En agosto de 2023, la Ciudad de Buenos Aires implementó una nueva regulación sobre el uso de celulares en las escuelas. La medida, que generó un amplio debate, buscaba mitigar los efectos negativos de la tecnología en el aprendizaje, el bienestar estudiantil y el clima escolar. Para entender el impacto real de esta regulación, el Ministerio de Educación porteño llevó a cabo una encuesta a estudiantes, docentes y directivos de escuelas secundarias.
Metodología de la Encuesta
La encuesta, realizada entre el 2 y el 18 de octubre de 2023 por la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (Ueicee), abarcó una muestra representativa de 50 escuelas secundarias (61% públicas y 38% privadas). Participaron 4082 estudiantes de tercer año (50,7% varones, 45,4% mujeres y 3,9% otro género), 150 docentes del mismo año y 40 directivos de diferentes comunas, distritos escolares y niveles socioeconómicos.
El diseño de la encuesta permitió a los estudiantes y docentes responder con más de una opción en algunas preguntas, ofreciendo una visión más completa de sus experiencias y percepciones.
Percepciones de los Estudiantes
Los resultados arrojaron datos interesantes sobre el uso de celulares y su impacto en el ámbito escolar. Respecto a la atención en clase, un 57,4% de los estudiantes aseguró prestar más atención luego de la implementación de la nueva regulación. Sin embargo, esta mejora en la atención no estuvo exenta de otras consecuencias. Un porcentaje significativo de estudiantes (41,3%) manifestó sentirse más aburrido en clase. Esto indica que si bien el uso de celulares representa un factor de distracción, también cumple una función social y de entretenimiento para los estudiantes.
Otras respuestas destacaron que un 47,4% de los estudiantes conversa más con sus compañeros, un 22,9% se siente más tranquilo y un 17,5% juega más con sus compañeros. Estos datos sugieren una reorganización de las interacciones sociales dentro del aula y los recreos, con la regulación incentivando interacciones cara a cara.
La Mirada de los Docentes
Del lado de los docentes, el 96% coincidió en que el uso de los celulares en el aula dificulta la atención y participación de los estudiantes. No obstante, también percibieron cambios positivos en el comportamiento de los alumnos desde la implementación de la regulación. Similar a la percepción estudiantil, un 56,2% de los docentes notó una mayor atención por parte de los estudiantes en clases.
Otro dato importante es que el 40,5% de los docentes observó un incremento en las interacciones sociales entre los estudiantes. Es interesante notar que, a pesar de las mejoras en la atención, el 25,6% de los maestros señaló un aumento en el aburrimiento entre sus alumnos. Este dato nos vuelve a situar en la complejidad de la situación. El 38,7% de los docentes admitieron tener que interrumpir casi todas sus clases para llamar la atención sobre el mal uso de los celulares
Visión de los Directivos
La opinión de los directivos coincidió en gran medida con la de los docentes. Un 97,5% consideró que el uso de los celulares era un problema que afectaba la atención y participación en clases. El 85% aseguró que la regulación ya estaba implementada en su escuela, mientras que el 15% restante informó estar en proceso de implementación.
En línea con las opiniones de docentes y estudiantes, un 62,5% de los directivos observó una disminución del tiempo que los estudiantes dedican al uso de sus celulares durante la jornada escolar. El 73,5% de los directivos observó también mayor atención en clase por parte de los estudiantes, mientras que una mayoría también detectó un aumento en las conversaciones entre los alumnos, y más de un 30% afirmó un mayor grado de aburrimiento entre los alumnos.
Análisis e Interpretación de los Resultados
Los resultados de la encuesta reflejan la complejidad del tema. Si bien la regulación parece haber mejorado la atención en clase para una parte considerable de los estudiantes y haber incrementado las interacciones sociales presenciales, la percepción de un aumento del aburrimiento es un aspecto preocupante. Esto plantea la necesidad de explorar métodos complementarios para mantener la motivación e interés estudiantil sin recurrir a los celulares.
Es fundamental desarrollar estrategias pedagógicas que sean atractivas e interactivas para contrarrestar el aburrimiento. La integración de nuevas tecnologías educativas, diseñadas específicamente para el aprendizaje, puede ser una herramienta valiosa para enriquecer la experiencia educativa. Es necesario, también, que docentes y directivos trabajen conjuntamente en la implementación de estrategias de gestión del aula que promuevan un ambiente de aprendizaje estimulante y significativo.
La regulación del uso de celulares en las escuelas porteñas ha generado resultados mixtos. Si bien se observa una mejora en la atención en clase y en las interacciones entre los estudiantes, también es evidente un aumento en la percepción del aburrimiento. Estos hallazgos subrayan la necesidad de un enfoque integral que combine la regulación tecnológica con una pedagogía innovadora y atractiva, que logre optimizar el proceso de aprendizaje para todos los alumnos.
El éxito de cualquier normativa en el aula dependerá en gran medida de la capacidad para promover un ambiente de aprendizaje enriquecedor y estimulante. La investigación adicional y el monitoreo continuo del impacto a largo plazo de estas medidas son fundamentales para ajustar y perfeccionar las políticas educativas.