Intensas lluvias azotaron la provincia de Córdoba durante el fin de semana, provocando el desborde de ríos y arroyos y dejando varias localidades aisladas. El fenómeno meteorológico dejó imágenes impactantes, con ríos desbordados que inundaron calles, puentes intransitables y daños materiales considerables. Esta situación alarmó a la población y puso en alerta a las autoridades provinciales, que implementaron medidas para asistir a los damnificados y mitigar los riesgos.
Situación crítica en Villa Los Aromos
Una de las localidades más afectadas fue Villa Los Aromos, ubicada a 11 kilómetros de Alta Gracia. El río Anisacate creció de manera significativa, anegando el puente principal y dejando a la comunidad aislada por varias horas. El jefe comunal, Daniel Pastorino, describió la situación a Cadena 3, señalando que el agua superó los tres metros de altura sobre el puente, interrumpiendo completamente el tránsito durante aproximadamente una hora y media.
Si bien el tránsito se restableció luego de que el nivel del agua bajara, la preocupación persiste ante la posibilidad de nuevas precipitaciones. Pastorino resaltó la importancia de la comunicación y coordinación entre las localidades vecinas, como San Clemente, Anisacate y La Paisanita, para monitorear el comportamiento de los ríos y tomar precauciones ante posibles nuevas crecidas.
Crecidas generalizadas en toda la provincia
Las fuertes lluvias no se limitaron a Villa Los Aromos. Roberto Schreiner, vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, informó sobre el registro de precipitaciones muy variables en la provincia, con valores que llegaron hasta los 90 mm en Sierras Chicas y más de 130 mm en algunas zonas de Calamuchita. Estas lluvias provocaron crecidas importantes en distintos puntos de la provincia.
En Calamuchita, la crecida del río Los Reartes llegó a los 4 metros, destruyendo un puente colgante e incluso arrastrando un automóvil. En Punilla, los ríos San Antonio e Icho Cruz también registraron crecidas significativas, mientras que en el Valle de Paravachasca, el río Anisacate superó los 3,5 metros. En Santa María, el desborde del río San José interrumpió el tránsito en la ruta S-271, dejando un puente intransitable. Incluso en Villa María se reportaron caídas de árboles y accidentes producto de la baja visibilidad, y en Traslasierra cortes de luz y caída de árboles.
A pesar de la magnitud de las inundaciones y los daños materiales registrados, Schreiner confirmó que, afortunadamente, no hubo víctimas fatales que lamentar. Sin embargo, las imágenes del agua arrasando con puentes y propiedades destacaron la potencia del agua y el riesgo a que se enfrentaron las poblaciones afectadas. Los videos muestran la fuerza de las corrientes que barrieron carreteras, autos y casas
Recomendaciones y medidas de prevención
Ante este tipo de situaciones, la Dirección de Protección Civil emitió una serie de recomendaciones para la población, instando a la precaución y al respeto de las indicaciones de los organismos de seguridad. Se insiste en evitar acercarse a las márgenes de ríos y arroyos, en no cruzar vados o puentes inundados, y en utilizar sólo lugares habilitados por el municipio para acampar.
Además de los llamados a la precaución, el Gobierno provincial ha comenzado a evaluar los daños y ha puesto en marcha los mecanismos necesarios para asistir a las familias y localidades afectadas. Esta asistencia incluye apoyo en la recuperación de viviendas dañadas, y la reconstrucción de infraestructura vial y puentes. Se implementarán planes de ayuda para paliar las dificultades económicas y sociales provocadas por las inundaciones.
Las lluvias intensas pusieron a prueba la capacidad de respuesta de las instituciones provinciales y municipales. La eficiente coordinación entre Bomberos Voluntarios, Policía, Protección Civil y Defensa Civil ha sido fundamental para mitigar los daños y brindar asistencia a la población afectada. La experiencia obtenida permitirá refinar las medidas de prevención y la gestión de emergencias para futuras eventualidades de este tipo.
El fenómeno climático sirve como un recordatorio de la importancia de la planificación urbana y la gestión de riesgos ante eventos extremos. Los planes de evacuación, las obras de infraestructura para controlar el caudal de agua y la educación a la población sobre las medidas de seguridad ante eventos de esta naturaleza, deben ser prioritarios para reducir la vulnerabilidad de las comunidades y minimizar el impacto de las fuertes precipitaciones.
Las autoridades provinciales han reiterado su compromiso de colaborar estrechamente con las localidades afectadas, monitoreando la situación, brindando asistencia técnica y financiera, y trabajando en la prevención de futuros desastres similares. Además, se espera que se realicen estudios para determinar con mayor precisión las zonas de mayor riesgo ante crecidas y se tomen las medidas necesarias para la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus consecuencias.