Tras 13 años de incertidumbre y angustia para la familia de María Cash, el caso da un giro inesperado. Héctor Romero, el camionero que fue la última persona en ver con vida a la joven diseñadora en 2011, regresa a la escena del crimen. Sin embargo, esta vez lo hace con el beneficio de la prisión domiciliaria debido a su delicado estado de salud. La decisión de la Justicia salteña ha generado controversia y reavivado la esperanza de encontrar respuestas en este caso que conmocionó al país.
De testigo clave a principal sospechoso
Héctor Romero, de 71 años, pasó de ser un testigo clave en la desaparición de María Cash a ser el principal sospechoso del crimen. Inicialmente, sus declaraciones fueron consideradas como un posible aporte para la investigación. Sin embargo, las inconsistencias en sus relatos y la aparición de nuevas pruebas lo colocaron en el centro de la escena. La Fiscalía lo acusa de “homicidio calificado por alevosía”, basándose en contradicciones en sus testimonios, análisis de comunicaciones y otras pruebas materiales que lo vinculan con la desaparición de la joven.
El cambio de rumbo en la investigación se produjo luego de que Romero modificara su versión de los hechos en reiteradas ocasiones. En un principio, afirmó haber dejado a María Cash en la localidad de Palomitas, luego cerca de la Difunta Correa, y finalmente, años después, insistió en que fue en este último lugar. Estas contradicciones, sumadas a otros indicios, llevaron a la detención de Romero la semana pasada.
Prisión domiciliaria y la búsqueda de la verdad
A pesar de la gravedad de la acusación, la jueza Mariela Giménez otorgó a Romero el beneficio de la prisión domiciliaria debido a su delicado estado de salud. La decisión se tomó luego de una audiencia en la que el abogado defensor, Dr. Fernando Díaz, argumentó la avanzada edad de su cliente y sus complicaciones médicas. La defensa insiste en la inocencia de Romero y ha anunciado que pedirá una medida sustitutiva en los próximos días, cuestionando las pruebas que lo incriminan.
La prisión domiciliaria de Romero no detiene la investigación. El fiscal a cargo del caso, Eduardo Villalba, ha ordenado el traslado del camionero a los diferentes lugares que mencionó en sus declaraciones, con el objetivo de reconstruir los hechos y buscar nuevas pistas que permitan esclarecer el paradero de María Cash. Esta semana, un equipo especializado del Ministerio Público de Salta y peritos de la Fiscalía realizarán un rastrillaje exhaustivo en la ruta nacional 16, donde Romero afirma haber visto a la joven por última vez.
Un caso que conmocionó al país
La desaparición de María Cash en julio de 2011 conmocionó a la sociedad argentina. La joven de 29 años, estudiante de Diseño de Indumentaria, viajaba desde Buenos Aires hacia Jujuy cuando se perdió su rastro. Su familia inició una incansable búsqueda que se extendió por todo el país, manteniendo viva la esperanza de encontrarla con vida.
El caso estuvo plagado de misterios e hipótesis. Se investigaron diversas pistas, desde una posible red de trata de personas hasta la teoría de un accidente. Sin embargo, ninguna de ellas pudo ser confirmada. La detención de Héctor Romero y su posterior prisión domiciliaria reabren el caso y renuevan las expectativas de encontrar la verdad sobre la desaparición de María Cash.
El regreso de Romero a la escena del crimen, aunque bajo custodia policial y con el beneficio de la prisión domiciliaria, es un paso importante en la búsqueda de justicia para María Cash y su familia. Los nuevos rastrillajes, la reconstrucción de los hechos y el análisis de las pruebas podrían arrojar luz sobre este caso que durante 13 años ha permanecido en la oscuridad. La sociedad argentina espera que finalmente se pueda conocer la verdad y que los responsables de la desaparición de María Cash sean llevados ante la justicia.
Mientras tanto, la familia de María Cash continúa su lucha incansable por encontrar justicia. La madre de la joven, Fresia Cash, ha sido una figura central en la búsqueda de su hija y en la exigencia de respuestas a las autoridades. La prisión domiciliaria de Romero, si bien es un paso importante, no representa el cierre del caso. La familia espera que la investigación continúe hasta que se esclarezca el paradero de María y se haga justicia.