Córdoba está hirviendo. La calma aparente se quiebra con cada nuevo enfrentamiento político, dejando en evidencia un tablero de ajedrez donde las alianzas cambian con la velocidad del viento. Hoy, el foco está puesto en el tenso enfrentamiento entre el intendente Daniel Passerini y el gremio de municipales SUOEM, liderado por el experimentado Rubén Daniele. ¿Es este solo un choque más, o se trata del anuncio de una profunda reconfiguración del poder en la provincia?
Passerini vs. Daniele: Un conflicto que crece
La conciliación obligatoria dictada por el gobierno provincial solo logró aplazar lo inevitable. La tregua de un mes no disimula la creciente tensión entre el intendente y el SUOEM. Passerini, siguiendo los pasos de su antecesor Llaryora, parece decidido a enfrentar sin contemplaciones al poderoso gremio municipal. En el Palacio 6 de Julio se habla de una férrea intención de controlar las tareas de los delegados sindicales, a quienes acusan, sin pelos en la lengua, de “no trabajar”. ¡Un verdadero escándalo!
Por su parte, Daniele, un avezado estratega político, no se queda atrás. Sus palabras, susurradas en un bar cercano a la Cañada, pintan un cuadro de guerra abierta. “Passerini se hace el zonzo, pero él, como viceintendente, fue partícipe necesario de la decisión de Llaryora de sacarnos la séptima hora. Los municipales no se lo perdonaremos nunca. Si quiere guerra, tendrá guerra”, soltó el dirigente, quien se lanza por una nueva candidatura en 2025. ¿Acaso se avecina una verdadera batalla campal?
El ataque no se limita a la cuestión salarial. Daniele también critica la cantidad excesiva de cargos políticos en la municipalidad, insinuando que hay contratos privados en las sombras. Los contratos municipales, según Daniele, deberían ser abiertos y transparentes. ¡Qué conveniente!
Las grietas se abren: Juez vs. Quinteros
La escena política cordobesa está llena de grietas. La histórica amistad entre Luis Juez y Juan Pablo Quinteros se convirtió en un abismo, y parece que no hay vuelta atrás. La ruptura, ocurrida en 2019, no solo quebró una alianza política, sino una amistad de muchos años. El reciente cruce sobre la inauguración de la Prefectura Naval Argentina en Embalse solo agrava el conflicto. Juez acusó a Quinteros de realizar un “show mediático”, mientras que este último lo tildó de “amargo”.
La pelea parece trascender la rivalidad personal. Patricia Bullrich se suma al enfrentamiento, posicionándose del lado de Quinteros, creando un inesperado triángulo político y dejando una pregunta en el aire: ¿dónde está la lógica?
A este cruce, se suma la visita de referentes libertarios al acto en Embalse, fortaleciendo la presencia de Milei en Córdoba. ¿Será que este enfrentamiento busca debilitar a Juez de cara a las elecciones de 2027?
Massa y el nuevo juego en Córdoba
Mientras las peleas internas del peronismo cordobés se profundizan, Sergio Massa decide abrir su primer local en el interior de la provincia en San Francisco. La maniobra de Massa resulta estratégica: posicionarse en la patria chica del gobernador Llaryora y lanzar su discurso de unidad frente a un electorado disperso.
Con este movimiento, el massismo busca no solo ganar espacios en el Congreso sino también buscar los peronistas desencantados con el acercamiento de Llaryora a Milei. ¡Una movida maestra o un salto al vacío?
Al mismo tiempo, aparece un concejal llaryorista, Nicolás Piloni, que exhibe una ambición desmedida. Su participación en congresos internacionales con discursos que emulan la gestión de Llaryora genera polémica, ¿Será un posible sucesor o solo una jugada para generar ruido?
¿Un nuevo tablero político?
La escena política cordobesa presenta un cuadro de inestabilidad. El conflicto entre Passerini y Daniele deja en evidencia la fragilidad del poder, y el enfrentamiento Juez-Quinteros-Bullrich pone de manifiesto la inestabilidad interna de Juntos por el Cambio. En medio del caos, el massismo intenta tejer alianzas, consolidando su presencia en Córdoba
El futuro es incierto. Las alianzas cambian a cada instante, las grietas se amplían y las batallas se libran tanto en las calles como en los escritorios. Lo único seguro es que el tablero político cordobés ha sido completamente reconfigurado y que lo que veremos en los próximos años promete ser apasionante.
En este clima enrarecido, una cosa está clara: hay mucha tela para cortar y los próximos meses serán cruciales para definir el mapa político de Córdoba. Prepárense para el gran espectáculo. Porque en la política cordobesa, el drama y la intriga son los protagonistas indiscutibles.