Cristina Fernández de Kirchner (CFK) realizó un acto político en Santiago del Estero el día de la militancia peronista, un evento con un significado especial, considerando que se llevó a cabo inmediatamente después de la confirmación de su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad. El objetivo principal del acto era doble: afianzar su liderazgo dentro del Partido Justicialista (PJ) y marcar un claro posicionamiento opositor ante la figura de Javier Milei.
Desafío a la condena: un mensaje a los militantes
El discurso de CFK giró en torno a su firme rechazo a la sentencia, calificándola de injusta y políticamente motivada. En varias oportunidades, la expresidenta enfatizó su decisión de no arrepentirse de sus acciones y su compromiso con la causa peronista. Su tono fue desafiante, expresando su disposición a enfrentar las consecuencias legales mientras reiteraba su inocencia y cuestionaba el proceso judicial.
Más allá de la condena, el acto sirvió como plataforma para reunir a los militantes y fortalecer la unidad interna del PJ, en una clara apuesta a su continuidad en la escena política. La asistencia masiva reflejó un amplio apoyo a la figura de CFK dentro del partido.
La oposición a Milei: una estrategia política clara
CFK aprovechó el escenario para dirigirse directamente a Javier Milei, el candidato libertario que ha ganado una importante porción del electorado. Sus críticas apuntaron al modelo económico liberal que promueve Milei, a quién acusó de representar los intereses de una minoría privilegiada. Se refirió a él en términos despectivos en repetidas ocasiones.
Las comparaciones con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, utilizadas por CFK para denigrar a Milei, buscaron generar una identificación negativa en el electorado. La estrategia se centró en desacreditar la imagen y el discurso de Milei, presentándolo como una amenaza para la estabilidad económica y social de Argentina.
El peronismo: un discurso con historia
CFK evocó la historia del peronismo, trazando un paralelismo entre las persecuciones sufridas por Juan Perón y la situación actual. Recurrió a la retórica histórica, vinculando su propia condena con una estrategia de proscripción similar a la que sufrió Perón. El objetivo fue construir un relato victimista y destacar la resistencia histórica del peronismo ante la adversidad.
El discurso incluyó una defensa de las políticas económicas implementadas durante sus gobiernos, argumentando que estas habían llevado a un crecimiento económico y a la inclusión social. CFK también resaltó la importancia del rol del Estado en la economía, contraponiendo el modelo intervencionista del peronismo con el neoliberalismo propuesto por Milei.
El futuro político: un desafío por delante
A pesar de la condena, la presencia de CFK en el acto político muestra que su influencia sobre el PJ permanece intacta. Su discurso en Santiago del Estero, con su mensaje directo a los militantes, confirma su voluntad de continuar en la escena política, con una fuerte postura opositora a Milei. Si bien la condena podría generar restricciones en sus posibilidades, su influencia ideológica se mantiene en el espacio político peronista.
El futuro inmediato para CFK, a la espera de una posible apelación a la Corte Suprema, se presenta con incertidumbre. Sin embargo, su estrategia de presentarse como víctima de una persecución política, con el peronismo en la defensa y en una posición contraria al discurso de Milei, busca consolidar su figura dentro del partido y determinar su rol a futuro en el escenario político.