¿Te imaginas ser arrollado por un conductor que huye, dejándote tirado como un desecho en medio de la calle? Eso es lo que le pasó a Margarita Espinoza, de 67 años, en Córdoba. Una tormenta de agua y otra de impunidad se cernieron sobre ella ese día. Su historia clama justicia, ¿la escuchamos?
Córdoba bajo la tormenta: una tragedia anunciada
El fatídico 11 de marzo, mientras Córdoba se convertía en una Venecia improvisada por las torrenciales lluvias, Margarita fue víctima de una cobardía imperdonable. En la intersección de Góngora y Mariano Fragueiro, un conductor desalmado la embistió con su auto, dejándola abandonada a su suerte en el asfalto mojado. ¿Qué clase de persona es capaz de semejante acto?
Las cámaras de seguridad captaron la escena: el impacto brutal, el cuerpo de Margarita volando por el aire, y la huida cobarde del conductor. Margarita quedó tendida, con fracturas expuestas y heridas sangrantes, mientras el responsable escapaba sin remordimiento alguno. La frialdad de este individuo hiela la sangre.
Transeúntes solidarios auxiliaron a Margarita, quien fue trasladada de urgencia a la Clínica Romagosa. El diagnóstico: fracturas en ambas piernas y brazos, además de múltiples heridas en el rostro. Margarita lucha por su vida, mientras su familia se enfrenta a la peor pesadilla. ¿Quién responderá por este crimen?
La Lucha de una Familia por la Verdad
“¡Necesitamos testigos! ¡Cualquier dato, por favor!”, suplica, con la voz quebrada, uno de los hijos de Margarita. La familia, devastada por la angustia y la indignación, ha lanzado un llamado desesperado a la comunidad. El número 3513511543 es su última esperanza, la línea directa con la verdad. ¿Tienes información? ¡Llama!
“No podemos permitir que esto quede impune. Mi madre es una persona trabajadora, una vecina querida por todos. No se merece esto”, clama entre lágrimas el hijo de Margarita. Su dolor es el grito de una familia que exige justicia, que no se resigna a la impunidad.
Impunidad made in Argentina: El Colectivero Fantasma
La historia de Margarita no es un caso aislado, lamentablemente. En Buenos Aires, un colectivero de la línea 12 protagonizó una escena similar, con un descaro aún mayor. Tras perder el control del vehículo e impactar contra un semáforo, el conductor se fugó, dejando tras de sí un caos y un peligro inminente para los peatones. ¿Hasta cuándo permitiremos esta impunidad?
¿Lo más indignante? A pesar de la gravedad del hecho y de haber sido registrado por cámaras de seguridad, las autoridades no tomaron medidas contra el colectivero ni contra la empresa de transporte. ¿Acaso la vida de los ciudadanos no vale nada para estos señores? ¿Es este el mensaje que queremos transmitir a la sociedad? ¡Basta de impunidad!
Cuando la Indiferencia se Convierte en Sistema
Estos casos son solo la punta del iceberg de una problemática nauseabunda: la falta de conciencia vial y la impunidad que protege a quienes cometen estos delitos atroces. ¿Cómo es posible que un conductor pueda atropellar y abandonar a una persona sin enfrentar consecuencias? ¿Qué oscuros intereses se esconden detrás de esta impunidad sistemática?
Es hora de que la justicia deje de mirar para otro lado y actúe con celeridad y firmeza. Es hora de enviar un mensaje contundente a la sociedad: ¡este tipo de conductas no serán toleradas! No podemos permitir que la indiferencia y la falta de responsabilidad sigan segando vidas inocentes en nuestras calles. ¡Exigimos justicia!
¡Alcemos la Voz! El Poder de la Solidaridad
La historia de Margarita y el caso del colectivero impune son un llamado a la reflexión, una invitación a la solidaridad y un grito desesperado por justicia. No podemos, no debemos quedarnos callados ante la impunidad. ¡Alcemos la voz, hagámonos escuchar, exijamos un cambio! Solo así lograremos que nuestras calles sean un lugar seguro para todos.
La búsqueda de testigos y la presión social son armas poderosas para evitar que estos casos queden en el olvido y para que los responsables rindan cuentas ante la justicia. La memoria de Margarita y de todas las víctimas de la indiferencia nos exige un compromiso inquebrantable: construir una sociedad más justa y humana. ¡No nos rindamos!
¿Qué podemos hacer? ¡Compartir esta historia! ¡Difundir el rostro de la injusticia! ¡Contactar a la familia si tienes información relevante (3513511543)! ¡Firmar peticiones online! ¡Participar en campañas de concientización vial! ¡No seas cómplice del silencio! ¡Juntos podemos lograr el cambio!