Tras trece años de incertidumbre, el caso de María Cash, la joven diseñadora que desapareció en julio de 2011, ha dado un giro inesperado con la detención del camionero Héctor Romero, principal sospechoso de su desaparición. Sin embargo, las investigaciones se han extendido más allá de Romero, apuntando a una posible trama de encubrimiento que involucra a personas de su círculo cercano. Las contradicciones en sus testimonios, las llamadas telefónicas sospechosas y un patrón de comportamiento inusual del camionero conforman el complejo entramado que la justicia intenta desentrañar.
Contradicciones, silencios y posibles cómplices
La hipótesis de la Fiscalía, liderada por Eduardo Villalba, se centra en la posible participación de Miguel Segura, empleador de Romero; Gustavo Lemos, su compañero de trabajo, y David Romero, hermano del acusado, en un entramado de encubrimiento. Las escuchas telefónicas revelan conversaciones inquietantes entre estas personas tras la difusión de nuevas citaciones judiciales, sugiriendo un intento coordinado para desviar la investigación. Frases como “vos tenés que decir que no sabes” y “el quilombo está hecho hace 13 años”, intercambiadas entre los sospechosos, alimentan la sospecha de un pacto de silencio.
La declaración inicial de Lemos, hace 13 años, afirmaba que Romero llegó al supermercado a las 19:15 y se retiró a las 21:00 tras cenar. Sin embargo, el análisis de las antenas telefónicas contradice esta versión, registrando la salida de Romero a las 21:07, sin tiempo para la cena. Esta discrepancia, junto con otras inconsistencias en los testimonios, ha llevado a la imputación por falso testimonio de Carlos Enzo Cuellar, un abogado que aseguraba haber visto a María Cash el día de su desaparición, pero cuya ubicación telefónica lo desmiente.
El comportamiento del camionero: pieza clave del rompecabezas
Héctor Romero, durante la indagatoria, presentó un estado anímico “derrumbado” que luego cambió a una actitud más serena al intentar justificar las contradicciones en sus declaraciones previas. A lo largo de los años, Romero modificó su relato sobre el lugar donde dejó a María Cash, oscilando entre “El Estanque”, “Palomitas” y “la Difunta Correa”. Estas inconsistencias, sumadas a la falta de colaboración inicial con la investigación y a la descripción “de abajo hacia arriba” de María Cash, considerada inusual por los investigadores, han levantado fuertes sospechas sobre su participación en el crimen.
El análisis de las antenas de telefonía celular ha revelado un patrón de conducta repetitivo en Romero, que solo se vio interrumpido en dos ocasiones durante el año 2011: el día de la desaparición de María Cash y exactamente un mes después. En ambas fechas, Romero se detuvo durante un tiempo prolongado en la zona de El Tunal, un lugar que no formaba parte de su ruta habitual. Esta “ventana temporal sin explicación”, como la define el fiscal Villalba, refuerza la hipótesis de que Romero podría haber regresado al lugar para deshacerse del cuerpo.
Las pruebas que complican a Romero: un recorrido por la investigación
- Falta de colaboración inicial con la investigación, presentándose a declarar solo tras ser identificado por un testigo.
- Declaraciones contradictorias sobre el lugar donde dejó a María Cash.
- Imposibilidad de realizar la maniobra de frenado descrita por Romero en la Difunta Correa, según peritajes.
- Registros de antenas telefónicas que muestran una ruptura en su patrón de comportamiento el día de la desaparición.
- Descripción inusual de María Cash, de abajo hacia arriba, centrándose en sus botas y pantalón.
- Uso de una línea telefónica particular no declarada inicialmente.
- Conversaciones telefónicas interceptadas que contradicen sus afirmaciones previas y sugieren un intento de encubrimiento.
La incansable búsqueda de un padre y el clamor por justicia
La desaparición de María Cash no solo ha sido un calvario para su familia, sino también un caso emblemático de la lucha contra la impunidad en Argentina. Federico Cash, padre de María, dedicó su vida a buscarla incansablemente, falleciendo trágicamente en un accidente automovilístico durante una de sus travesías en busca de respuestas. Su lucha, junto con la persistencia de su hermano Máximo, ha mantenido vivo el caso en la memoria colectiva y ha sido fundamental para que la justicia no abandonara la investigación.
A 13 años de la desaparición de María Cash, la detención de Héctor Romero y la investigación de una posible red de encubrimiento abren una nueva etapa en la búsqueda de verdad y justicia. El caso, que ha conmocionado a la sociedad argentina, se convierte en un símbolo de la lucha contra la violencia de género y la necesidad de respuestas por parte del sistema judicial.
La complejidad del caso, con sus múltiples aristas y los años transcurridos, presenta un desafío para los investigadores. Sin embargo, las nuevas pistas y la decisión de la justicia de profundizar en la posible trama de encubrimiento ofrecen un rayo de esperanza para la familia de María Cash y para toda la sociedad, que espera que finalmente se esclarezca la verdad y se haga justicia.