El escenario político cordobés se encuentra en ebullición, con la irrupción de Javier Milei como una fuerza disruptiva que parece estar influenciando las decisiones de los principales referentes del poder local. El reciente Presupuesto 2025 presentado por el intendente Daniel Passerini, del peronismo, exhibe medidas que, aunque no son una adopción completa del ideario libertario, presentan resonancias con las propuestas del líder de La Libertad Avanza. Este análisis explorará la influencia, o aparente influencia, de Milei en las decisiones de Passerini y las posibles consecuencias en la gestión de Martín Llaryora, gobernador de la provincia.
Passerini y el manual mileísta: ¿Una estrategia coyuntural o un cambio de rumbo?
La eliminación de 100 tasas y gabelas municipales, una medida simbólica pero significativa, es la primera señal visible de este acercamiento. Si bien no representará un impacto drástico en la recaudación, la medida se alinea con la promesa mileísta de simplificación y reducción de la carga burocrática. Estas 100 tasas y gabelas, según el municipio, eran trámites innecesarios que dificultaban la vida de los vecinos. Se las ha considerado una especie de vestigio de una gestión municipal menos eficiente.
La reducción de las tasas de comercio e industria, un 14%, es una medida con un impacto económico más tangible. Esta iniciativa, claramente orientada a facilitar la actividad empresarial, es también un elemento coherente con el discurso de Milei que busca un ambiente más favorable para el desarrollo económico a través de una menor presión fiscal sobre las empresas.
La pregunta clave es si esta aproximación a medidas económicas afines a las propuestas de Milei es una estrategia coyuntural, buscando un rédito electoral en un contexto donde Milei ha crecido en las encuestas cordobesas, o si representa un cambio de rumbo ideológico para Passerini. Su historial político y su alineamiento con el peronismo sugieren que, por ahora, estamos ante una adaptación pragmática al escenario electoral.
Llaryora y el desafío de la adaptación: la mirada desde la gobernación
Martín Llaryora, gobernador de la provincia, se enfrenta ahora al desafío de responder a las medidas de Passerini. Su posición es más compleja, ya que gobernar una provincia exige una estrategia diferente a la administración municipal. En un contexto donde Milei demuestra un apoyo significativo, Llaryora necesita encontrar medidas que logren contener el avance libertario sin alienar completamente su base política tradicional.
Los indicios de un eventual cambio de estrategia en la gestión de Llaryora son más difusos que en el caso de Passerini. Sin embargo, las recientes declaraciones de la Ministra de Desarrollo Humano, Liliana Montero, sugieren un acercamiento a posturas que se intersectan con las ideas de Milei, como la necesidad de reformular la legislación para abordar la problemática de la delincuencia juvenil.
Las declaraciones de la ministra Montero sobre la necesidad de una reforma legal para tratar con menores delincuentes han sido interpretadas por algunos analistas como una aproximación a las propuestas de Milei para bajar la edad de imputabilidad. Si bien esto es interpretable, resulta muy incipiente para afirmar que Llaryora haya adoptado completamente esa posición
Las medidas anunciadas por Passerini parecen ser un test político importante para Llaryora. El éxito o fracaso de las medidas económicas del intendente y la repercusión política de las decisiones del Ejecutivo provincial marcarán el rumbo para ambos hacia las próximas elecciones.
Impacto económico y futuro político
Las medidas implementadas en la ciudad de Córdoba aún no tienen un impacto económico visible a gran escala. Pero la reducción de impuestos al comercio e industria tiene el potencial de favorecer la competitividad local, aunque a largo plazo. El éxito de estas medidas dependerá, también, de cómo el Gobierno provincial acompañe estas iniciativas y en qué medida otros actores económicos, como los gremios, participan.
Para el panorama político, el acercamiento de Passerini a la agenda mileísta representa un desafío para la alianza gobernante en la provincia. Llaryora tendrá que responder con políticas coherentes pero sin abandonar su base de apoyo tradicional. Es poco probable que la adopción plena del programa económico de Milei ocurra, pero la influencia de la agenda libertaria se puede percibir en las decisiones de los principales referentes del gobierno cordobés.
En definitiva, Córdoba se presenta como un laboratorio político en el que se experimentan diversas respuestas al fenómeno Milei. El éxito o fracaso de estas estrategias tendrán impacto en el debate político y las decisiones económicas que se tomen en la provincia en el futuro. Es clave observar cómo evolucionan las acciones de ambos, y cómo la sociedad cordobesa percibe estas adaptaciones al ideario libertario.
El análisis de las políticas implementadas por Passerini, en conjunto con la posibilidad de un alineamiento estratégico por parte de Llaryora, revelan una respuesta tangible a la ascendencia política de Javier Milei. Se trata de una adaptación inteligente o coyuntural a las circunstancias, pero deja una profunda huella en la agenda política cordobesa.