Un colectivo sin pasajeros protagonizó un impactante accidente este jueves al mediodía en el centro de Córdoba, dejando a dos mujeres heridas y un kiosco destrozado. El incidente ocurrió en la intersección del bulevar Chacabuco e Illia, cuando un interno de la línea 23, perteneciente a la empresa municipal Tamse, se subió a la vereda, atropelló a las peatones y terminó su recorrido contra el local comercial.
El accidente y la imputación del chofer
Según las primeras investigaciones, el chofer, Franco Godoy de 35 años, habría detectado una falla mecánica en el sistema de frenos y evacuado a los pasajeros momentos antes del accidente. El conductor declaró haber accionado el freno de mano antes de descender del vehículo para, según su testimonio, intentar comprar algo en un comercio cercano. Sin embargo, el colectivo comenzó a desplazarse sin control, recorriendo casi 100 metros hasta impactar contra las dos mujeres y el kiosco.
El fiscal Ernesto de Aragón, a cargo de la investigación, imputó a Godoy por “lesiones culposas leves”, aunque el chofer permanece en libertad. Las autoridades judiciales buscan determinar si el freno de mano fue correctamente accionado o si existió una falla mecánica que contribuyó al siniestro. Para ello, se ordenó el secuestro del colectivo para realizar peritajes técnicos en la sede de Accidentología Vial.
El estado de salud de las víctimas
Las dos mujeres atropelladas, de aproximadamente 50 y 70 años, fueron trasladadas al Hospital de Urgencias. Tras una evaluación exhaustiva, que incluyó tomografías, el secretario de Salud de Córdoba, Ariel Aleksandroff, confirmó que ambas se encuentran fuera de peligro y en observación, sin necesidad de internación en terapia intensiva. No se reportaron lesiones en cerebro, tórax ni abdomen.
Denuncias por falta de mantenimiento y la respuesta de Tamse
Adrián Lentini, vocero de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), sindicato que nuclea a los choferes de colectivos, denunció la falta de mantenimiento en las unidades de Tamse, especialmente en los colectivos alquilados a la empresa Ersa. Lentini puso en duda la versión del chofer, señalando que en las fotografías del accidente el freno de mano parece estar accionado y cuestionando si fue colocado antes o después del siniestro. “Habrá que esperar lo que digan las pericias”, expresó el vocero.
Eduardo Ramírez, presidente de Tamse, respondió a las acusaciones asegurando que el colectivo accidentado contaba con la inspección técnica vehicular aprobada. Ramírez explicó que el desperfecto inicial se debió a una falla en los “pulmones de aire” del sistema de frenos, pero aseguró que el vehículo cuenta con alertas que permiten al conductor frenar ante estas situaciones. “Cuando no funcionan bien tienen un alerta para ir frenando el colectivo. Eso es lo que pasó, no es que se libera el freno y pierde el control”, afirmó. Sin embargo, admitió la posibilidad de que “el freno de mano no haya sido puesto en tiempo y forma, o una falla mecánica que no hayamos llegado a detectar”.
Investigación en curso y repercusiones
La investigación continúa su curso para esclarecer las causas del accidente. Se están analizando las grabaciones de las cámaras de seguridad del colectivo y de la zona para reconstruir la secuencia de eventos y determinar las responsabilidades. El incidente reavivó el debate sobre la seguridad en el transporte público y la necesidad de garantizar el correcto mantenimiento de las unidades. La falta de inversión en el sector y las posibles consecuencias para la seguridad de pasajeros y peatones son temas que preocupan a la sociedad cordobesa.
El caso ha generado una gran conmoción en la ciudad de Córdoba y ha puesto en el centro de la atención la problemática del transporte público. Vecinos y usuarios han expresado su preocupación por la frecuencia de accidentes e incidentes relacionados con colectivos en la ciudad, exigiendo mayor control y garantías de seguridad por parte de las autoridades y las empresas concesionarias del servicio.
Las autoridades municipales se han comprometido a colaborar con la justicia en la investigación y a reforzar los controles sobre las empresas de transporte. El intendente de la ciudad, Martín Llaryora, expresó su solidaridad con las víctimas del accidente y aseguró que se tomarán medidas para prevenir futuros incidentes. “Estamos trabajando para mejorar la calidad del transporte público y garantizar la seguridad de todos los cordobeses”, afirmó.
El accidente del jueves se suma a una serie de incidentes que han afectado al transporte público de Córdoba en los últimos meses. En septiembre, un colectivo de la misma línea 23 se incendió mientras circulaba por la avenida Colón, sin que se registraran heridos. En octubre, otro colectivo de la empresa Coniferal protagonizó un choque en cadena en la avenida Fuerza Aérea, dejando varios pasajeros con lesiones leves. Estos hechos han generado una creciente preocupación entre los usuarios del transporte público, quienes reclaman mayor seguridad y un mejor servicio.
Mientras la investigación avanza, el chofer imputado deberá esperar la resolución de la justicia. El caso pone de manifiesto la importancia del mantenimiento adecuado de los vehículos de transporte público y la responsabilidad de las empresas y los conductores en la seguridad vial. El accidente sirve como un llamado de atención sobre la necesidad de invertir en el sistema de transporte y de implementar medidas para prevenir futuros incidentes que pongan en riesgo la vida de las personas.