En una ceremonia que debería haber sido de celebración, la científica argentina Valeria Edelsztein, galardonada con el premio “Científicas que Cuentan” por la Embajada de Francia, convirtió su discurso de agradecimiento en una denuncia pública contra la “destrucción” del sistema científico argentino. Con el presidente del Conicet, Daniel Salamone, presente en el auditorio, Edelsztein no escatimó en críticas, señalándolo directamente como uno de los responsables del desmantelamiento de la ciencia en el país.
Un premio con sabor a denuncia
La escena fue tan impactante como simbólica. Edelsztein, doctora en Química, investigadora del Conicet y reconocida comunicadora científica, subió al escenario para recibir el premio que destaca su labor en la divulgación de la ciencia. Pero su vestimenta ya anticipaba el tono de su discurso: una remera con la leyenda “No a la destrucción del sistema científico”.
Lejos de limitarse a agradecer el reconocimiento, Edelsztein aprovechó la oportunidad para denunciar el “negacionismo” del Gobierno nacional y la complicidad de quienes, según sus palabras, permiten el desmantelamiento del sistema científico. “Están reconociendo una labor que muchas veces es ninguneada… especialmente en tiempos como los que estamos viviendo ahora, en los que el negacionismo se volvió protagonista, impulsado por el Gobierno nacional y por sus cómplices”, fueron sus primeras palabras.
La científica continuó su discurso destacando el legado de figuras emblemáticas de la ciencia argentina, como Eugenia Sacerdote de Lustig, Sara Rietti, Salvador Mazza y Christiane Dosne de Pasqualini. “Es difícil estar a la altura cuando la vara de lo que es hacer ciencia por y para su pueblo está tan alta por estos predecesores”, afirmó, para luego lanzar un dardo directo al presidente del Conicet: “No tenemos que olvidarnos que somos los humildes herederos de todas esas personas, de todos esos equipos que este Gobierno ni siquiera pudo saludar por el día del investigador científico porque no nos siente como propios”.
Salamone, en el ojo de la tormenta
Con la mirada fija en Salamone, quien se encontraba a pocos metros de distancia, Edelsztein lo acusó directamente de ser responsable de la “destrucción” de la ciencia argentina. “Uno de los responsables está acá con nosotros, el presidente del Conicet, Daniel Salamone, quien decidió despedir a cientos de compañeras y compañeros administrativos en todo el país, contra la voluntad de los directores de todos los CCT del país y de todo el directorio del organismo”, denunció con firmeza.
La crítica no se detuvo allí. Edelsztein también cuestionó la política de migración de recursos humanos impulsada por el Conicet, que según ella, fomenta la fuga de cerebros formados en universidades públicas. Asimismo, denunció la destrucción del “semillero de becarios”, calificándolo como “el futuro del país”. “Está buscando la migración de recursos humanos que nos formamos en universidades públicas y está destruyendo el semillero de becarios, que es el futuro del país”, sentenció.
El discurso de Edelsztein, cargado de indignación y valentía, fue recibido con un cerrado aplauso por parte del auditorio. Sus palabras resonaron con fuerza en las redes sociales, donde el video de su intervención se viralizó rápidamente. La científica, a través de su cuenta de Twitter, agradeció las muestras de apoyo y convocó a una jornada de lucha en defensa de la ciencia argentina.
El enfrentamiento público entre Edelsztein y Salamone puso en evidencia la profunda crisis que atraviesa el sistema científico argentino. Los recortes presupuestarios, los despidos masivos y la falta de apoyo del Gobierno nacional han generado un clima de incertidumbre y desazón en la comunidad científica, que ve con preocupación el futuro de la investigación en el país.
La situación actual del Conicet es un reflejo de la crisis más amplia que afecta a la ciencia y la tecnología en Argentina. La falta de inversión, la fuga de cerebros y la desvalorización de la investigación científica son problemas crónicos que se han agravado en los últimos años.
El caso de Valeria Edelsztein no es un hecho aislado. Numerosos científicos e investigadores han denunciado públicamente las dificultades que enfrentan para desarrollar su trabajo en el país. La falta de recursos, la precariedad laboral y la incertidumbre sobre el futuro son moneda corriente en el ámbito científico argentino.
La defensa de la ciencia y la tecnología es una tarea que compete a toda la sociedad. La inversión en investigación y desarrollo es fundamental para el progreso económico y social de un país. Es necesario que el Gobierno nacional tome medidas urgentes para revertir la situación actual y garantizar un futuro para la ciencia argentina.
¿Un punto de inflexión?
El valiente discurso de Valeria Edelsztein podría marcar un punto de inflexión en la lucha por la defensa de la ciencia en Argentina. Su denuncia pública, realizada frente al máximo responsable del Conicet, ha visibilizado la crisis del sector y ha generado un amplio debate en la sociedad. Queda por ver si este episodio servirá para impulsar un cambio en las políticas del Gobierno nacional hacia la ciencia y la tecnología.
Mientras tanto, la comunidad científica se prepara para resistir los embates del ajuste y defender el futuro de la investigación en el país. Las palabras de Edelsztein, “No van a destruir lo que es nuestro”, se han convertido en un grito de batalla para quienes luchan por una ciencia argentina al servicio del pueblo.
La movilización en el Polo Científico y Tecnológico, convocada por Edelsztein y otros científicos, es una muestra de la determinación de la comunidad científica para defender su trabajo y el futuro de la investigación en Argentina. La lucha por la ciencia continúa.