El sábado por la mañana, la tranquilidad del barrio Alta Córdoba en la ciudad de Córdoba, Argentina, se vio interrumpida por un grave accidente. Una comerciante de 40 años, dueña de una despensa en la calle Lavalleja al 3200, sufrió una descarga eléctrica mientras manipulaba unos cables improvisados que le proporcionaban electricidad desde la casa de un vecino.
Un acto desesperado con consecuencias trágicas
La escena era desgarradora. Una mujer tendida en el suelo, inconsciente, rodeada de cables expuestos y el olor a quemado en el aire. Según testigos, la comerciante, cuyo nombre se mantiene en reserva, había estado utilizando una conexión precaria para alimentar la heladera de su pequeño negocio, donde se ganaba la vida vendiendo productos básicos a sus vecinos. La falta de recursos y la desesperación por mantener sus productos refrigerados la llevaron a tomar una decisión que casi le cuesta la vida.
Una sargento primero de la policía, que se encontraba fuera de servicio, fue quien presenció el terrible momento. La agente, alertada por los chispazos y el grito ahogado de la comerciante, corrió en su auxilio, pero ya era tarde. La descarga eléctrica había dejado a la mujer inconsciente. De inmediato, la sargento dio aviso al servicio de emergencias.
Minutos después, una ambulancia del 107 llegó al lugar. Los paramédicos trabajaron rápidamente para estabilizar a la víctima, que no reaccionaba. Con la premura del caso, la subieron a la ambulancia y la trasladaron al Hospital Tránsito Cáceres de Allende, donde ingresó en estado crítico.
La precariedad que acecha
El accidente de la comerciante de Alta Córdoba expone una realidad que afecta a muchos pequeños negocios en Argentina: la falta de acceso a servicios básicos como la electricidad. En barrios periféricos o zonas vulnerables, la precariedad obliga a muchos a recurrir a conexiones inseguras, poniendo en riesgo su vida y la de sus familias.
Las autoridades locales han iniciado una investigación para determinar las circunstancias exactas del accidente y deslindar responsabilidades. Mientras tanto, la comerciante permanece internada en el hospital, luchando por su vida. Su caso ha conmocionado a la comunidad, que se ha volcado en muestras de solidaridad y apoyo a su familia.
Un llamado a la reflexión
Este lamentable suceso nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la seguridad eléctrica y la necesidad de garantizar el acceso a servicios básicos para todos. La manipulación de cables eléctricos por personas no capacitadas es extremadamente peligrosa y puede tener consecuencias fatales. Es fundamental tomar conciencia de los riesgos y evitar cualquier tipo de conexión improvisada.
Asimismo, es necesario que las autoridades implementen políticas públicas que garanticen el acceso seguro a la electricidad para todos los ciudadanos, especialmente para aquellos que viven en situación de vulnerabilidad. La falta de recursos no puede ser una excusa para poner en riesgo la vida de las personas.
El caso de la comerciante de Alta Córdoba es un llamado de atención sobre una problemática que no podemos ignorar. Es hora de tomar medidas para prevenir futuros accidentes y asegurar que todos tengan acceso a una vida digna y segura.
Mientras tanto, la comunidad espera con ansias la recuperación de la comerciante, una mujer trabajadora que se convirtió en víctima de la precariedad y la desesperación. Su historia nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad en momentos de dificultad.