El cambio climático está alterando los patrones climáticos globales, y en Argentina, una de las consecuencias es la anticipación de la temporada de dengue. Este fenómeno, asociado al mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad, ha generado una alerta sanitaria debido a la detección inusual de mosquitos activos en pleno agosto en la ciudad de Córdoba.
Detección Temprana del Mosquito Aedes Aegypti
Normalmente, la actividad del Aedes aegypti en las zonas templadas de Argentina comienza en octubre. Sin embargo, en 2024, investigadores de instituciones argentinas y la Universidad de Virginia Tech detectaron mosquitos en todas las etapas de su ciclo vital (huevo, larva, pupa y adulto) en Córdoba durante el mes de agosto. Este hallazgo, publicado en The Lancet Regional Health Americas, es alarmante.
La presencia temprana de mosquitos en todas sus etapas eleva significativamente el riesgo de una propagación acelerada del virus del dengue en la próxima temporada de verano, incrementando considerablemente las probabilidades de un brote epidémico.
El Ciclo de Vida del Mosquito Aedes Aegypti
Para entender la gravedad de esta detección temprana, es importante comprender el ciclo de vida del Aedes aegypti. El ciclo comprende cuatro fases: huevo, larva, pupa y adulto. Las hembras depositan los huevos en agua estancada en recipientes con bordes lisos, como macetas, floreros o neumáticos, donde se desarrollan las etapas larval y pupal antes de convertirse en mosquitos adultos.
Este rápido ciclo de vida, acelerado por el aumento de las temperaturas, permite la rápida proliferación de mosquitos en zonas con la presencia de agua estancada. Esto, en combinación con la aparición anticipada, representa un serio riesgo de propagación de la enfermedad.
El Dengue en Argentina: Un Problema Creciente
El dengue llegó a Argentina en 1997 y, desde entonces, se han registrado cinco epidemias a nivel nacional, expandiéndose cada vez más hacia el sur. La temporada 2023-2024 fue la más grave en la historia del país, con 419 muertes registradas. Esta cifra, de la que más de 400 ocurrieron entre enero y julio, representa una cifra sin precedentes, que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
Si bien durante el invierno la transmisión del virus se redujo, casos autóctonos se notificaron en varias jurisdicciones desde agosto, representando un inicio anticipado de la temporada. Incluso en provincias como Chaco y Formosa, la transmisión se mantuvo activa durante todo el invierno, lo que se suma a la preocupación.
Cambio Climático y la Expansión del Dengue
El cambio climático, provocado por la quema de combustibles fósiles, juega un rol fundamental en la expansión del dengue. Las temperaturas más altas, producto del calentamiento global, rompen barreras naturales que limitaban históricamente la propagación de los mosquitos a latitudes más tropicales.
Esta aceleración del calentamiento global permite que los mosquitos se adapten a regiones más al sur de Sudamérica, donde las temperaturas previamente más bajas les impedían reproducirse y sobrevivir con tanta eficacia. Esto, a su vez, aumenta el riesgo de expansión a regiones que anteriormente se consideraban protegidas.
Las altas temperaturas también favorecen un ciclo reproductivo más rápido y una mayor eficiencia en la transmisión del arbovirus. No solo sobreviven mejor, sino que también transmiten el virus con mayor rapidez y eficacia.
Acciones para Reducir el Riesgo
La anticipación de la temporada de dengue requiere un enfoque multifacético e integral para mitigar el riesgo. Se necesita el monitoreo continuo de las condiciones climáticas, epidemiológicas y vectoriales por parte de expertos en colaboración con los gobiernos.
Es fundamental promover la participación activa de la ciudadanía en el control del vector a nivel de los hogares. La educación en escuelas es vital para generar hábitos de limpieza y eliminación de criaderos de mosquitos. Un enfoque transdisciplinario que incluya comunidades afectadas, científicos, profesionales de la salud, urbanistas y el sector privado es esencial para hallar soluciones colaborativas.
Finalmente, la cooperación regional es clave para el intercambio de información, experiencias y herramientas entre países, buscando una respuesta coordinada y eficaz a esta amenaza creciente.
El Futuro Inmediato y la Prevención
Con los mosquitos activos en todas sus etapas en agosto y la presencia de casos autóctonos en distintas partes del país, el riesgo de brotes epidémicos en los próximos meses es muy alto. Especialistas como Aníbal Carbajo, biólogo del Conicet y la UNSAM, coinciden en que se espera una epidemia considerable, considerando la detección temprana y la problemática de la eliminación de criaderos de mosquitos.
Victoria Micieli, del CEPAVE, remarca que el riesgo actual es significativamente mayor al de años anteriores, extendiéndose más allá de las zonas tradicionalmente afectadas del norte del país. La prevención es esencial. Se recomienda la eliminación de todo recipiente que pueda acumular agua, la limpieza constante de patios y la utilización de repelentes.
En resumen, el cambio climático está exacerbando el problema del dengue en Argentina. La anticipación de la temporada de mosquitos, sumada a los altos niveles de casos en los últimos años, requiere una respuesta contundente y coordinada para reducir el riesgo de brotes epidémicos y proteger la salud de la población.