En Córdoba, la repetición diaria de la tortuosa odisea del transporte público ha servido, al parecer, para que los concejales opositores hallen el camino al recinto. No obstante, no se llamen a engaño: tras esta súbita inquietud por la crisis del transporte se oculta una estrategia con un claro aroma a oportunismo político, más que a una auténtica entrega al servicio ciudadano. Tras meses de un silencio que los hacía cómplices, durante los cuales las quejas vecinales se perdían sin eco en sus oficinas, ahora, ¡albricias!, se deciden a llevar el tema al Concejo Deliberante. ¿Será que se acercan las próximas elecciones y la memoria ciudadana es demasiado volátil?
La escenificación no podría ser más propia del teatro. Después de una sesión interminable en la que beneplácitos y preocupaciones por asuntos menores acapararon la atención, como si la ciudad no confrontara problemas más apremiantes, por fin, los colectivos se adueñaron del centro del debate. Pero no aguarden propuestas renovadoras ni soluciones tangibles. No, amigos. Los concejales, en su papel de detectives de poca monta, desempolvaron recortes de prensa para ‘manifestar’ su asombro ante una crisis que lleva años gestándose lentamente. ¡Qué oportuna resulta la indignación cuando se nutre de titulares ajenos!
Radicalización y Circo Mediático: El Show de la Oposición Cordobesa
El bloque radical, siempre dispuesto a ser el centro de atención, se alzó con el galardón a la interpretación más melodramática. La concejal Fabiana Gutiérrez, afectada por un gesto de profunda consternación, requirió una auditoría contable de TAMSE, la empresa municipal de transporte. ¿Dónde había metido la indignación mientras la crisis se iba desarrollando? Su compañera de bancada, Verónica Garade, tampoco se quedó atrás y, con un tono inquisidor, intentó indagar el paradero del Sistema Integrado de Transporte Metropolitano de Córdoba, como ignorando que fue víctima de la desidia e improvisación que ahora tanto critican. ‘He escuchado en los medios que van a quitarle el servicio a FAM, llegan tarde señores’, aseveró la concejala, dejando claro que su información proviene más de rumores que de una gestión sensata.
Pero Elisa Caffaratti se llevó la palma, quien, con una creatividad merecedora de mejor causa, empleó caramelos para señalar los corredores que se ‘repartieron’ mediante contratos precarios. ¡Caramelos! Mientras los usuarios del transporte público sufren hacinamiento, retrasos y un servicio deficiente, la concejala se pone a jugar con golosinas como si estuviera en una verbena escolar. Por su parte, Graciela Villata recurrió a la demagogia barata al recordar que ‘durante cinco años dispusieron del tiempo suficiente para preparar un pliego para el transporte’. ¿Olvida acaso que su gestión también fue parte del problema y que ahora intenta lavarse las manos como si fuera una observadora neutral?
Y para que nadie se sienta discriminado, José María Romero Vázquez, del Frente Cívico, también echó mano de los informes televisivos para cuestionar el sistema de transporte. ¿Acaso no tienen acceso a información oficial? ¿O es que prefieren la comodidad del relato mediático para evitar asumir responsabilidades?
La Izquierda: Una Voz Disidente en el Concejo (con Razón)
En medio de esta función de hipocresía, la voz de Laura Vilches, representante del FIT, resonó con una franqueza inusual. Solicitó ‘derogar la emergencia del Sistema de Transporte Público de Pasajeros y restituir al Concejo la potestad de tomar las riendas del sistema’. Pero no se detuvo ahí. Con una lucidez que incomodó a varios, señaló directamente a los radicales y al resto de los bloques, acusándolos de ‘compartir la responsabilidad de arrastrar un problema crónico como es el transporte’. ‘El fracaso de todas las gestiones se debe a que se priorizaron los negocios con empresarios amigos, conocidos, de turno’, sentenció, sacando a la luz la putrefacción que se esconde tras la crisis.
Oportunismo Político: La Estrategia Descarada de la Oposición
La sesión del Concejo Deliberante de Córdoba no fue más que una demostración del oportunismo que define a la clase política. Los concejales opositores, después de años de inacción, ahora buscan erigirse como los salvadores del transporte público, valiéndose del descontento de los ciudadanos para sacar provecho político. Pero su estrategia es tan tosca que resulta ofensiva para aquellos que a diario padecen las secuelas de su desidia.
¿Hasta cuándo, ciudadanos de Córdoba, permitirán este ‘circo mediático’? No basta con indignarse frente a los titulares de los periódicos o los informes de la televisión. Es imperativo exigir a los concejales que asuman su deber y que aparquen los intereses partidistas para enfocarse en soluciones verdaderas y perdurables para el transporte público. Pues, al fin y al cabo, son ellos, los representantes del pueblo, quienes tienen el poder de cambiar las cosas. ¿O no?
¿Qué podemos hacer? Aquí hay algunas sugerencias:
- Participar en las próximas manifestaciones.
- Firmar peticiones para exigir mejoras en el servicio.
- Contactar a sus representantes políticos y expresar sus inquietudes.
- Apoyar a organizaciones de defensa del transporte público.
El Trasfondo Político: Negocios, Amiguismos y Desidia
La crisis del transporte en Córdoba no es un problema aislado, sino la consecuencia de una serie de decisiones políticas y económicas que han beneficiado a unos pocos en detrimento de la mayoría. Los contratos precarios, la falta de inversión en infraestructura y la complicidad con empresarios amigos son solo algunos de los componentes de esta fórmula para el desastre. Y los concejales opositores, que ahora se indignan, han sido cómplices necesarios de este proceso.
Tras cada licitación, contrato y subsidio se esconden intereses oscuros que alimentan la corrupción y la impunidad. Y mientras tanto, los ciudadanos continúan aguardando el colectivo, hacinados, retrasados y con la sensación de que a nadie le importan sus problemas. No obstante, no se resignen, no se dejen embaucar por promesas vacías y discursos demagógicos. Exijan transparencia, responsabilidad y compromiso a sus representantes. Porque el transporte público no es un negocio, sino un derecho inalienable.
Construyendo un Futuro Mejor: Un Llamado a la Acción Ciudadana
La crisis del transporte en Córdoba representa una oportunidad para replantear el modelo de ciudad que anhelamos. Una ciudad más justa, más equitativa y más sostenible, donde el transporte público sea una prioridad y no una mercancía. Una ciudad donde los ciudadanos sean escuchados y donde sus necesidades sean atendidas. Una ciudad donde la política esté al servicio del pueblo y no al revés.
Sin embargo, para alcanzar este objetivo, se requiere un cambio de actitud por parte de la clase política. Es crucial dejar atrás el oportunismo, la demagogia y la corrupción, y comenzar a trabajar en soluciones verdaderas y perdurables. Es imprescindible escuchar a los ciudadanos, atender sus demandas y responder a sus necesidades. Es esencial construir un futuro mejor para todos, donde el transporte público sea un derecho y no un privilegio.
En esta lucha, los ciudadanos no están solos. Existen organizaciones sociales, colectivos vecinales y ciudadanos comprometidos que trabajan incansablemente por un transporte público digno y eficiente. Es hora de unirse a ellos, de alzar la voz y de exigir a los concejales que cumplan con su deber. Porque el futuro de Córdoba está en nuestras manos. ¡Actúen ahora!