Colombia se estremece ante la brutalidad sin límites: Sara Millerey, mujer trans, víctima fatal de la transfobia. En un acto que clama justicia, la comunidad exige respuestas ante el silencio cómplice de una sociedad aún reacia a la inclusión.
El grito ahogado de una comunidad: Reacciones y condenas
La indignación se propaga como un incendio. Activistas, organizaciones y figuras públicas levantan sus voces para condenar el asesinato de Sara Millerey y denunciar la persistente violencia transfóbica en Colombia. Exigen una investigación exhaustiva y castigo ejemplar para los responsables de este crimen atroz.
“No podemos permitir que la transfobia siga cobrando vidas en silencio”, declara Lorena González Ospina, alcaldesa de Bello, reflejando el sentir de una comunidad que exige un cambio radical.
El presidente Gustavo Petro, visiblemente afectado, califica el hecho como “fascismo”, denunciando la intolerancia y el odio que aún persisten en el país. El Ministerio de Igualdad se une a las voces que claman por justicia, instando a la ciudadanía a romper el silencio y defender los derechos de la comunidad LGTBIQ+.
Sara Millerey: Una vida segada por el odio
El 4 de abril, Bello, Antioquia, se convirtió en el escenario de una tragedia indescriptible. Sara Millerey, una mujer trans de 32 años, fue brutalmente atacada, golpeada con saña y arrojada a la quebrada La García. La encontraron en un riachuelo, luchando contra el dolor, aferrándose a la vida con la desesperación de quien no quiere morir.
Un video desgarrador, que circuló en redes sociales como un reguero de pólvora, mostró los momentos de angustia de Sara en el agua. Aunque la BBC Mundo no pudo verificar la autenticidad del video, su impacto fue innegable, generando una ola de indignación y repudio a nivel nacional.
Durante dos horas interminables, Sara luchó contra la corriente, intentando mantenerse a flote mientras su cuerpo se desangraba y su espíritu se consumía en la agonía. Alertados por los vecinos, bomberos y policía rescataron a Sara, trasladándola de urgencia a un hospital. Pero el daño era irreversible. Horas después, Sara Millerey exhaló su último aliento, dejando tras de sí un vacío inmenso y una herida abierta en el corazón de la comunidad trans.
El testimonio de una madre: “No le hacía mal a nadie”
El funeral de Sara fue un mar de lágrimas y dolor. Sus seres queridos, amigos y miembros de organizaciones de derechos humanos se reunieron para despedirla, honrar su vida y clamar por justicia. En medio de la ceremonia, su madre, Sara González, compartió su dolor e indignación con los medios locales:
“Para mí, a ella la tuvieron que haber asesinado tan vilmente, porque la asesinaron vilmente, por ser como era, por ser extrovertida y por ser una trans. Ella no le hacía mal a nadie, a nadie le hacía mal, ella era un ser de luz, solo porque era así… Me dejaron sola, me dejaron destrozada. Esto no se me va a olvidar nunca, esto es muy triste”.
Las palabras de Sara González son un testimonio desgarrador del dolor y la injusticia que representa la muerte de su hija. Su relato nos recuerda que detrás de cada estadística hay una persona, una familia y una comunidad que sufren las consecuencias de la transfobia y la discriminación.
Justicia para Sara: Investigación en curso y clamor popular
La Fiscalía General de Colombia, junto con el Grupo Nacional de Trabajo para la Investigación de Violencias Fundadas en la Orientación Sexual y/o Identidad de Género de las Víctimas, ha asumido la investigación del caso, prometiendo esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. Se ha ofrecido una recompensa de 50 millones de pesos colombianos (US$ 11.600) por información que conduzca a la captura de los culpables.
Rolando Serrano, secretario de Seguridad de Bello, ha señalado la posible participación de bandas delincuenciales en el crimen, aunque ha advertido que será la fiscalía quien determine los móviles y responsables. La comunidad exige una investigación transparente y eficiente que no deje espacio para la impunidad.
Más allá de Sara: La violencia sistemática contra la comunidad LGTBIQ+
Organizaciones de derechos humanos denuncian que el caso de Sara Millerey no es un hecho aislado, sino parte de una “violencia sistemática” contra la comunidad LGTBIQ+ en Colombia. Según el Observatorio de Derechos Humanos de la ONG Caribe Afirmativo, en lo que va del año, 25 personas de la comunidad han sido asesinadas por su identidad sexual, 15 de ellas, personas trans.
“Este hecho no es aislado. Hace parte de una ola de violencia sistemática que enfrentan las personas LGBTIQ+ en el país, en especial las personas trans, quienes siguen siendo blanco de ataques que no solo buscan silenciar sus cuerpos, sino también borrar sus existencias”, afirma Caribe Afirmativo.
Danne Belmont, del Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans de Bogotá, advierte que, a pesar de los avances legales en Colombia, muchos derechos se quedan en el papel. Señala el aumento de discursos de odio a nivel nacional e internacional, agravando la vulnerabilidad de la comunidad trans.
El papel de las redes sociales
El video del rescate de Sara se viralizó rápidamente, generando una ola de indignación y solidaridad. Las redes sociales se convirtieron en un espacio para denunciar la transfobia, exigir justicia y rendir homenaje a Sara. Sin embargo, también se han utilizado para difundir discursos de odio y desinformación, lo que demuestra la complejidad del papel de las redes sociales en este tipo de casos.
Un futuro sin odio: Llamado a la acción
La muerte de Sara Millerey debe ser un catalizador para la acción. Es hora de que la sociedad colombiana se una para erradicar la transfobia y construir un país donde todas las personas, independientemente de su identidad de género, puedan vivir con dignidad y libertad.
Se necesitan medidas concretas para combatir la discriminación en todos los ámbitos de la sociedad, fortalecer los mecanismos de protección para las personas trans y promover políticas públicas que garanticen sus derechos. La lucha contra la transfobia es una responsabilidad de todos. No podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento de quienes son discriminados y marginados. Es hora de convertirnos en agentes de cambio, promoviendo el respeto, la inclusión y la igualdad en nuestro entorno.
Organizaciones como Caribe Afirmativo y el Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans de Bogotá trabajan incansablemente por los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Puedes apoyar su labor donando, participando en sus actividades o difundiendo su mensaje. Juntos podemos construir un futuro más justo e igualitario para todos.
- Firma peticiones para exigir justicia para Sara Millerey y otras víctimas de la transfobia.
- Participa en manifestaciones y actos de protesta contra la violencia transfóbica.
- Edúcate sobre la realidad de las personas trans y desafía tus propios prejuicios.
- Apoya a organizaciones que trabajan por los derechos de la comunidad LGTBIQ+.
- Denuncia cualquier acto de discriminación o violencia contra personas trans.