantes sumas de dinero invertidas y las promesas oficiales. Este incumplimiento de promesas, que incluyeron la selección de lugares como Bajo Grande o La Carbonada, tuvo un gran impacto ambiental y social, generando controversias y malestar entre los ciudadanos.
Piedra Blanca: El enterramiento “provisorio” que se prolonga
La clausura del enterramiento de Potrero del Estado, motivada por la presión vecinal, generó una situación de emergencia en 2010. Ante la necesidad inmediata de encontrar una solución, se habilitó el enterramiento de Piedra Blanca como una medida provisional. Sin embargo, este sitio, concebido inicialmente para un periodo corto, se convirtió en el destino final de la basura de la ciudad y de otras localidades metropolitanas, y continuará funcionando por lo menos hasta 2034.
Las promesas incumplidas, tanto las referentes al traslado de los residuos a otros predios como las concernientes a la implementación de tecnologías más avanzadas, se manifiestan claramente en el continuo funcionamiento del enterramiento de Piedra Blanca, transformándolo en un paradigma de gestión fallida.
La falta de una planificación a largo plazo para la gestión de los residuos en Córdoba resulta alarmante, reflejando un círculo vicioso de decisiones políticas erróneas, con un profundo impacto ambiental y económico que conlleva la ineficiencia y el riesgo de contaminación en un futuro no muy lejano. La historia de los proyectos fallidos para la gestión de residuos en la ciudad de Córdoba es un ejemplo palpable de las consecuencias de la falta de planificación, la inversión pública errática y la ineficacia en la toma de decisiones, con un impacto socio-ambiental considerable.
El futuro de la gestión de residuos en Córdoba
La reciente habilitación de una nueva celda en Piedra Blanca, con mejoras tecnológicas para la captación y aprovechamiento del biogás, representa un paso adelante en cuanto a la infraestructura, aunque no soluciona los problemas profundos del sistema. Es fundamental impulsar políticas integrales que promuevan la reducción, reutilización y reciclado de residuos, reduciendo la cantidad de material destinado a los vertederos.
La participación ciudadana es vital para el éxito de cualquier estrategia de gestión de residuos. La generación de conciencia sobre la importancia de la separación de residuos en origen, la educación ambiental y el fomento de programas de reciclaje comunitario son cruciales para fomentar un cambio cultural que conduzca hacia un futuro sostenible.
La planificación estratégica a largo plazo, la inversión en infraestructura adecuada, la implementación de tecnologías eficientes y la participación ciudadana activa son elementos clave para transformar la gestión de residuos en Córdoba en un sistema moderno, sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Es necesario evitar caer nuevamente en el círculo vicioso de improvisaciones, promesas incumplidas y decisiones erróneas.