¿Qué futuro le espera a la ciencia y la salud pública cuando la ideología empuña la motosierra? Las políticas implementadas por Donald Trump y Javier Milei no solo convergen, sino que impactan vidas, truncan esperanzas y desmantelan sistemáticamente instituciones esenciales. Este artículo explora las devastadoras consecuencias de sus decisiones, que comprometen la investigación, la atención sanitaria y el bienestar de la sociedad.
Cuando la ideología nubla la evidencia científica
Tanto Trump como Milei comparten un rasgo inquietante: el cuestionamiento y la negación de la evidencia científica. Trump desacreditó el cambio climático y difundió teorías conspirativas sobre vacunas, mientras que Milei calificó el cambio climático como “una mentira del socialismo”. Este negacionismo, según un informe reciente de la OMS, obstaculiza la implementación de políticas públicas basadas en datos y pone en riesgo la salud y el futuro del planeta.
Este desprecio por la ciencia se manifiesta en el nombramiento de funcionarios sin experiencia científica en puestos clave. ¿Cómo podemos confiar en decisiones que afectan nuestra salud y el medio ambiente cuando quienes las toman ignoran el conocimiento científico? Estas designaciones revelan una intención de desmantelar las instituciones desde adentro, priorizando agendas ideológicas sobre la evidencia.
El espejo de la austeridad: recortes que matan
Trump y Milei justifican los recortes presupuestarios y despidos masivos en ciencia y salud con el argumento de la austeridad. En EE. UU., la administración Trump desmanteló agencias como la NASA y los NIH. En Argentina, Milei ha afectado al CONICET y al sistema de salud pública. Según datos del Ministerio de Salud, estos recortes han provocado una disminución del 20% en la capacidad de atención en hospitales públicos.
Científicos y profesionales de la salud despedidos, proyectos de investigación cancelados y menos fondos para la atención médica son consecuencias directas. ¿Qué futuro les espera a nuestros países si seguimos sacrificando la ciencia y la salud en nombre de la austeridad? Este ajuste, disfrazado de eficiencia, socava la capacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos.
El negocio de la salud: privatización y desprotección
La reducción del gasto público en salud es una estrategia compartida por Trump y Milei, que impulsa la privatización del sector. Al debilitar el sistema público, se abre la puerta a empresas privadas que ofrecen servicios solo a quienes pueden pagarlos. Un estudio de la OPS revela que este modelo excluye a los más vulnerables, generando desigualdades y comprometiendo el acceso a la atención sanitaria.
La desregulación del mercado de medicamentos y la flexibilización de las normas sanitarias benefician a las empresas farmacéuticas y a los proveedores privados. ¿Estamos dispuestos a poner en riesgo la salud de la población para favorecer intereses económicos? Estas políticas facilitan la comercialización de productos de dudosa calidad y aumentan los costos de la atención.
La ciencia como botín: desfinanciamiento y fuga de cerebros
El desfinanciamiento de la ciencia es otra similitud entre Trump y Milei. Al reducir el presupuesto para investigación y desarrollo, se obstaculiza el avance del conocimiento y se fomenta la fuga de cerebros. Científicos e investigadores se ven obligados a emigrar en busca de mejores condiciones laborales y financiamiento. Un informe de la UNESCO indica que la fuga de cerebros ha aumentado un 30% en los últimos cinco años en países con políticas de desfinanciamiento científico.
La cancelación de proyectos, la falta de equipamiento y la precarización laboral son consecuencias del desfinanciamiento. Estas políticas afectan a los científicos, comprometen el desarrollo tecnológico y la competitividad, generando dependencia de tecnologías extranjeras y obstaculizando la innovación. ¿Estamos condenando a nuestros países al atraso científico y tecnológico?
Un llamado a la acción
Las políticas de Trump y Milei no son solo ajustes económicos, sino un ataque ideológico a la ciencia y la salud pública. Es hora de movilizarnos para defender estos pilares del progreso y el bienestar social. Exijamos políticas basadas en la evidencia y garanticemos el acceso a servicios de calidad para todos. La indiferencia es cómplice de esta motosierra ideológica que amenaza con destruir nuestro futuro.
- Firma esta petición para exigir políticas basadas en la evidencia.
- Contacta a tus representantes políticos para expresar tu preocupación.
- Apoya a organizaciones que trabajan para defender la ciencia y la salud pública.