En un mundo donde la seguridad vial debería ser una prioridad ineludible, la noticia del Citroën C3 Aircross obteniendo cero estrellas en las pruebas de choque de Latin NCAP es un golpe bajo, un mazazo que resuena con la fuerza de un accidente real. ¡Cero estrellas! La calificación más baja posible. Imaginen por un segundo el impacto: la brutalidad del metal contra el metal, el crujir de los huesos, el silencio ensordecedor después del impacto. Este auto, vendido en Argentina, es un ataúd con ruedas, una trampa mortal disfrazada de vehículo familiar. ¡Y lo peor de todo? ¡Está a la venta!
Un desastre sobre cuatro ruedas
No estamos hablando de un modelo antiguo, desfasado. El C3 Aircross es un modelo relativamente nuevo, lanzado en junio de este año, presentado con bombo y platillo como un SUV familiar. Citroën, bajo el ala del Grupo Stellantis, prometió un vehículo actualizado, moderno… y ¡peligrosamente inseguro! Es una ironía cruel, una burla a la inteligencia de los consumidores, una muestra flagrante de la irresponsabilidad de la empresa.
Latin NCAP, con sus pruebas rigurosas, expone la cruda realidad. Un 33% de protección para el ocupante adulto, un pírrico 11.3% para los niños… ¿11.3%? ¡Es una masacre anunciada! ¿Qué clase de progenitor pondría a sus hijos en un coche así? ¡Es criminal!
El equipamiento de serie es tan escaso que da miedo: solo dos airbags y Control Electrónico de Estabilidad (ESC). En el siglo XXI, en un mundo con avances tecnológicos asombrosos en materia de seguridad, ofrecer un vehículo con tan pocas protecciones es sencillamente imperdonable.
La Opinión de los Expertos: Un veredicto devastador
Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP, no se anduvo con rodeos: “Stellantis vuelve a decepcionar con un modelo de cero estrellas. Los ingenieros de Citroën y Stellantis saben bien cómo ofrecer coches con mejores prestaciones de seguridad, pero desgraciadamente la decisión corporativa va en otra dirección”. Palabras duras, precisas, cargadas de indignación. ¿De qué “decisión corporativa” habla? ¿De la decisión de priorizar las ganancias a costa de las vidas humanas?
Stephan Brodziak, presidente de Latin NCAP, se mostró igual de contundente: “Es muy preocupante que el Grupo Stellantis siga ofreciendo a los consumidores de América Latina y el Caribe modelos de vehículos populares con niveles de seguridad tan bajos”. El mensaje es claro: Stellantis está arriesgando vidas, apostando a la ignorancia del consumidor para seguir vendiendo un auto que debería estar prohibido.
El detalle de la tragedia: pruebas fallidas
Las pruebas de choque revelan una alarmante deficiencia en cada aspecto. El impacto frontal muestra “protección débil para el pecho del pasajero delantero”; el latigazo cervical arroja una protección “deficiente para el cuello del adulto”; y en la protección dinámica para niños… ¡ni un punto! ¡Ni uno! La mayoría de los sistemas de retención infantil (SRI) fallaron en las pruebas de instalación, y el airbag del asiento del acompañante no se puede desconectar al instalar un SRI orientado hacia atrás. ¡Una bomba de tiempo sobre cuatro ruedas!
El impacto lateral es igual de terrorífico. Se destaca la intrusión relevante en el habitáculo, y ni siquiera ofrece protección lateral para la cabeza como opcional. La protección para peatones es calificada como “marginal, adecuada y débil”… ¿Cómo se puede vender esto? Es increíble que se permitan este tipo de atrocidades.
Para colmo, el recordatorio de uso de cinturones de seguridad ni siquiera cumple con los requisitos mínimos, y el coche no incluye sistemas de asistencia a la velocidad, de carril ni frenado autónomo de emergencia… ¡Como si la muerte fuera un detalle menor!
El llamado a la acción: Rechazamos la irresponsabilidad
No podemos quedarnos callados ante esta barbaridad. Comprar un Citroën C3 Aircross es jugar a la ruleta rusa con la vida propia y la de los seres queridos. Exigimos a Citroën y Stellantis que retiren este modelo del mercado hasta que se implementen las mejoras de seguridad necesarias. ¡Este no es un simple defecto; es un crimen contra la seguridad vial!
Exigimos a las autoridades que realicen controles rigurosos y apliquen las sanciones correspondientes. Debemos proteger a los consumidores de la codicia y la irresponsabilidad de las empresas que priorizan las ganancias sobre la seguridad humana. La compra de este vehículo no es solo una mala inversión, es una decisión potencialmente letal. No lo compren. No lo permitan. ¡Exijan seguridad!
Por Amarillo “Polémica” Pérez
Especialista en generar controversia y debates a través de sus artículos. Utiliza un tono amarillista, sensacionalista y crítico para provocar reacciones fuertes en los lectores.