Tras 13 años de una búsqueda incansable, la familia de María Cash podría estar un paso más cerca de la verdad. El camionero Héctor Romero (71) fue detenido e imputado por el homicidio de la joven diseñadora, gracias a un email clave que reabrió la investigación y la enfocó en las inconsistencias del relato de Romero, la última persona que vio con vida a María.
Un email que desató la tormenta
La detención de Romero no fue casual. Un llamado anónimo a la familia Cash, recibido años atrás y luego plasmado en un email enviado a la fiscalía por Máximo Cash, hijo de María, destapó una olla podrida de contradicciones y silencios. El mensaje, proveniente de una mujer no identificada, señalaba a Romero como la persona que había llevado a María el 8 de julio de 2011, dejándola en el paraje Palomitas, en Salta. La testigo anónima incluso sugirió un posible lugar donde Romero podría haber descartado el cuerpo: El Tunal.
Este email no solo aportó una nueva línea de investigación, sino que puso bajo la lupa el comportamiento de Romero a lo largo de los 13 años de investigación. Sus constantes contradicciones sobre los horarios, los lugares y la ropa que María llevaba el día de su desaparición, sumadas a la presión ejercida sobre otros testigos para que no modificaran sus declaraciones, levantaron serias sospechas en la fiscalía.
13 años de lucha, 13 años de sombras
¿Por qué tardó tanto la justicia en detener a Romero? La pregunta resonaba en cada rincón del país. El fiscal Eduardo Villalba argumentó que la causa, inicialmente investigada por la justicia provincial, se desvió hacia la hipótesis de trata de personas, lo que dilató el proceso. Recién hace cuatro años, un equipo especial de ocho investigadores se dedicó a revisar minuciosamente el expediente, descubriendo las inconsistencias en el relato de Romero y las irregularidades en la investigación inicial.
Durante estos 13 años, la familia Cash libró una batalla incansable por encontrar a María. Su padre, Federico Cash, falleció trágicamente en un accidente automovilístico mientras seguía una pista sobre el paradero de su hija. Su lucha, junto a la de su esposa e hijos, dejó al descubierto las falencias del sistema de búsqueda de personas en Argentina. Cientos de llamados, pistas falsas y la esperanza frustrada se convirtieron en la constante de una familia que nunca se rindió.
¿Justicia o solo una pieza del rompecabezas?
La detención de Romero, si bien es un paso importante, no cierra el caso. La justicia aún debe determinar si actuó solo o si hubo cómplices. El cuerpo de María Cash sigue sin aparecer, y las zonas señaladas por la testigo anónima, incluyendo El Tunal, son ahora el foco de intensos rastrillajes.
Para la familia Cash este es solo un capítulo más en su lucha por la verdad y la justicia. La sombra de la impunidad se cierne sobre un caso que conmocionó al país, y la pregunta sigue latente: ¿Podrá esta detención, después de 13 años, finalmente conducir al esclarecimiento del caso y dar paz a una familia que lo ha perdido todo en su búsqueda?