A partir del domingo, los argentinos deberán enfrentar un nuevo incremento en los precios de los combustibles, con una suba promedio del 3% en naftas y gasoil. Este aumento, que se suma a la tendencia alcista de los últimos meses, impactará directamente en el bolsillo de los consumidores y se verá reflejado en el costo de llenar el tanque de combustible.
Devaluación e impuestos: los causantes del aumento
El principal factor que impulsa este nuevo incremento es la devaluación del 2% mensual del tipo de cambio oficial, una medida implementada por el gobierno para ajustar la economía. A esto se suma el aumento en los precios internacionales del petróleo, que también influye en el costo de los combustibles a nivel local. Finalmente, un 1% adicional se debe a la suba del impuesto a los combustibles líquidos, que grava la venta de naftas y gasoil.
Esta combinación de factores ha llevado a las principales petroleras del país, como YPF, Shell, Axion y Puma, a anunciar el incremento en sus precios. YPF, que concentra cerca del 60% de las ventas de combustibles en Argentina, suele ser la primera en aplicar las subas, y las demás compañías tienden a seguir sus pasos.
Impacto en el bolsillo del consumidor
En la ciudad de Córdoba, por ejemplo, se espera que la nafta súper en las estaciones de servicio de YPF pase de $1.167 a $1.202,01 por litro. Esto significa que llenar un tanque de 55 litros costaría alrededor de $54.090 con nafta súper y $64.890 con nafta premium. Un incremento que, sin duda, afectará el presupuesto de los automovilistas.
A continuación, se detallan los precios estimados para los combustibles en Córdoba tras el aumento:
- Nafta súper: $1.202,01
- Nafta premium: $1.442
- Diesel común: $1.222,61
- Diesel premium: $1.421,4
Caída en el consumo de combustibles
Es importante destacar que el consumo de combustibles en Argentina ha experimentado una caída interanual del 8,8% en octubre. Las ventas de naftas y gasoil de mayor calidad, en particular, disminuyeron casi un 20% en el mismo período, según datos de la Secretaría de Energía. Esta tendencia a la baja podría estar relacionada con los sucesivos aumentos de precios y la situación económica general del país.
El aumento en el precio de los combustibles no solo afecta a los conductores particulares, sino que también tiene un impacto significativo en el costo del transporte de mercancías y, en consecuencia, en el precio final de los productos que llegan a los consumidores. Este encarecimiento del transporte puede generar presiones inflacionarias y afectar la competitividad de las empresas.
Ante este panorama, se espera que el gobierno implemente medidas para mitigar el impacto del aumento en los precios de los combustibles y controlar la inflación. Sin embargo, aún no se han anunciado medidas concretas en este sentido.
Algunos analistas sugieren que la caída en el consumo de combustibles podría ser una señal de la desaceleración económica que atraviesa el país. La menor demanda de naftas y gasoil podría reflejar una disminución en la actividad productiva y en el consumo interno. Otros expertos, en cambio, atribuyen esta baja a la mayor eficiencia de los vehículos modernos y a un cambio en los hábitos de consumo.
En el corto plazo, es probable que los precios de los combustibles sigan siendo un tema de preocupación para los argentinos. El gobierno deberá encontrar un equilibrio entre la necesidad de ajustar los precios a la realidad económica y el impacto que estos aumentos tienen en el bolsillo de los consumidores.
La situación actual del mercado de combustibles en Argentina es compleja y está sujeta a múltiples variables, tanto internas como externas. La evolución de los precios internacionales del petróleo, las políticas económicas del gobierno y el comportamiento de los consumidores serán factores determinantes en el futuro del sector.