Trece años después de la desaparición de María Cash, la investigación dio un giro inesperado con la detención de Héctor Romero, el camionero que fue la última persona en verla con vida. Romero, de 71 años, fue imputado por “homicidio calificado por alevosía” y se encuentra con prisión preventiva, a la espera del desarrollo del juicio.
Las inconsistencias en las declaraciones de Romero
La detención de Romero se basa en una exhaustiva revisión del expediente, que reveló serias inconsistencias en sus declaraciones a lo largo de los años. En sus diversas versiones sobre el encuentro con María Cash, Romero situó el lugar donde la dejó en tres puntos distintos de la ruta 9/34: inicialmente en una finca llamada “El Estanque”, luego en el paraje Palomitas, y finalmente, en la gruta de la Difunta Correa. Estas contradicciones, sumadas a la imposibilidad técnica de realizar las maniobras de frenado que él describió en los tiempos que declaró, llevaron a los investigadores a sospechar de su veracidad.
Además, se detectaron discrepancias en sus declaraciones sobre el aspecto de María Cash, lo que hablaron durante el trayecto y la ropa que llevaba. La falta de detalles precisos y la variabilidad de sus relatos generaron aún más dudas sobre su inocencia.
Un elemento clave en la acusación fue el análisis de la ubicación de su teléfono celular. Los datos obtenidos no concuerdan con los horarios y recorridos declarados por Romero, particularmente en el trayecto entre General Güemes y Joaquín V. González, lo que refuerza las sospechas de ocultamiento de información.
Las declaraciones de otros testigos, como el dueño de una gomería cercana a la Difunta Correa que negó haber visto a Cash el día de su desaparición, también contribuyeron a desacreditar la versión de Romero.
El rol de las intervenciones telefónicas y el análisis de antenas
El fiscal Eduardo Villalba indicó que las intervenciones telefónicas y el análisis de las antenas de telefonía celular jugaron un papel fundamental en la imputación de Romero. Si bien los detalles específicos se mantienen bajo reserva, estas pruebas habrían aportado información crucial para la reconstrucción de los hechos y la ubicación de Romero el día de la desaparición de Cash.
La hipótesis fiscal, según Villalba, apunta a que Romero actuó solo, pero el silencio de su entorno también llama la atención de la investigación. Esta falta de colaboración podría interpretarse como un intento de encubrimiento.
La prisión preventiva y los próximos pasos
Tras la audiencia de imputación, la jueza Mariela Giménez dictó la prisión preventiva para Romero, quien se declaró inocente. Su defensa, a cargo del abogado Fernando Díaz, afirma que su cliente no tiene nada que ocultar y que responderá a todas las preguntas durante el proceso judicial.
El fiscal Villalba anticipó que solicitará un rastrillaje en zonas específicas, considerado “inminente”, para buscar rastros que ayuden a esclarecer el caso y localizar el cuerpo de María Cash. La investigación continúa avanzando, con la esperanza de que la detención de Romero pueda finalmente dar con la verdad sobre lo sucedido.
El caso, que ha conmocionado al país por la larga espera de justicia para la familia de María Cash, entra en una nueva etapa con la imputación de homicidio a Romero. El tiempo dirá si las pruebas presentadas son suficientes para llevarlo a juicio y conseguir esclarecer el destino de la joven diseñadora de indumentaria. La presión social se mantiene, especialmente ante la larga espera y los numerosos testimonios falsos que marcaron la investigación durante años.
Antecedentes del caso y la búsqueda de María Cash
María Cash desapareció el 8 de julio de 2011 a los 29 años, mientras viajaba de Buenos Aires a Jujuy haciendo dedo. Su último registro fotográfico fue en un peaje de Salta. La investigación inicial se vio entorpecida por una gran cantidad de pistas falsas, generando frustración en la familia y la sociedad. La recompensa por información relevante sobre el caso llegó a ascender hasta 5 millones de pesos. Incluso, el padre de María falleció en un accidente mientras participaba en la búsqueda de su hija. El caso fue en numerosas oportunidades mencionado en los medios nacionales e internacionales.
Durante muchos años la causa languideció, con investigaciones direccionadas hacia supuestos falsos y testimonios irrelevantes. Recién con un profundo análisis de todas las pruebas y testimonios presentados, se logró descartar numerosas pistas erróneas, concentrando la investigación en las incongruencias en las declaraciones de Héctor Romero. La nueva evidencia permitió direccionar las sospechas hacia el único testimonio directo: el camionero que la trasladó desde la Ruta Nacional 34.
El impacto de la detención en la opinión pública
La detención de Romero generó un impacto significativo en la opinión pública, reavivando el interés en el caso y generando esperanza en la posibilidad de encontrar a María Cash o, al menos, de lograr justicia. Sin embargo, también ha traído consigo una mezcla de emociones, incluyendo la frustración por la demora en la investigación y el escepticismo en torno a la resolución definitiva del caso. La opinión pública exige respuestas que permitan comprender cómo es que este avance se produce después de tanto tiempo y la necesidad de determinar las responsabilidades en los retrasos durante la investigación.
Este caso recuerda la importancia de una investigación judicial eficiente y transparente, sobre todo en aquellos casos que impactan profundamente en la sociedad. Para muchas personas, el avance judicial que produjo la detención de Romero, ofrece una posibilidad de justicia y el cierre de un largo capítulo de angustia para los seres queridos de María Cash. A la vez, sigue latente la exigencia de conocer la verdad completa sobre lo sucedido y el paradero de María. El juicio que vendrá deberá aportar ese cierre.