Córdoba, una ciudad que a menudo se presenta como un faro de progreso y cultura, revela una realidad dolorosa al observar de cerca a sus sectores más vulnerables. El despiadado desalojo de los ‘naranjitas’ del Parque Sarmiento, la brutal represión de las protestas de jubilados y la alarmante crisis alimentaria en los comedores comunitarios, dibujan un panorama desolador de injusticia y abandono. Estas problemáticas, lejos de ser incidentes aislados, son el síntoma de una política sistemática de desprotección social que clama por una respuesta urgente y contundente. ¿Hasta cuándo permitiremos que esta cruel indiferencia siga marcando el destino de quienes más lo necesitan?
La Expulsión de los ‘Naranjitas’: Un Acto de Crueldad contra la Economía Popular
La expulsión de los ‘naranjitas’ del Parque Sarmiento es un claro ejemplo de cómo se estigmatiza y criminaliza a los trabajadores de la economía popular. Hombres y mujeres que, durante años, encontraron en la venta ambulante una forma digna de ganarse la vida, ahora son despojados de su sustento y arrojados a la desesperación. Esta medida, tomada sin ofrecer alternativas viables ni considerar el devastador impacto social, evidencia una falta de humanidad y una ceguera ante la dura realidad de quienes luchan día a día para sobrevivir. Este atropello, ¿no nos interpela como sociedad?
Natalia Márquez, con el corazón lleno de angustia e impotencia, relata el trato inhumano que sufrió su padre, uno de los ‘naranjitas’ afectados: ‘El lunes pasado, un policía le pegó y le dijo: ‘Levantate, negro de mierda, andate, que te tenés que ir’. ¡Mi papá tiene 60 años! La gente lo conoce y sabe que nosotros pedimos a voluntad. Él vive de esto, ¿quién le va a dar un trabajo con 60 años?’. Este testimonio, que nos estremece hasta la médula, pone de manifiesto la brutalidad y el racismo que se esconden detrás de estas políticas de exclusión. No se trata solo de quitar un puesto de trabajo, sino de pisotear la dignidad y la identidad de personas que han dedicado su vida a construir una comunidad. ¿Es este el ‘progreso’ que queremos para Córdoba?
La promesa de un ‘Córdoba limpia y ordenada’ se cumple a costa de la exclusión de aquellos que no encajan en la postal de la ciudad ideal. Se prioriza la estética y el confort de unos pocos por encima de las necesidades básicas y los derechos de muchos.
Se prioriza la estética y el confort de unos pocos por encima de las necesidades básicas y los derechos de muchos. Esta lógica perversa, que convierte a los pobres en culpables de su propia situación, es inaceptable y debe ser denunciada con firmeza. No podemos ser cómplices de esta injusticia.
Represión a los Jubilados: Un Acto de Barbarie contra la Experiencia y la Lucha
La represión de las protestas de jubilados es otra muestra indignante de la insensibilidad y la violencia institucional que se ejerce contra los sectores más desprotegidos de la sociedad. Estos hombres y mujeres, que han dedicado su vida a trabajar y construir el país, ahora se ven obligados a salir a las calles para defender sus derechos más elementales: una jubilación digna, acceso a la salud y respeto por su valiosa experiencia. ¿Es este el pago que les da nuestra sociedad?
En lugar de escuchar sus reclamos y ofrecer soluciones, el Estado responde con balas de goma, gases lacrimógenos y detenciones arbitrarias. Se criminaliza la protesta social y se intenta silenciar las voces de quienes denuncian la injusticia. Esta actitud represiva no solo es condenable desde el punto de vista ético, sino que también es contraproducente desde el punto de vista político, ya que genera más bronca y resentimiento en una sociedad que ya está al borde del abismo. ¿Hasta cuándo toleraremos esta impunidad?
Marco Galán, director de Radio Comunitaria La Ranchada, con la voz quebrada por la indignación, denuncia: ‘Hemos visto con la crueldad que se reprime a los jubilados durante una protesta en el Congreso’. Estas imágenes de violencia contra personas mayores, que deberían ser protegidas y cuidadas, hieren la sensibilidad de cualquier ser humano con un mínimo de empatía. No podemos permitir que se siga pisoteando la dignidad de nuestros abuelos y abuelas, que han luchado incansablemente por un país mejor. Su lucha es nuestra lucha. ¿Nos unimos a ellos?
Crisis Alimentaria: El Hambre como Arma de Destrucción Masiva
La creciente crisis alimentaria en los comedores comunitarios de Córdoba es una tragedia que clama al cielo. Tres de cada cuatro comedores no alcanzan a cubrir las necesidades básicas de alimentos de las personas que asisten a diario. Niños, ancianos y familias enteras sufren las consecuencias devastadoras de la falta de recursos y la desidia estatal. El hambre se convierte así en un arma de control social, que debilita la capacidad de resistencia y somete a la población a la voluntad de quienes detentan el poder. ¿Quiénes son los responsables de esta atrocidad?
Mónica Capdevila y Sandra Sánchez, referentes de comedores comunitarios, describen con desesperación la difícil situación que atraviesan: ‘Aumentó la demanda, pero los recursos son cada vez más escasos’. Esta frase resume la paradoja cruel de una sociedad que produce alimentos para exportar, pero no es capaz de garantizar la alimentación de sus propios ciudadanos. No se trata solo de un problema económico, sino de una cuestión de prioridades políticas y valores éticos. ¿Qué clase de sociedad hemos construido?
La falta de inversión en políticas sociales, la inflación descontrolada y la precarización laboral son factores que contribuyen a agravar la crisis alimentaria. Sin embargo, la solución no pasa solo por aumentar la asistencia alimentaria, sino por atacar las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad. Es necesario generar empleos dignos, garantizar el acceso a la educación y la salud, y promover una distribución más justa de la riqueza. El camino es largo, pero no imposible. ¿Te animas a construirlo con nosotros?
Un Llamado a la Acción: ¡Construyamos Juntos una Córdoba Más Justa y Solidaria!
La vulnerabilidad social en Córdoba no es una fatalidad inevitable, sino el resultado de decisiones políticas y económicas que benefician a unos pocos en detrimento de la mayoría. Es hora de cambiar el rumbo y construir una sociedad más justa, solidaria e inclusiva, donde todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad y desarrollar su potencial. ¡El momento de actuar es ahora!
- Fortalecer la organización popular.
- Apoyar a los trabajadores de la economía informal.
- Defender los derechos de los jubilados.
- Garantizar la alimentación de todos los ciudadanos.
- Exigir al Estado que cumpla con su responsabilidad social.
- Invertir en políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades y la inclusión social.
La lucha por una Córdoba más justa y solidaria es una tarea colectiva que nos convoca a todos. No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas. Es hora de levantar la voz, organizarnos y construir un futuro mejor para todos y todas. ¡Sumate a esta ola de cambio! Juntos podemos lograrlo.